Los entusiastas criadores de palomas de Peebleshire, en Escocia, tienen un «gran misterio» por resolver: cientos de esas aves han desaparecido —al menos la mitad de sus palomas mensajeras— luego de salir a sus destinos, y no han regresado al hogar, sin que haya ocurrido cambio de tiempo severo que pudiera haber provocado la anomalía que se produce desde hace dos semanas. Ya comenzó la tercera semana de la temporada y los miembros de la Sociedad de Palomas piensan dos veces antes de echarlas al vuelo, cuando en otras localidades están ante igual fenómeno adverso. Pues a llamar a Sherlock Holmes para que resuelva el caso de las palomas perdidas.