Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

De arcilla joven

En la popular Avenida de la Libertad tiene lugar la Fiesta del Tinajón, que busca con empeño reafirmar nuestra identidad

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Cuentan que ya en el siglo XVIII, en los alrededores de la afamada Plaza de La Caridad se efectuaban grandes fiestas populares. Se trataba de la Feria de La Caridad, que dejó de existir en la segunda mitad del siglo XX, aunque formaba parte de la tradición en la antigua Villa de Santa María del Puerto Príncipe.

Pero sabemos que no costará mucho traer de vuelta aquellas costumbres que alguna vez se enraizaron. Ello explica por qué cuando en 2007, el gran músico Adalberto Álvarez se iluminó con la idea de la Fiesta del Tinajón, sus coterráneos recibieron la noticia con regocijo.

En la popular Avenida de la Libertad tiene lugar esta fiesta que busca con empeño reafirmar nuestra identidad. En ella, donde se pondera la música nuestra, desempeñan un rol esencial no solo los artistas profesionales del territorio, sino también instructores de arte y aficionados. Y claro, también los creadores que integran la Asociación Hermanos Saíz de Camagüey.

Convocadas las diferentes secciones de la Asociación, la propuesta artística resultó mucho más abarcadora y balanceada que en ediciones anteriores. Así, para los pequeños volvió a ser un hallazgo la invitación al Dulce hogar que les hicieran los ocurrentes payasos Chocolatiqui y Pilín, como también lo fue la presentación del proyecto Sangre gitana, aunque las artes escénicas contaron con una representación aún mayor, gracias a Teatro del Prana y los performances y las puestas de teatro callejero que condujo Liuber Alfonso.

De cualquier manera, las que acabaron de finalizar fueron actuaciones en las que primaron, sobre todo, acciones del tipo «todos mezclados», como las que protagonizaron, además, los miembros del taller de dibujo del proyecto Mangaqba junto a otros al estilo del sociocultural Golpe a golpe y La Skina (hip-hop).

En cuanto a las noches, el plato fuerte estuvo compartido, sobre todo, entre las exhibiciones de videoclips y audiovisuales realizados y producidos por la AHS y la Dirección Provincial de Cultura; y los esperados conciertos, centrados por agrupaciones que se han agenciado el respeto de los amantes de la buena música. Entre ellos, Ksabe Blues, Norlys y su grupo, Ébano y Marfil, Evenecer, Alas y Play, este último responsable de la Noche de tecla.cu, que sigue sumando adeptos.

Mención aparte merecen Hierro y Cristal, dirigido por Reynaldo Rodríguez; y Punto de giro, con Harold Díaz Pedraza a la cabeza. Y es que sus temas se han ido convirtiendo en himnos que muchos corean: de un lado, Pregonero, Como la cigarra y La ciudad; y del otro Si desbordas la impaciencia y Fuga a Marte; piezas que han dejado de «pertenecerles» para ser patrimonio de todos.

Muy significativo fue, asimismo, el foro En defensa de la humanidad y en contra del fascismo, que en cada jornada acogió la Casa del Joven Creador; muestra de que al arte joven cubano lo acompaña un sólido pensamiento.

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