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SANTIAGO DE CHILE, mayo 31.— Organizaciones ecologistas celebraron este jueves la decisión de la empresa local Colbún que sugirió suspender el estudio de impacto ambiental de la línea de transmisión del cuestionado proyecto Hidroaysén.
La determinación de Colbún, que detenta el 49 por ciento de las acciones de Hidroaysén, podría conducir a la paralización de la iniciativa, criticada por sus nocivos efectos sobre el patrimonio natural de la Patagonia chilena.
Agrupaciones como Patagonia Sin Represas y Greenpeace señalaron que ello demuestra la inviabilidad del proyecto de megacentrales hidroeléctricas en la austral región de Aysén, unos dos mil kilómetros al sur de esta capital.
Los ambientalistas opinaron que Colbún fue utilizada por la transnacional española Endesa, propietaria del 51 por ciento restante, para usarla como punta de lanza contra la ciudadanía con una propuesta inaceptable para Chile.
El director de Greenpeace en Chile, Matías Asún, manifestó que hay falta de claridad respecto de la política energética que el país necesita a nivel de generación, distribución y consumo.
Chile necesita acuerdos sociales que incluyan a la sociedad civil, dijo.
Los ecologistas destacaron el hecho de que sea precisamente un socio de HidroAysén quien reconozca que el proyecto es inviable.
Al no presentarse el Estudio de Impacto Ambiental para su evaluación, no podría aprobarse el proyecto que conectaría las plantas generadoras con el Sistema Interconectado Central.
Ciertamente sorprendió en el ámbito doméstico cuando Colbún declaró ayer que mientras no exista una política nacional con amplio consenso ciudadano no están dadas las condiciones para desarrollar proyectos energéticos de tal magnitud y complejidad.
