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Para suerte nuestra el mundo está plagado de héroes, la mayoría con historias desconocidas, pues el resultado final de su obra disimula tras el telón una vida de sacrificios.
¿Quién no conoce a Alberto Contador, el ciclista español conocido por ser el más joven pedalista ibérico en ganar el Tour de Francia?
Sin embargo, tras esa hazaña encontramos a un hombre que a sus 22 años le diagnosticaron un cavernoma cerebral, lesión vascular que se manifiesta con convulsiones, dolores de cabeza o hemorragias cerebrales.
Una operación nos permitió en lo sucesivo disfrutar de su éxito. No obstante, debajo del casco, esconde placas de titanio y una cicatriz de 70 puntos.
El joven pelotari cubano George Luis Barcelán Rodríguez, sin llegar siquiera a las dos décadas de vida, también sabe lo que es tener en la cuerda floja una carrera deportiva que comenzó a amar desde la inocencia de un niño de diez años.
Como todo infante de la Mayor de las Antillas practicó béisbol, sin embargo, fueron las canchas del Casino Deportivo de La Habana, su ciudad natal, las que lo enamoraron, y el entrenador Camilo Valdés Frías el encargado de insertarlo en ese mundo.
Desde entonces, ha engordado su palmarés con participaciones en Copas del Mundo como la de mayores de 2015 celebrada en Guadalajara, México; el Mundial sub-22 de frontón en Biarrits, Francia, en 2016; el Torneo del orbe de frontboll, en México 2017, y el Mundial sub-22 de trinquete en Buenos Aires, Argentina, en ese mismo año.
Pero una enfermedad hereditaria y genética trató de impedir que el muchacho, quien ha sido seis veces campeón nacional, con dos medallas de plata y dos de bronce, siguiera cosechando triunfos.
«Soy portador de sicklemia, con un tipo de sangre AS, o sea, no enfermo, denominada también anemia falciforme, la cual produce una destrucción de los glóbulos rojos más rápida de lo normal. A mí en lo que más me afecta es con la falta de oxígeno en sangre cuando estoy en la altura», contó a JR el habanero.
«Al regresar del Mundial de Argentina, en el avión me dieron múltiples infartos en el bazo, como consecuencia tuve que ser operado y por razones de precaución me extirparon dicho órgano, con el agravante de que durante la operación me dio una hemorragia interna con la que perdí tres litros de sangre. Eso fue el 22 de enero de 2018, el día del cumpleaños de mi madre», relata.
Lugo del susto, Barcelán Rodríguez estuvo a punto de participar en el Mundial Absoluto de Barcelona celebrado en octubre de 2018, al cual estaba clasificado. No obstante, y a pesar de la rápida recuperación que ha tenido, tuvo que dejar pasar la oportunidad, en parte porque ahora tiene que viajar acompañado de un concentrador de oxígeno que hasta el momento de la entrevista no tenía.
«Confieso que hubo instantes en los que pensé que mi vida estaba acabada como atleta, que no iba a poder practicar más el deporte, pero sí se pudo; afortunadamente, mis padres me dejaron tomar la decisión de seguir y me han apoyado en todo desde entonces, al igual que mi entrenador Ramsés Ortiz», manifestó.
Dada la situación y debido a la altura en la que se encuentra ubicado Perú, se decidió que el joven pelotaris no asistiera a los Juegos Panamericanos de Lima.
«Actualmente estoy enfocando la preparación para asistir a la Copa del Mundo de trinquete que es en París, Francia, a finales de año. Estoy entrenando para cumplir esa meta, preparándome bien y, hasta ahora, sin ningún conflicto con mi salud», afirmó el atleta que hoy agradece los cuidados recibidos en el Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras de La Habana.
