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MOSCÚ, mayo 18.— El presidente ruso, Dimitri Medvedev, afirmó que no apoyará una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria, después que las 1971 y 1973, referidas a Libia, fueron manipuladas; mientras, la administración de Barack Obama impuso sanciones al jefe de Estado sirio Bashar al-Assad y otros seis altos funcionarios acusados de supuestas violaciones humanitarias.
Medvedev, quien ofreció su primera conferencia de prensa desde su llegada a la presidencia, recordó que Rusia apoyó la resolución 1971 y se abstuvo de aprobar la 1973, la cual estipulaba la formación de una zona de prohibición aérea y la protección de la población libia, aunque en la práctica ocurre algo muy diferente, apuntó, según PL.
Ambos documentos, consideró, solo sirvieron para conseguir más aviones, más tanques y más armas, y no la protección de civiles en el país africano.
Estimó que Siria, donde se reportan choques entre la oposición y la policía, debe contar con la posibilidad de resolver sus problemas internos sin intervenciones extranjeras.
Precisamente, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos divulgó este miércoles un comunicado firmado por el presidente Obama que impone una serie de sanciones económicas contra el mandatario sirio, Bashar al-Assad, las que justifica como «un esfuerzo» para «presionar» al Gobierno de Damasco, dijo ANSA.
La lista la integran además el vicepresidente, Farouk al-Shara; el primer ministro, Adel Safar; el ministro del Interior, Mohammad Al-Shaar; el ministro de Defensa, Ali Mahmoud; el jefe de la Inteligencia militar, Abdul Fatah; y el director de Seguridad Política, Mohammed Dib Zaitoun.
Las medidas bloquean las cuentas o propiedades que tengan en EE.UU. y prohíbe a ciudadanos estadounidenses realizar transacciones económicas con ellos.
Según PL, estas sanciones directas de Washington a Damasco se aprueban el mismo día que el Gobierno sirio responsabilizó nuevamente a bandas criminales armadas de provocar los enfrentamientos, en los cuales recientemente ocho militares murieron y cinco más resultaron heridos.
Siria atribuye las revueltas iniciadas el pasado 15 de marzo a bandas apoyadas por islamistas radicales y agitadores foráneos, que causaron violencia y numerosas muertes.
