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Un hombre inconmoviblemente firme

En ocasión del cumpleaños 95 de Nelson Mandela, hoy 18 de julio, este diario recuerda su estancia, junto a Fidel, en la ciudad de Matanzas, durante el acto por el aniversario 38 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— «Alto, con una sonrisa imperturbable y de mirada guevariana». Así muchos cubanos recuerdan la visita de Nelson Mandela a esta ciudad, hace 22 años. Era el 26 de julio de 1991. Un viernes inolvidable.

Pocos pobladores de este terruño quedaron en sus casas. La presencia de dos figuras mundiales: Fidel y Mandela, durante el acto por el aniversario 38 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, congregó a una multitudinaria concurrencia en una plaza contigua al estadio de béisbol Victoria de Girón.

Mandela le habla a Cuba

El líder del Congreso Nacional Africano (ANC), de Sudáfrica, proclamó en su intervención en el acto su eterno agradecimiento a los internacionalistas cubanos por el rol desempeñado en las luchas independentistas de África.

Mandela puso de relieve la significación de la heroica epopeya iniciada en la ciudad de Santiago de Cuba el 26 de Julio de 1953, continuada por la expedición del Granma, la lucha en la Sierra Maestra y la victoria de la Revolución.

«El pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África», subrayó, al reiterar los sacrificios de la patria de Fidel al acudir a cualquier llamado en ese continente, para ayudar a alcanzar la independencia o preservar la soberanía.

Manifestó su admiración por los logros de la Mayor de las Antillas en la asistencia social, y reconoció los avances en las esferas de la salud, la educación y las ciencias, entre otras ramas de progresivo desarrollo.

Mandela expresó su seguridad de que pese a cualquier dificultad por la que atraviese Cuba, el pueblo cubano vencerá.

Apuntó que vino con emoción y sinceridad a patentizar el sentimiento de gran deuda que embarga al pueblo sudafricano hacia los cubanos, y matizó la disposición de los hijos de la tierra caribeña a dar hasta su vida por ayudar a sus hermanos de lejanos sitios.

Hizo un análisis de la situación en su país y agregó que fue el ANC el iniciador del proceso de paz, que esperaba condujera a una transferencia negociada del poder al pueblo sudafricano.

El premio Nobel de la Paz aclaró en aquel momento que no habría paz ni solución mientras existiera el injusto sistema de apartheid, y que era propósito de la organización que presidía la búsqueda de una vía específica para la participación del pueblo basada en la igualdad de todos. Y acusó al Gobierno racista de crear una ola de violencia que había costado la vida de más 10 000 personas.

Precisó que el Gobierno racista no había creado un clima propicio para la negociación y advirtió que si este no entendía, habría que usar la fuerza del pueblo.

Calificó de totalmente inaceptable el levantamiento por Estados Unidos de las sanciones a Pretoria, porque el apartheid todavía existía, aunque en una fase de lucha en que ya se avizoraba la victoria.

«¡Gracias a la solidaridad, apoyo y estímulo del gran pueblo cubano!», exclamó el dirigente sudafricano al referirse en otra parte de su discurso al eterno agradecimiento a la Cuba internacionalista por la ayuda prestada.

Visiblemente emocionado por la Orden José Martí, colocada apenas unos minutos antes en su pecho por Fidel, expresó que demostraría ser fiel merecedor de la confianza que implica la más alta condecoración del Estado cubano.

Con anterioridad a sus palabras, Mandela escuchó el acuerdo 1 695 del Consejo de Estado, que sustenta los méritos para la  entrega de la Orden José Martí, leído por el miembro del Buró Político José Ramón Machado Ventura.

«El Comandante Fidel Castro me impuso la Orden más alta que este país puede conceder y me siento indigno de esta condecoración porque pienso que no la merezco», reflexionó, al considerar que es un premio que debe otorgársele a aquellos que ya han logrado la independencia de su pueblo. «Pero es fuente de inspiración y de renovada fuerza el ver que esta condecoración se confiere al pueblo de Sudáfrica como reconocimiento de que está erguido y lucha por su libertad», admitió emocionado.

Cuba vive en el corazón de África

¿Qué otro país puede mostrar una historia mayor de desinterés que la que Cuba ha escrito en sus relaciones con África?, se preguntaba Mandela al agradecer todo el empeño de los cubanos por eliminar el oprobioso apartheid.

«Para mí es un gran placer y un honor encontrarme hoy aquí, especialmente en un día tan importante en la historia revolucionaria del pueblo cubano», reconoció, y expresó que el pueblo cubano ocupa un lugar especial en el corazón de los pueblos de África.

«Hace mucho tiempo que queríamos visitar su país y expresarles nuestros sentimientos acerca de la Revolución Cubana, y el papel desempeñado por Cuba en África, en el África austral y en el mundo», expuso.

En otra parte de su intervención añadió que la lección más importante que los cubanos ofrecen es que no importa cuáles sean las adversidades, no importa cuáles sean las dificultades contra las que haya que luchar, ¡no puede haber jamás claudicación!, sentenció.

¿Cuántos países del mundo se benefician de la obra de los trabajadores de la salud y los educadores cubanos? ¿Cuántos de ellos se encuentran en África? ¿Dónde está el país que haya solicitado la ayuda de Cuba y que le haya sido negada?, fueron varias de las interrogantes lanzadas por el querido líder africano.

Cuito Cuanavale en la memoria

Los internacionalistas cubanos hicieron una contribución a la independencia, la libertad y la justicia en África que no tiene paralelo, por los principios y el desinterés que la caracterizan, resaltó Mandela.

En la historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en defensa de uno de nosotros.

La presencia de ustedes y el refuerzo enviado para la batalla de Cuito Cuanavale tienen una importancia verdaderamente histórica, recordó Mandela en su histórico discurso, en el cual ratificó que la aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África.

«La decisiva derrota infligida en Cuito Cuanavale alteró la correlación de fuerzas en la región y redujo considerablemente la capacidad del régimen de Pretoria de desestabilizar a sus vecinos. Este hecho, conjuntamente con la lucha de nuestro pueblo dentro del país, fue crucial para hacer entender a Pretoria que tenía que sentarse a la mesa de negociaciones», aseveró el líder sudafricano.

Dimensión humana

El discurso de Mandela constituye el más grande, el más profundo tributo que se les ha rendido a nuestros combatientes internacionalistas, sostuvo el Comandante en Jefe Fidel Castro durante su intervensión.

Al considerar un honor la presencia de Mandela en Cuba, puso de relieve el ejemplo que representaba, sobre todo en aquellos momentos del derrumbe del llamado campo socialista, «en estos tiempos bochornosos donde tantos pliegan sus banderas, en estos tiempos indecorosos en que tantos se arrepienten de haber sido alguna vez progresistas, no ya socialistas o comunistas».

Remarcó que si se quería tener el ejemplo de un hombre absolutamente íntegro, ese hombre, ese ejemplo era Mandela; si se quería tener un ejemplo de un hombre inconmoviblemente firme, valiente, heroico, inteligente, capaz, ese ejemplo y ese hombre era Mandela.

¡Cuán lejos hemos llegado los esclavos!, exclamó Fidel.

Recordó que la batalla de Cuito Cuanavale permitió una correlación de fuerzas favorable para sentarse a la mesa de  conversaciones. Analizó que este acontecimiento también influyó en la vida de Sudáfrica, pues las fuerzas que luchaban contra el apartheid recibieron una estimable ayuda. Recalcó que no obstante, los éxitos del Congreso Nacional Africano en su lucha contra el régimen de Pretoria se debían en primer lugar al heroísmo, espíritu de sacrificio y de lucha del pueblo sudafricano.

En la universidad matancera

La presencia de Nelson Mandela y quien fuera su esposa, Winnie, en el Instituto Superior Agroindustrial Camilo Cienfuegos, actual Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos, forma parte de los acontecimientos más venerados por esa casa de altos estudios. Exactamente a las 12:30 p.m. fue recibido por Ángel Vega, rector de ese centro.

En un emocionante encuentro, el líder antiapartheid dialogó con los estudiantes africanos que cursaban estudios en la institución universitaria, quienes manifestaron su júbilo enarbolando consignas del ANC e interpretando a coro canciones sudafricanas de protesta.

Mandela expresó su agradecimiento al Rector por lo bien que se sentían los estudiantes africanos y se despidió entre aplausos, abrazos y apretones de manos.

La presencia de este gran hombre en tierra matancera, forma parte del patrimonio intangible de este pueblo, porque Nelson Mandela es un referente, un hombre que sintetiza la grandeza de todo el continente africano.

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