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Santiago de Cuba venció a Las Tunas

Las avispas derrotaron a los tuneros seis carreras por uno

Autor:

Juventud Rebelde

Vera le puso picante a la bola. Foto: Calixto N. Llanes Santiago de Cuba.— Quizá la mejor imagen para ilustrar lo que sucedió anoche en el estadio Guillermón Moncada, de la Ciudad Heroína, sea esta: los Leñadores no cuidaron bien el bosque, dejaron varios huecos en los árboles y por esos se colaron las avispas rojinegras, que picaron... aunque no como soñaban algunos aficionados.

La víspera, en un choque super rápido, terminado a las 10:43 de la noche, se refrendó aquello de que a los equipos grandes no se les puede dar ni una pizca en el terreno, porque por ahí mismo aprovechan y matan.

Y ayer anestesiaron con calma al abridor contrario, Yoelkis Cruz, un lanzador que se mostró con aplomo en el box y fue un digno rival de la gran figura del encuentro: Norge Luis Vera.

Precisamente las primeras tres anotaciones de Santiago llegaron por imprecisiones defensivas tuneras. Dos rayas en la pizarra se produjeron en el segundo episodio cuando, con dos outs, el jardinero central Andrés Quiala fildeó mal un batazo de Navas y le abrió las puertas del home a Pedro Poll, embasado por boleto. Luego Reutilio impulsó al torpedero indómito con cohete a la pradera izquierda.

En el sexto el mal accionar defensivo del antesalista Yordanis Alarcón también influyó en la tercera anotación de los montañeses.

Aún con eso Yoelkis no perdió la ecuanimidad y terminó el séptimo con el partido pegado 3-1 y con el susto de algunos santiagueros, que ansiaban que su equipo de ensueño se despegara en el pizarrón.

Sin embargo, el verdadero puntillazo llegó en el octavo ante los relevistas Damichel González (se le embasaron dos hombres) y Jesús Guerra, quien soportó cuadrangular kilométrico por el bosque derecho de Pedro Poll para poner el marcador 6-1. Así mismo terminó el encuentro.

Los campeones nacionales no contaron con esa artillería de la clasificatoria, en la que pegaron más de 100 jonrones. Sin embargo, tuvieron en el box a una estrella con tremendo brillo, que algunos consideraban opaca. Ese lucero refulgente fue Norge Luis Vera, quien apenas tiró 70 envíos hacia el plato; la única que le marcaron nació del madero de Andrés Quiala, quien conectó bambinazo precisamente un acto después de su desliz defensivo.

Para hoy se espera una concurrencia de «espanto» en el Guillermón, superior a la de anoche. Y aunque JR no tuvo acceso a los mentores al final del juego, casi todo indica que los abridores serán Wilber Verdecia, por Las Tunas, y Ormari Romero, por los campeones nacionales.

«No hay nada perdido, este sábado los cogemos», decía un integrante de alguna de las peñas deportivas que hacen vida aquí en el Motel Deportivo.

Pero si de nuevo los suyos dejan brechas sucederá todo lo contrario: no habrá leña y sí ojos hinchados. Y reponerse de dos picazos de avispas carnívoras no es cosa de jueguitos.

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