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El todos contra todos de la MUD

De manera individual, sin equipos que valgan: todos contra todos. Así parece actuar ahora la coalición de partidos de la derecha venezolana.

Autor:

Marina Menéndez Quintero

DE manera individual, sin equipos que valgan: todos contra todos. Así parece actuar ahora la coalición de partidos de la derecha venezolana.

Quizá fuera el diputado del PSUV Diosdado Cabello quien mejor retratara el panorama de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), después del fracaso electoral del domingo 15 de octubre.

« (…) Lo más triste es que lo que dicen los adecos (miembros de Acción Democrática) de los de Primero Justicia es verdad, lo que dicen los de Primero Justicia sobre los adecos también es verdad, lo que dice María Corina (Machado) de todos los demás también es verdad, lo que dicen de María Corina también es verdad… uno se extraña de que eso no haya explotado antes», expresó Cabello durante su espacio televisivo Con el mazo dando.

Pero si se quiere una opinión «menos comprometida» puede acudirse a la del presidente de la firma encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, nada sospechoso de ser chavista, y quien ha calificado a esta como «por mucho, la peor crisis vivida por la oposición en 19 años, y apenas está comenzando».

El «¡plaf!» ha sido el anuncio de Henrique Capriles Radonski de que se va de la MUD con su partido Primero Justicia, lo que implicaría una ruptura que fractura las paredes de la coalición. Y ha agregado que este es el momento de «refundar» para la derecha venezolana. ¿Ello implicaría que la MUD no existe más?

Capriles Randonski dice que se va de la MUD

La implosión la provocó la juramentación ante la Asamblea Nacional Constituyente de cuatro de los cinco gobernadores que la derecha logró colocar con las elecciones regionales del día 15 en los estados de Táchira, Mérida, Anzoátegui, Nueva Esparta y Zulia (el único que no concurrió).

Pero las rajaduras eran visibles desde antes. Aunque la MUD ha sido precaria en la unidad desde su fundación formal en el año 2008, las divisiones han sido más ostensibles luego del fracaso de su estrategia violenta para acabar con el presidente Nicolás Maduro y, por su intermedio, con la Revolución Bolivariana, un cometido vapuleado por más de ocho millones de votos favor de la Asamblea Constituyente.

Capriles y Ramos Allup

La dificultad para el consenso se siguió haciendo notoria después, con las distintas posturas asumidas por sus dirigentes frente a las elecciones regionales pues, mientras hasta avanzada la campaña hubo titulares de los partidos miembros que abogaron por no participar, otros como Ramos Allup apostaron desde el principio por competir en los comicios.

Les resultó también un dilema conseguir la nominación de candidatos unitarios en cada estado y, finalmente, el fracaso que representa para ellos la obtención de cinco gobernaturas frente a las 18 del PSUV ha dado lugar al rompimiento que se avizora, con Capriles saliendo y Ramos Allup y su partido Acción Democrática cuestionados.

 Henry Ramos Alllup dijo que los gobernadores de su partido que juramentaron ante la Asamblea Nacional Constituyente, se autoexcluyeron

El saldo es un electorado de la derecha descolocado por las sucesivas derrotas y los continuos cambios de estrategia, y quizá también aleccionado luego de los actos fascistoides de abril-junio, por parte de los sectores violentos.

Parece también ese un caudal político menguado en relación con las legislativas de diciembre de 2015, el mejor momento de la MUD, y que le dieron una abrumadora mayoría en la Asamblea Nacional.

Si bien se aprecian, como desde hace años, dos posiciones, la mayoría para la Revolución Bolivariana está de vuelta: más de ocho millones de electores se pronunciaron a favor de la Constituyente frente a los poco más de siete millones que obtuvieron los opositores en el ilegal referendo para forzar que se anulara aquella elección. Ello significaría aproximadamente un millón de votos de diferencia probablemente superados durante las regionales, cuando el PSUV obtuvo un total de 54 por ciento de los sufragios, y la MUD, 45 por ciento.

La ecuación se debe a los citados triunfos electorales del chavismo así como a la resistencia de sus fuerzas, junto a una población que pudo soportar los embates violentos y lidia aún con la escasez provocada por la crisis y la guerra económica.

La juramentación de lso gobernadores de la MUD en Táchira, Nueva Esparta, Mérida y Anzoátegui ante la titular de la Constituyente, Delcy Rodríguez

Si hasta hace tres meses la posición ofensiva estaba en poder de la derecha, ahora la pauta se marca desde las filas bolivarianas.

El primer reto para los opositores se ubica en los próximos comicios para alcaldes, adelantados para diciembre, y las presidenciales previstas para 2018, con vista a las cuales les resultará importantísimo elegir un candidato único.

Los hechos, que tuvieron como corolario el encuentro de tres de los gobernadores de la MUD, el miércoles, con el presidente Nicolás Maduro, dibuja lo que con razón el Jefe de Estado identificó como inicio de una nueva etapa política de la que, pienso, no puede excluirse la posibilidad de seguir dirimiendo las diferencias mediante el diálogo y dentro de la institucionalidad venezolana. Ese es el gran logro.

Veremos cómo sigue la saga.

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