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Sin pelos en las teclas

Mientras se definen los dos finalistas que buscarán mañana la clásica gloria en el estadio de los Dodgers, en Los Ángeles, ¿qué han dicho nuestros lectores sobre el béisbol actualmente en Cuba?

Autor:

Norland Rosendo

Si a un bateador le resulta difícil conectarle a un lanzador que tira más de cinco pitcheos, qué dirán de mí que he tenido que hacer una selección de comentarios entre los más de 200 recibidos por diferentes vías sobre la actuación del equipo Cuba en el 4to. Clásico Mundial de Béisbol.

Agradezco a los lectores por sus criterios; ustedes contribuyeron a la calidad de la cobertura periodística, a la profundidad de los análisis, sin pelos en las teclas.

Un forista muy agudo en sus reflexiones: Pedro Hernández Soto, considera que «el béisbol es un sistema que lleva trabajo, financiamiento y dedicación desde las categorías escolares. Es necesaria una Selectiva sin abandonar la Serie Nacional de Béisbol. Ahora se juegan menos partidos que nunca antes. Hace meses que el Latinoamericano no abre sus puertas a los aficionados y así sucede en el resto de los estadios del país; y todos muy felices, a muy pocos les duele. Entrar a un estadio cuesta un peso, menos que una propina. Un equipo municipal de escolares entrena dos meses, compite en uno y después pasa el resto del año sin hacer nada. Una máquina de lanzar pelotas es un objeto “museable” cuando debemos tener una en cada barrio».

Un lector que firma como Thol opina que «el béisbol de nuestras series nacionales está muy, pero muy por debajo del nivel del Clásico. Preguntas que no tienen respuestas: ¿Por qué no hay en Cuba ahora lanzadores de más de 95 millas sostenidas? ¿Por qué nuestros lanzadores dan tantas bases por bolas? ¿Por qué no son capaces de dominar cuando tienen a los bateadores en dos strikes? ¿Por qué no se sabe tocar bien la bola? La pelota lleva recursos tanto en implementos como en estadios. Los niños deben practicar este deporte como era antes, casi en todas las esquinas, pero para esto lo que es guantes, pelotas, bates, etc. deben tener un precio que esté al alcance de los trabajadores, deben incrementarse las escuelas de béisbol, no se puede ir a una Serie Nacional a aprender, mucho menos a un Panamericano, Serie del Caribe o Clásico».

Por la misma cuerda anda Rafael Leonard: «nuestros problemas no solo son de la Serie Nacional, son más de la base, de campeonatos infantiles, nos hemos alejado del desarrollo de las nuevas técnicas de entrenamiento y lógicamente las limitaciones económicas también nos afectan. Mientras existan esos problemas no tendremos resultados y también necesitamos tener más peloteros en otras ligas de nivel».

Rewuald propone que se haga «un análisis serio a nivel de país y búsquense las soluciones a los problemas que enfrenta el béisbol cubano».

Anibal Revolución está de acuerdo con que tenemos jugadores con potencial, «pero necesitan mejor entrenamiento, fogueo, especialización, tanto en jugadas, bateo… Hay que adquirir equipos de gimnasia, implementos deportivos, accesorios para diferentes entrenamientos».

Luis dice que no estuvo de acuerdo con algunas decisiones de Carlos Martí. «No creo que hayamos perdido por la dirección, los fracasos se los imputan a los mentores, pero no es justo. Ni Víctor Mesa, ni Roger Machado, ni Jorge Fuentes, ni Rey Vicente Anglada hubieran podido hacer mejor papel con un equipo tan débil».

Consciente de que sin cambios internos es imposible lograr mejores actuaciones en competencias internacionales, Hayram comenta: «Pasó lo que se sabía que pasaría, ellos (los cubanos) fueron con las armas que tenían, están por debajo de ese nivel, esa es la realidad. Además, ¿creen que se puede tener nivel jugando a la 1:30 p.m., debajo del sol, a estadio vacío, con 16 equipos? La Comisión Nacional de Béisbol necesita un terremoto de 9.2, solo así podremos ver resultados».

Y ese es también el sentir de Ernesto: «Cuba requiere de cambios en el béisbol, pero no solo en estrategias, sino de concepciones, de logísticas, de mentores, hoy apenas se ve en cualquier localidad de la isla un juego de pelota un domingo, en los antiguos estadios ahora se practica fútbol, las series provinciales necesitan respaldos logísticos, creo que el resultado ante Holanda venía en camino».

Luis Alberto prefirió centrar su opinión en el pitcheo: «Si no hacemos una revolución en la enseñanza y práctica de ese aspecto de juego no llegaremos nuevamente a los planos estelares. No es posible que no existan potentes brazos en nuestros territorios. República Dominicana y Puerto Rico, con menos población y sin un sistema de enseñanza del deporte en la base como el nuestro, cuentan con lanzadores extraclase, que se “pulen” en la MLB, pero que son captados en los barrios pobres de esos países».

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