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Las cruces de mi lista

No importa que Lázaro Bruzón (2672) haya terminado en el cuarto puesto del pasado Memorial ajedrecístico Carlos Torre en México y se le haya escapado su sexta corona en estos torneos.  El tunero, a juzgar por su trayectoria en 2017, se lleva el voto entre los hombres como el mejor en su deporte

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Ser exigente muchas veces conduce a los excesos y nos coloca un muro delante que impide calcular el esfuerzo de un atleta para lograr determinado rendimiento. Por eso, no importa que Lázaro Bruzón (2672) haya terminado en el cuarto puesto del pasado Memorial ajedrecístico Carlos Torre en México y se le haya escapado su sexta corona en estos torneos.  El tunero, a juzgar por su trayectoria en 2017, se lleva mi voto entre los hombres como el mejor en su deporte, criterio que traslado entre las mujeres a la pinareña Yerisbel Miranda (2224).

Aunque Bruzón en México no haya podido levantar el trofeo que muchos vaticinaron, el tunero esta temporada hizo recordar sus mejores tiempos, aquellos en que perdía poco y era un constante acosador de la barrera de 2700 puntos de coeficiente Elo, la cual sobrepasó hasta 2717, en octubre de 2012.

Con su sexto título en la historia del Campeonato Nacional, comenzó el actual año la segunda figura de Cuba, que en total disputó doce torneos y ganó en cuatro de ellos, terminó como sublíder en uno y acumuló dos terceros lugares. Según estadísticas consultadas en la página web de la FIDE, efectuó casi cien partidas clásicas y solamente cedió en tres, ante el ucraniano Andrey Baryshpolets (2592), el peruano Jorge Cori (2660) y el filipino Oliver Barbosa (2545).

Un pasaje significativo lo vivió en la Copa del Mundo de Tbilisi, Georgia, donde fue el único de los tres cubanos que logró avanzar a la fase de los 64 mejores, tras ganarle el compromiso por 1.5-0.5 al español David Antón Guijarro (2666). Luego resolvió par de armisticios ante el estadounidense Hikaru Nakamura (2781), número nueve del ranking mundial, quien lo venció posteriormente en las partidas rápidas.

Mientras que mi decisión de atribuirle a la vueltabajera Yerisbel la condición de mejor jugadora cubana del año, la hago con todo el respeto que merece su coterránea Lisandra Ordaz (2414), quien se convirtió en la primera fémina de la Isla en burlar la cifra de 2400, pero apenas participó en dos torneos. No obstante, Miranda sí tuvo una agenda más intensa con concurso en diez eventos dentro y fuera de Cuba y logró su primera diadema en un Campeonato Nacional.

Su último certamen fue el Magistral Carlos Torre, en el que lideró a las mujeres y consiguió 37.6 puntos para su coeficiente Elo. Probablemente lo más significativo de la pinareña este año es que estuvo en par de ocasiones a un tris de clasificar para la Copa del Mundo, algo que no pudo ni en el Campeonato Continental de Buenos Aires, donde terminó segunda, ni en el Zonal Femenino 2.3 de El Salvador, al quedar tercera.

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