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Trump «casa-sola» también en la vacuna contra la COVID-19

Estados Unidos no se unirá a iniciativa mundial de vacuna contra el coronavirus

Autores:

Juana Carrasco Martín
Juventud Rebelde

WASHINGTON, septiembre 1.— Estados Unidos no se unirá a un esfuerzo mundial liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para desarrollar, fabricar y distribuir una vacuna contra el coronavirus, dijo el martes la Casa Blanca. 

La decisión representa una apuesta de la administración Trump, que podría amenazar con dejar atrás a EE. UU. si otro país desarrolla el primer candidato viable a la vacuna. 

Casi todas las naciones del mundo están participando en conversaciones iniciales sobre el proyecto conjunto COVAX en el que participan la OMS, la Unión Europea, Alemania, Japón y varias organizaciones no gubernamentales importantes, reportó The Hill.

El proyecto, anunciado por la OMS a principios de este año, distribuiría un eventual candidato a vacuna a países de todo el mundo en función del número de residentes de alto riesgo en cada nación. Pero la Casa Blanca dijo que Estados Unidos no estará entre esas naciones.

«Bajo el liderazgo del presidente Trump, la vacuna y la investigación terapéutica, el desarrollo y los ensayos han avanzado a una velocidad sin precedentes para suministrar medicamentos innovadores y eficaces impulsados por los datos y la seguridad y no retenidos por la burocracia del gobierno», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Judd Deere.

«Estados Unidos seguirá involucrando a nuestros socios internacionales para garantizar que derrotemos este virus, pero no estaremos limitados por organizaciones multilaterales influenciadas por la corrupta Organización Mundial de la Salud y China», dijo de manera insultante el portavoz.  

«Este Presidente no escatimará gastos para garantizar que cualquier nueva vacuna mantenga el estándar de oro de nuestra propia FDA para la seguridad y eficacia, sea probada a fondo y salve vidas», agregó Deere.

La decisión provocó  rápidamente críticas de expertos en salud pública quienes dijeron que representaba una visión miope de lo que debería ser un esfuerzo mundial para controlar la pandemia.

«Desde una perspectiva de salud global, es una decisión muy imprudente», dijo Andrea Feigl-Ding, fundadora y directora ejecutiva del Health Finance Institute. «Es sintomático de una cultura de la muerte. Esa es una palabra fuerte, pero nosotros al contrario de ellos no ayudamos a nadie».

 El presidente Trump ha tratado de trasladar la culpa de su propia administración a la OMS, incluso cuando el virus se propaga más ampliamente en los Estados Unidos que en cualquier otra nación de la tierra, comentó The Hill.

La administración estadounidense ha culpado a la OMS de no obligar a que China rindiera cuenta el nuevo coronavirus, a pesar de que la OMS declaró la pandemia como una emergencia de salud pública de importancia internacional —su nivel más alto de alerta— más de un mes antes de que la administración Trump declarara su propia emergencia. 

Trump comenzó el proceso de retirada de la OMS, el cual no estaría completo hasta que comience en enero el próximo mandato presidencial que esta en juego en las elecciones del 3 de noviembre próximo. 

Los organismos mundiales de salud pusieron en marcha el proyecto COVAX para garantizar que los países pobres y en desarrollo pudieran tener acceso a una vacuna eventual al mismo ritmo que las naciones ricas y desarrolladas.

Los Estados Unidos ya han firmado acuerdos con un puñado de fabricantes que garantizan la entrega de cientos de millones de candidatos a vacunas si resultan seguros y eficientes.

Pero los expertos en salud advierten que la pandemia no terminará hasta que esté bajo control global.

«Creo que debemos tener en cuenta que sólo estamos a salvo si todos están a salvo», dijo Seth Berkley —quien dirige la alianza de vacunas Gavi—,  a The Hill en una entrevista en julio. «Si la pandemia se sigue descontrolando en otros países, todavía no volverán a los viajes normales, el turismo, el comercio».

Varias de las vacunas en ensayos de fase dos y tres están siendo desarrollados por empresas con sede en los Estados Unidos, incluidos los productos potenciales de Moderna y Pfizer. Pero otras empresas europeas, australianas y chinas están desarrollando otros candidatos prometedores que compiten con el mercado, lo que significa que no hay garantía de que Estados Unidos tenga el primer acceso a esos candidatos si resulten eficaces.

The Hill no menciona la vacuna rusa con la cual se protegerá al pueblo  ruso en octubre-noviembre y se negocia con países de América Latina y el Caribe,  y por supuesto tampoco el candidato vacunal cubano, Soberana-01, en prueba Fase I-II.

«Es un movimiento político para mostrar a los Estados Unidos contra el mundo, y probablemente piensan que pueden ganar a pesar de que deberíamos estar todos juntos en esto», dijo Feigl-Ding en una entrevista el martes. «Hay enormes disparidades que se van a propagar».

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