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La FEU y el Ballet: una relación que perdurará

En la Universidad de La Habana se honraron los 65 años del acto de desagravio que la FEU organizara al entonces Ballet de Cuba luego de la decisión del Gobierno batistiano de suspenderle la subvención a la compañía

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Con la sencillez y profundidad de los pasos de nuestra inolvidable Alicia Alonso, una exposición homenaje en su recuerdo y la expresión de amor eterno entre la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y el Ballet Nacional de Cuba (BNC), se honraron los 65 años del acto de desagravio que la organización le ofreciera a la prima ballerina assoluta en respuesta a la decisión de la dictadura de batista de suspenderle la subvención a la compañía.

En la Plaza Ignacio Agramonte de la Universidad de La Habana —muy cerca del estado universitario que fuera escenario aquel 15 de septiembre de 1956 de esa función de amor y gloria— Karla Santana Rodríguez, presidenta de la FEU, aseguró que el hacer revolucionario de Alicia encontró indiscutiblemente en la organización y también en el proyecto de Revolución un escenario posible para erigir la cultura como instrumento liberador.

«Nuestra relación representa un ejemplo de una lucha sostenida y fructífera de la cultura artística del estudiantado», aseveró la dirigente estudiantil, al tiempo que sentenció que «Alicia es para la FEU parte del alma invisible de la Cuba que hablaba Martí y en ese sentirla gigante para quienes fraguamos por la utilidad y la virtud, están también las joyas resultado de su educación que danzan hoy enalteciendo su recuerdo».

Tras repasar la prestigiosa historia del BNC, su labor pedagógica y su incansable trabajo para esparcir masivamente el arte de la danza, la primera bailarina Claudia García reiteró la decisión de la compañía de seguir representando a la cultura del país con la más elevada calidad y el fiel apego a las tradiciones patrióticas.

Como símbolo de la continuidad de ese matrimonio feliz, como calificara Alicia las relaciones entre la FEU y el BNC, se entregó a Viengsay Valdés, primera bailarina y directora del Ballet, un ramo de rosas rojas, similares aquellas que la prima ballerina assoluta recibió en 1956 tras bailar La muerte del cisne, el cual poco después fue colocado en la estatua que la recuerda en el Gran Teatro de La Habana.

Al concluir el homenaje sus participantes —entre ellos el Fernando Rojas, viceministro de Cultura, y Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, así como primeros bailarines de la institución danzaría— presenciaron la muestra fotográfica de Leysis Quesada Vera que recrea a la más reciente generación de primeras figuras del Ballet.

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