En los centros de refugiados se prioriza la atención a los niños. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:07 pm
KESENNUMA, marzo 21.— La falta de combustible, la lluvia helada y los cortes de energía dificultan atender la peor crisis humanitaria en Japón desde la Segunda Guerra Mundial, aunque los trabajadores de asistencia reportan algunos progresos mientras se reabren rutas y se reconstruyen viviendas destrozadas por el terremoto y el tsunami.
«Hay alguna mejoría en términos de logística y en obtener alimentos y otras provisiones», expresó Francis Markus, de la delegación en Tokio de la Federación Internacional de las Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. «Pero todavía es muy difícil», agregó.
La lluvia no permitió esta semana que despegaran helicópteros cargados con provisiones, forzando a las autoridades a depender de las carreteras y demorando la ayuda, dijo la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
El acceso al agua «continúa siendo una preocupación» en 11 prefecturas, añadió.
Mientras, el número de víctimas por la catástrofe, tal como se había previsto, sigue en aumento. Este miércoles, un parte oficial reportado por Kyodo dio a conocer que suman cerca de 22 000 los muertos o desaparecidos, teniendo en cuenta que existen muy pocas probabilidades de que se encuentren sobrevivientes. Asímismo, se cuantifican 319 000 evacuados, 2 131 refugios improvisados, 2,4 millones de personas sin acceso al agua y 221 000 hogares sin electricidad.
Por otra parte, los técnicos que trabajan en Fukushima lograron terminar de tirar el cable de corriente externa a los seis reactores de la planta nuclear y ya se logró conectar la electricidad a una de las salas de la central.
El ministro de Economía, Comercio e Industria de Japón, Banri Kaieda, reconoció que el progreso en el cableado es una buena noticia, pero advirtió que la situación sigue siendo «extremadamente difícil». El portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear, Hidehiko Nishiyama, explicó que si se restablece la corriente eléctrica, la situación de la planta será «visible», lo que permitirá a las autoridades comprobar si las medidas actuales son suficientes.
Las autoridades japonesas comenzaron a medir la radiación en la costa de ocho localidades cercanas a la central luego de la confirmación de pequeñas cantidades de radiactividad en el entorno marino.
Sin embargo, insisten en que los niveles detectados en el agua, aunque más elevados de lo normal, son seguros «incluso si se bebe durante un año», según el portavoz del Gobierno, Yukio Edano.