Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Estados Unidos quiere hundir los cruceros

Lo más reciente del bloqueo a Cuba: nuevas restricciones a los viajes de estadounidenses a la Isla

Autor:

Juana Carrasco Martín

HOY, miércoles 5 de junio, entran en vigor las más recientes medidas dictadas por la administración Trump en su política de hostilidad contra Cuba. El Departamento de Estado las dio a conocer la víspera y ellas eliminan la autorización de las visitas educativas grupales de las que llaman pueblo a pueblo, se prohíbe a los buques de pasajeros y recreativos —los cruceros— tocar los puertos cubanos, descartando las licencias que los amparaban y también entran en esa restricción los aviones privados y corporativos.

Como denunció Bruno Rodríguez Parrilla, canciller cubano, en un tuit de rechazo a esta decisión —que concreta los anuncios hechos por el asesor de seguridad nacional, John Bolton, el pasado 17 de abril—, con las nuevas sanciones «pretenden asfixiar la economía y dañar el nivel de vida de los cubanos para arrancarnos concesiones políticas. Fracasarán otra vez».

Washington completó su disposición mediante un comunicado del Departamento del Tesoro en el cual da a conocer que su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) ha presentado enmiendas al Reglamento de Control de Activos Cubanos con el fin de implementar la nueva agresión en la que establecen una política general de denegación de solicitudes de licencia a los medios de transporte mencionados.

Para que los estadounidenses no pongan el grito en el cielo con esta violación —una más—, a su derecho constitucional de viajar a donde le plazca, la OFAC incluyó una disposición de exención para que aquellas visitas educativas grupales que estaban autorizadas con anterioridad y la persona o personas habían completado al menos una transacción del viaje antes del 5 de junio, puedan realizarlo. Con esto se refieren a la compra del boleto del crucero o de la aeronave o la reserva de alojamiento.

Pero para ser enteramente claros, el texto de la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio (BIS), involucrada también en las medidas coercitivas a sus ciudadanos y totalmente hostiles contra Cuba, afirmó: «en consecuencia, los aviones privados y corporativos, los cruceros, los veleros, los barcos de pesca y otros aviones y embarcaciones similares, en general, tendrán prohibido ir a Cuba».

La regla añade que las únicas aeronaves civiles que siguen autorizadas para dirigirse a la Mayor de las Antillas son las comerciales que operan bajo Certificados de Operador de Transporte Aéreo u otras especificaciones de la Administración Federal de Aviación, especifico Prensa Latina.

Engage Cuba, coalición bipartidista de compañías privadas y organizaciones que trabajan en EE. UU. para terminar con la prohibición de los viajes y el bloqueo comercial contra Cuba declaró a través de su presidente James Williams que «restringir la libertad de viajar de los estadounidenses es un ataque a nuestro derecho fundamental como ciudadanos. El Gobierno federal no debe vigilar los lugares donde los estadounidenses se van de vacaciones. Nuestras libertades fundamentales no deben ser rehenes de los políticos por partidismo».

A lo cual Williams añadió: «Las noticias de hoy son especialmente dañinas para el pueblo cubano, especialmente para el creciente sector privado cubano, que confía en que los viajeros estadounidenses apoyen sus negocios y familias».

La regla expuesta este martes apunta que las únicas aeronaves civiles que siguen autorizadas para dirigirse a la   Mayor de las Antillas son las comerciales que operan bajo Certificados de Operador de Transporte Aéreo u otras especificaciones de la Administración Federal de Aviación.

El 31 de agosto de 2016, esa conexión de vuelos comerciales regulares entre Estados Unidos y Cuba se reabrió con la aerolínea JetBlue, y le siguieron otras y desde diversas terminales aéreas, lo cual constituyó un paso positivo y una contribución a un proceso de mejoramiento de las relaciones entre los dos países iniciado en el Gobierno de Barack Obama.

Aunque las medidas de hoy no atañen a estas compañías comerciales, la administración de Donald Trump ha cedido a los intereses políticos de un sector anticubano de la Florida, cada vez más minoritario, y a los insanos consejos de un equipo de ultraconservadores que solo buscan repartir enfrentamientos por todo el mundo, y Cuba está entre sus blancos preferidos, lo cual han expuesto en la irracional resurrección de la Doctrina Monroe.

Estados Unidos acaba de extender otro tentáculo para obstruir el desarrollo cubano y a la vez violar, flagrantemente, los derechos humanos de todo un pueblo.

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