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Entre los 91 cuadrangulares que se han conectado, el más «sonado» ha sido el de Yuliesky Gourriel contra la Isla de la Juventud, su número 100 en Series Nacionales. Foto: Alex Castro Seis juegos de la Serie Nacional están pendientes de decisión. Las lluvias, en la mayoría de los casos, y la oscuridad alguna vez, en terrenos sin iluminación artificial, han incidido en la deuda.
Cuatro de los pleitos atrasados no se iniciaron, y dos están sellados. A los peloteros de Santiago de Cuba les corresponde el mayor atraso, pues les resta efectuar un choque con Pinar del Río —se enfrentarán cuatro veces en la Ciudad Heroína—, y deben completar el sellado con la Isla de la Juventud, también cuando vayan a la tierra caliente; ese choque anda por el segundo episodio, con las avispas delante en el marcador, 5-1 sobre los pineros.
El otro pleito inconcluso es el del gran ganador, Ciego de Ávila, contra Sancti Spíritus, pues estaban abrazados a tres carreras en 12 capítulos. Se saldará en áreas próximas al Yayabo, en adición a su siguiente retahíla de tres programas.
Otras porfías no iniciadas resultan entre Holguín y Cienfuegos (se verán en cuatro ocasiones en la Ciudad de los Parques), Guantánamo y Villa Clara (harán cuatro presentaciones en el centro del país) y La Habana-Metropolitanos, selecciones que toparán también cuatro veces, en San José de las Lajas o sus alrededores.
La temporada transcurre signada por una escasa ofensiva de largo metraje, achacada por algunos a la calidad de la pelota en uso, y por muchos otros a la incompleta forma deportiva de los atletas. La fecha de inauguración del torneo criollo debió ser pospuesta en dos ocasiones, y los entrenadores reformularon sus planes de preparación.
El capítulo de los cuadrangulares muestra hasta hoy 91 batazos, lo que arroja menos de un disparo a las gradas (0,80) por cada desafío.
Otras cifras en la página web de la Federación Cubana de Béisbol registran —al cabo de 114 partidos— 24 lechadas, 21 extrainnings, 34 porfías por diferencia de una carrera y solo —¡qué bueno!— cuatro nocaos.
