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De vuelta a una estrella

Al conquistar la presea de bronce en el salto con pértiga durante la XIV edición de la cita planetaria del deporte rey, la cubana Yarisley Silva ratificó que es grande entre las grandes. Pero la gran protagonista de la jornada fue la rusa Yelena Isinbayeva

Autor:

Abdul Nasser Thabet

Para muchos pudo haber estado eclipsada, envuelta en nervios. Otros pensarán que tenía más que dar, otra caja con polvo mágico guardada en la cartera en pos del título. En este archipiélago nunca es suficiente si hablamos de medallas, pero subir al podio de un Campeonato Mundial de Atletismo, pónganlo como lo pongan, siempre es una hazaña, y Cuba tiene en Yarisley Silva a su heroína.

La pinareña conquistó la presea de bronce en el salto con pértiga durante la XIV edición de la cita planetaria del deporte rey, y ratificó que es grande entre las grandes. Mas, la noche moscovita tuvo otra protagonista.

Cuando esa diosa —no sé cuál, pero con seguridad venía del cielo— buscó permuta aquí en la tierra, enseguida escogió a la futura «zarina». Aquel 3 de junio de 1982 nadie imaginaba que el traspaso de cuerpo venía con patente para volar, buscando el retorno a lo que un día fue su hogar, allá arriba, tras uno y mil intentos, cerca de alguna estrella. La rusa Yelena Isinbayeva burló el tiempo, lo humanamente posible y hasta lo divino. Ahora puede volver a casa, a ese rincón de nube que la vio nacer.

Este martes reescribió la historia. Selló su retiro oficial con la tercera corona en justas universales, un beso lanzado al aire —como seductoramente siempre hace—, el corazón en un adiós.

Otra vez la garrocha fue su cómplice predilecta, en una lucha que dejó a la estadounidense Jennifer Suhr, monarca olímpica en Londres, colgarse la plata.

El imponente estadio Luzhniki atestiguó la hazaña de la mítica hija del Volgogrado. Fueron 4,89 metros sobre la varilla y una explosión sin final en las gradas. Mientras, nuestra aguerrida Yarisley sorteaba el listón a 4,82 del suelo, exactamente la misma cota que venció la norteña con cuatro fallos menos.

Cisneros abrió las turbinas

Acuñó el único crono por debajo de los 48 segundos. Carburó la semifinal como si en eso le fuera la vida, y de paso estampó cota nacional y el mejor registro de la temporada. Ahora de este lado del Atlántico le prestamos millones de corazones, solo por si el suyo necesita un descansito, pues Cuba entera saltó con el tiempazo de Omar Cisneros en una de las semifinales de los 400 metros con vallas, ese 47,93 que presagia un puesto mañana en el podio, un milagro a las puertas del Kremlin.

¿Resortes oxidados?

Antes, en la madrugada, Mabel Gay clasificaba a la final del triple salto para damas, al dibujar el séptimo mejor estirón (14,17 metros) entre las 12 aspirantes en la repartición del jueves.

Olha Saladuha, de Ucrania, comandó a las privilegiadas (14,69). La también vigente campeona universal y tercera en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, instalada junto a Gay en la llave A, estuvo secundada por la colombiana Caterine Ibarguen, bronce en la edición de Daegu 2011 y plata bajo los cinco aros británicos, ahora dueña de un 14,52 conseguido en el apartado B.

Por la comitiva del mayor archipiélago caribeño también compitieron en este cuarto capítulo el discóbolo Jorge Fernández —décimo con 62,89 metros— y la heptatlonista Yorgelis Rodríguez —lugar 12 merced a 6148 unidades—. Entre los forzudos descolló el portento germano Robert Karting, actual rey olímpico, y oro en Rusia con 69,11 metros. Por algo hoy amanece con el cartel de único exponente en su disciplina que ha ganado tres aureolas planetarias consecutivas.

La plata quedó en poder del polaco Piotr Malachowski (68,36) y el bronce calentó el bolsillo del estonio Gerd Kanter (65,19).

El nombramiento de la mujer más completa recayó en la ucraniana Ganna Melnichenko, dueña de 6586 unidades tras siete pruebas. La canadiense Brianne Theisen Eaton (6530) fue segunda y la holandesa Dafne Schippers (6477) tercera.

Una vuelta sin mareos

En tanto, el norteamericano LaShawn Merritt se impuso en los 400 metros lisos (43,74 segundos), dejando una galaxia entre su sombra y las débiles zancadas de su compatriota Tony McQuay (44,40) y el dominicano Luguelín Santos (44,52).

Corriendo dos pistas mandó el etiope Mohammed Aman (1.43,31 minutos), y en los 3000 metros con obstáculos el metal más valioso salió de las piernas de la keniana  Milcah Chemos Cheywa (9.11,65 minutos).

La tabla de medallas contempla a Estados Unidos en la cima (cuatro de oro, cinco de plata y una de bronce), con Rusia (3-1-2) y Alemania (2-2-1) guardándole las espaldas. Por puntos ese orden se mantiene, pero con  127, 70 y 64, respectivamente. Cuba aparece en el sitial 15 con 13 rayitas, y entre metales descansa en el cojín 20 (0-0-2).

En la madrugada de hoy la martillista Yipsy Moreno salía a buscar un cupo en la final del viernes, junto a otras favoritas como la local Tatyana Lysenko (soberana olímpica y mundial), la alemana Betty Heidler (plusmarquista del orbe y tercera en Londres 2012) y la polaca Anita Wlodarczyk (plata a los pies del Big Ben). Los organizadores exigían 73 metros para «comprar» el tique, algo relativamente fácil para nuestra tricampeona universal.

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