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Braima Suncar Dabo después de su gesto pudiera ser reconocido con el premio de actitud Fair Play. Foto: AFP Autor: AFP Publicado: 05/10/2019 | 11:48 pm
El Campeonato Mundial de Atletismo que concluye este domingo en Doha, Catar, ha estado en la mira de millones de personas que, o bien atraídos por el amor al llamado deporte rey, o deslumbrados por la espectacularidad del evento, no han querido perderse una sola de las jornadas de competencias.
Pero el tercer certamen multideportivo más importante del planeta, después de los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol, no solo ha sobresalido por la probada calidad de los atletas que participan en la lid y sus hazañas, tanto en el campo como en la pista.
Más allá de nombres, marcas y medallas, esperadas o sorpresivas, el torneo del orbe en Doha quedará para la historia también por un conjunto de situaciones que lo hacen particularmente diferente del resto de las justas que lo han antecedido.
Una ciudad que hierve
Según publicaciones extranjeras, en la capital de Catar durante el mes de septiembre las temperaturas superan los 40 grados con una humedad relativa del 73 por ciento.
De ahí que el clima, aun cuando se compite de noche, haya sido un criticable problema sobre todo para los atletas. Un ejemplo de ello fue el maratón femenino en el que solo 40 de las 68 atletas que partieron lograron llegar a la meta.
Khalifa: ¿Estadio o frigorífico?
Para contrarrestar o amainar los efectos del abrasante calor, los organizadores de la lid tuvieron la idea de convertir el estadio Khalifa en una verdadera nevera, gracias a un complejo sistema de aire acondicionado que mantiene en 25 grados la temperatura de la instalación. Sin embargo, lejos de resolver, es un inconveniente: las extremas diferencias de temperatura entre el interior y el exterior del parque han pasado factura a más de un deportista.
Gran gesto sin final feliz
Aunque la carrera de los 5 000 metros se disputó dentro del estadio refrigerado, para el corredor Jonathan Busby, de Aruba, el cambio brusco de calor extremo al fresco de la pista fue demasiado. Primero se tambaleó y luego se desplomó, completamente desfallecido. El drama tuvo un desenlace hermoso cuando Braima Suncar Dabo, de Guinea-Bissau, se condolió de su rival y en un muy aplaudido gesto, ayudó al arubeño a llegar a la meta durante los últimos 200 metros de competencia. Sin embargo, Busby fue descalificado posteriormente por «ayuda no autorizada».
Chelimo como Cenicienta
Paul Chelimo ganó una serie de los 5 000 sin una zapatilla. El estadounidense perdió su zapato en la vuelta número 7 de las 12,5 de la competición. No obstante, y a pesar de las ampollas en sus pies, el corredor de origen keniano participó en la final y con un tiempo de 13:04.60 consiguió el séptimo lugar.
Falta de privacidad en las arrancadas
Una de las novedades tecnológicas que trajo el Campeonato Mundial fue la de las cámaras colocadas en los tacos de salida, con el fin de lograr primeros planos desconocidos de los rostros de los atletas, aunque la innovadora idea no ha contado con la aprobación de todos los atletas que, en la mayoría de los casos, han visto afectadas su intimidad y concentración.
Otros detalles como la falta de público en las instalaciones, inclusive en pruebas tan espectaculares como la carrera de los 100 metros femenino, dominada por la jamaicana Shelly-Ann Fraser-Pryce; las pocas arrancadas en falso o el estreno en eventos del orbe del relevo mixto, con récord mundial incluido para la cuarteta estadounidense, hacen de este torneo un campeonato muy controvertido que deja la escena lista para el próximo certamen universal, que acogerá la ciudad norteamericana de Eugene, en 2021.
