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Las tonalidades de la falta de rigor

Una inadecuada reparación deterioró gravemente el Conjunto Escultórico Parque de La Libertad, en Matanzas, uno de los monumentos nacionales. El incidente ocurrió pese a que el país cuenta con todos los mecanismos legales y técnicos para llevar a cabo este tipo de restauración

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— El sábado 26 de octubre muchos matanceros elogiaban que el Conjunto Escultórico Parque de La Libertad fuera restaurado. Sin embargo, a las pocas horas todo se fue al piso. Las esculturas en bronce La Libertad y la de José Martí cambiaban de color, entre negruzco, verdoso, rojizo y naranja.

En vez de rescatadas habían sido dañadas. Lamentablemente, la Dirección Municipal de Servicios Comunales de Matanzas contrató para tan sensibles trabajos a una brigada de cuentapropistas no especializados.

El Centro Provincial de Patrimonio Cultural lamenta esta grave agresión contra el patrimonio cultural. Ante el daño ocasionado por sustancias químicas, quisieron reparar lo mal hecho untándole grasa automotor a toda la estatua de La Libertad y otros adornos en bronce, menos a la figura del Apóstol, que tiene varias tonalidades y aspereza en su superficie, causadas por las agresivas sustancias usadas.

Ahora cuesta más restaurar que haberle brindado un adecuado mantenimiento, con la autorización de todas las entidades implicadas.

Niños, adolescentes y pueblo en general se acercan para ver los daños. Los agentes químicos mancharon muchas zonas del monumento, del piso y del mismo parque.

Nadie concibe cómo suceden estos hechos con espacios de tanto valor patrimonial, pero la realidad es esa. Específicamente la escultura de Martí está considerada como una de las que más detalla su verdadero rostro, cuerpo y manos. El doctor Ramón Luis Miranda, su entrañable amigo, lo conocía muy bien y fue minucioso con todo lo relacionado con el proyecto.

Intervención inconsulta

La máster Bielka Cantillo González, directora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural, explicó a nuestro diario que fue una intervención inadecuada e inconsulta. Lo que está establecido por la Ley 2, que protege a los monumentos locales y nacionales, es que ante cualquier intervención que se vaya a realizar en un monumento se debe consultar a la Dirección de Patrimonio.

Ello implica, además, presentar qué se va a realizar, para que los trabajos sean supervisados y autorizados por el Registro Provincial de Bienes Culturales, y por las comisiones provincial y nacional de monumentos.

«Es el caso de una pieza relevante, de importancia no solo para Matanzas, sino nacional, porque es Monumento Nacional», recalca Bielka.

«Estamos ante un hecho que atentó contra el patrimonio cultural. La intervención realizada deterioró considerablemente la pieza escultórica. El deterioro, robo o destrucción del patrimonio cultural es una violación legal», insistió.

«Tanta responsabilidad tiene el que roba un bien patrimonial como el que lo destruye o lo deteriora, aunque no fuera su intención. Es inadmisible que se contrate a quien no corresponde para rescatar espacios de tanto valor, y hacer intervenciones sin la consulta a los órganos y organismos autorizados», concluyó Bielka.

Diagnóstico del daño

La Doctora en Ciencias Químicas Ana Cepero Acán se personó en Matanzas, a petición de la máster Gladys Collazo Usallán, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio, con el objetivo de realizar un diagnóstico basado científicamente acerca de los daños causados al conjunto escultórico.

«Desde el punto de vista técnico hicimos un diagnóstico de este deterioro y entregamos una propuesta de intervención que solucione estos problemas graves que han ocurrido, para que el monumento recupere el esplendor», sostuvo la profesora de la asignatura de Conservación de Metales del Instituto Superior de Arte (ISA).

«El mensaje es que no se debe intervenir ningún monumento si no se tiene el conocimiento adecuado, pues Cuba cuenta con todos los mecanismos legales y técnicos para llevar a cabo estos trabajos y hay que consultar, buscar información y el apoyo en las instituciones para estos fines», refirió la especialista.

El dictamen emitido sobre la tasación de los daños fue suscrito por el perito Luis Manuel Almeida Luis, museólogo especialista del Registro Nacional de Bienes Culturales. En este se recoge que el valor del conjunto escultórico es de 300 000 dólares, y que fue dañado en el 65 por ciento. De acuerdo con los perjuicios ocasionados, el Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Matanzas deberá ser indemnizado para tratar de restituir la obra a su estado físico original.

Leonel Pérez Orozco, presidente de la Delegación de Monumentos de la ciudad de Matanzas, reflexionó que este es uno de los hechos más imperdonables que han sucedido en la ciudad de Matanzas. «Es algo incompatible con la declaratoria de Monumento Nacional conferida al Centro Histórico de la ciudad de Matanzas y una ofensa grave al patrimonio y lo que simboliza ese monumento.

«El desconocimiento de lo que iba a suceder no exime de la responsabilidad que han tenido en este hecho», considera Orozco.

El funcionario afirma que es posible revertir el daño, pero hay que invertir mucho y buscar un equipo de especialistas, porque hay numerosos daños químicos en la pátina del bronce de las esculturas, manchas de grasa que le tiraron encima para tapar lo hecho y suciedad en la piedra.

«La figura de Martí está erosionada y manchada por las sustancias que le aplicaron, las cuales chorrearon casi todo el monumento», apuntó Orozco.

José Antonio Piedra Medina, director de la Empresa de Servicios Comunales en el municipio, especificó a este diario que están a la espera de los especialistas de Patrimonio que comenzarán los trabajos y que su entidad está dispuesta a apoyar en todo lo necesario.

Al referirse a los hechos, José Antonio manifestó que el contrato con los trabajadores por cuenta propia no incluía la limpieza de las estatuas y que fue por iniciativa de esa brigada que se hicieron los trabajos que dañaron la obra. Con ellos, argumentó, se había contratado solo la colocación de una lanza de bronce y la pintura de la zona baja.

«Nosotros somos los responsables de lo ocurrido, porque fuimos los inversionistas que contratamos, y debimos supervisar los trabajos a pie de obra, tarea que no se hizo, precisó el funcionario de Comunales, quien añadió que a raíz de lo sucedido también prevén ejecutar una reparación capital de todo el parque.

Iniciativa de un amigo

Con el número de registro 04010106 del inventario nacional de construcciones y sitios, el Conjunto Escultórico Parque de La Libertad cuenta con valores artísticos, históricos y ambientales.

Existía anteriormente una fuente, pero por iniciativa del doctor Ramón Luis Miranda Torres (Matanzas, 1836-Nueva York, 1910), médico y amigo personal de José Martí, se promovió este proyecto desde 1905.

La construcción de un monumento en homenaje al Héroe Nacional era una obsesión de Miranda. Por tal motivo fue escogido el escultor italiano Salvatore Buemi (1860-1916), quien sentía gran simpatía por los cubanos y dijo: «somos insulares, de tierra caliente, temperamento fogoso, corazón abierto… y luchamos con valor por la libertad». Esta obra fue confeccionada en bronce en la fundición Nelli, de Roma, en 1908. Buemi aparece registrado en la Enciclopedia Pintores, escultores y grabadores, la más reconocida en el mundo del arte, y en Cuba dejó su impronta con otras dos obras: un monumento a Ignacio Agramonte, en Camagüey, y la escultura Eterno rebelde, enclavada en el Capitolio Nacional.

La obra matancera que ahora sufrió daños quedó inaugurada el 24 de febrero de 1909, con palabras de Ramón Miranda y versos de Bonifacio Byrne, y el eminente violinista matancero José White tocó las notas del Himno Nacional.

El día 4 de febrero de 1909 fueron enterrados bajo el monumento números de los periódicos El Correo de Matanzas, El Moderado, La Nueva Aurora y El Republicano Conservador; las obras de Martí Ismaelillo (1882), Versos Sencillos (1891), con dedicatoria de Martí a la señora Luciana Govín de Miranda;  La Edad de Oro; y además una copia fiel de una carta de Martí al doctor Miranda, una colección de monedas estadounidenses y una moneda italiana depositada por el mismo escultor a la hora de cerrar la caja, entre otros objetos.

La realización de la estatua conocida como Cuba Libre o La Libertad, y del monumento al Apóstol quedó inaugurada en la segunda Plaza de Armas ante la presencia del vicepresidente del país en ese entonces, el Doctor Alfredo Zayas, el alcalde municipal Doctor Alfredo Carnot, el ingeniero Conrado E. Martínez y la señorita Laura Carnot, quien develó la estatua.

El conjunto está compuesto por un pedestal de granito de Ravena de Lombardía, de una plataforma de tres escalones, con varios adornos en bronce; una estatua que representa a Cuba libre, de dos metros de altura, con las cadenas rotas entre sus manos y la boca abierta lanzando el grito de libertad.

En la parte posterior y a mayor altura se encuentra la estatua de Martí, fundida en bronce y colocada sobre un pedestal de pie y de cuerpo entero, con un rollo de papel en su mano derecha que tiene escrita la frase Cuba Libre, con una altura de 2,50 metros. También puede leerse la cuarteta martiana: Yo quiero cuando me muera/ sin patria, pero sin amo/ tener en mi losa un ramo/ de flores y una bandera.

Esperemos que por el bien del patrimonio nacional, poco tiempo después de las valoraciones de los especialistas, se inicie la intervención que rescate el conjunto escultórico, y esta acción deje una severa lección.

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