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Una década de Android

El sistema operativo móvil más extendido del mundo cumplió diez años

Autor:

Yurisander Guevara

A Andy Rubin y sus colegas de trabajo los iban a echar de las oficinas donde había radicado su recién fundada empresa: Android Inc. No tenían dinero para pagar la renta del local.

Junto a Rich Miner, Nick Sears y Chris White, Andy había creado en 2003 una compañía en Palo Alto, California, Estados Unidos, que daría vida a un sistema operativo avanzado para cámaras digitales. Sin embargo, cinco meses después decidieron cambiar su centro de atención para desarrollar un sistema operativo que compitiese con Symbian —de Nokia— y Windows Mobile —de Microsoft—, entonces reyes de los dispositivos móviles.

Los inversores no se «tragaban el cuento» de que un grupo de jóvenes podrían ser capaces de destronar a gigantes como Microsoft y Nokia de su reinado en los equipos móviles. Y la situación financiera de Android Inc. empeoraba por día.

Andy sería «salvado» por un cercano amigo, Steve Perlman —el creador, entre otros softwares, de Quick Time—, quien le donó una cierta cantidad de dinero para que Android Inc. se mantuviera a flote.

Lo cierto es que la idea de Andy y compañía atrajo la atención de Google, que en 2005 compró la empresa, mantuvo el nombre en el sistema operativo, y puso todavía más recursos para su desarrollo.

Inicialmente la plataforma móvil usó como base el kernel (núcleo) de GNU/Linux, se basó en la distribución de teclado Qwerty y se pensó que sería parecida a la empleada por otro peso pesado de la época, Blackberry.

Por entonces los teléfonos no eran «inteligentes», así que el plan de Android tenía sentido. Hasta que en 2007 Apple sorprendió al mundo con su primer iPhone y puso a Google en una disyuntiva. Si el celular de los radicados en Cupertino, Estados Unidos, tenía pantalla táctil, Android no podría ser menos.

Por ello Google retrasó el proyecto para hacer que su sistema operativo funcionara no solo en teléfonos con botones físicos —que en 2007 eran la norma—, sino que también respondiera a las pantallas táctiles.

Así, el 23 de septiembre de 2008 salió al mercado la primera versión de Android, la cual fue presentada en un dispositivo HTC Dream/T-Mobile G1. Nótese que, también por esa época, las operadoras fabricaban teléfonos. Sin embargo, además de la revolución que supuso el iPhone en cuanto a diseño y formas de usar un teléfono celular, las libertades que ofreció Android cambiaron la industria móvil para siempre. Tanto fue así que este software hoy acapara cerca del 90 por ciento de los equipos móviles en el mundo, según datos de Statcounter, una compañía especializada en análisis de tráfico web.

El parteaguas

Podría ahora parecerle tosca en su diseño, pero la primera versión de Android contenía muchas de las características que en la actualidad se dan por descontadas.

Una pestaña de notificaciones, widgets en la pantalla de inicio y un mercado de aplicaciones llamado Android Market —precursor de Google Play—, llegaron con la primera versión del sistema operativo de Google que, por cierto, no tuvo teclado virtual.

En ese momento fundacional se realizó solo una actualización, a la versión 1.1, que arribó en febrero de 2009 para corregir una importante serie de errores.

Entre las características de esta versión se encontraban la multitarea, la pantalla de bloqueo y el patrón de desbloqueo, la agrupación de íconos en carpetas, el desplazamiento rápido por las listas de contactos, cambiar el fondo de escritorio, copiar y pegar, un reproductor multimedia, la marcación por voz y aplicaciones de Google como Maps, Calendar, Reader, Search y Talk, esta última convertida con el tiempo en Hangouts.

Android 1 soportaba la conexión wifi y Bluetooth, todo ello en una pantalla de 3,2 pulgadas con una resolución de 320x480 píxeles, como la del mencionado HTC Dream, que salió a la venta con una cámara fotográfica de 3,2 megapíxeles sin flash. Bastante ha llovido desde entonces.

Un sistema para casi todo

A Android le tomó dos años desbancar a Symbian del mercado móvil. En año y medio superó a iOS, el sistema operativo de Apple, en cuanto a unidades que utilizan Android, y en los siguientes seis meses se convirtió en el sistema móvil más usado en todo el mundo.

Samsung tuvo buena parte de la «culpa» de este despegue, pues en 2011 el Galaxy SII fue el teléfono más vendido del mundo, con 40 millones de unidades. El Galaxy SIII vendería 70 millones al año siguiente, y el S4 facturó otros 40 millones de unidades en 2013.

Desde sus inicios, Android ha tenido un crecimiento sostenido en la cuota de mercado. No solo hizo desaparecer a Symbian —presente hoy en los inmortales Nokia— y a Windows Mobile, sino que ha dejado a iOS con una cuota de mercado inferior al 20 por ciento. Datos de Google indican que 1 300 fabricantes de todo el mundo usan Android en sus teléfonos, lo cual hace que unos 24 000 modelos de todas las marcas, gamas, colores y precios sumen más de 2 000 millones de terminales activos con este software.

La razón del éxito radica en que, más allá de problemas en su programación, Android es un sistema operativo estable y gratuito. A los fabricantes les es más fácil instalarlo de serie que desarrollar uno propio. Blackberry, por ejemplo, luchó contra ello durante años, pero finalmente sucumbió a los «encantos» de Android y ahora sus equipos lo traen de fábrica. Si de monopolios se trata, este sistema operativo es el emulador de Microsoft en cuanto a uso a nivel global.

Lo anterior incide también en los desarrollos para el mercado. De acuerdo con la consultora Statista, desde el pasado año ha decrecido el número de aplicaciones creadas para la App Store de Apple, mientras que las que llegan a Google Play van en aumento. Sin embargo, la tienda de iOS sigue siendo la más rentable, con dos tercios a su nombre de los más de 33 000 millones de dólares generados este año en ventas, lo cual habla de la calidad del software creado para iOS.

Retos pendientes

A pesar de dominar el mercado en la última década, Android tiene entre sus principales problemas la fragmentación de su sistema operativo.

Si bien Android mejora en prestaciones con cada lanzamiento, Google no ha encontrado la forma de que las nuevas versiones lleguen a todos los móviles en el mercado.

Hasta este septiembre, indica Google, los equipos con Android se distribuyen entre versiones que van desde Gingerbread (apenas el uno por ciento) hasta Oreo (14,6 por ciento). La versión más extendida hoy es Nougat (30,8 por ciento), seguida de Marshmallow (22,7 por ciento) y Lollipop (19,2 por ciento). Este «reguero» de versiones obliga a los desarrolladores a crear aplicaciones que soporten a sistemas anteriores, lo cual incide en las prestaciones del software final.

Apple padece este problema en menor medida, pues pone cuotas de retrocompatibilidad más estrictas, y como dispone de un público más fiel, en poco tiempo los equipos viejos son remplazados por nuevos.

Todos para Google, y Google para todos

Google sabe que los mercados emergentes harán que el crecimiento de Android sea todavía mayor. La empresa que compraron por 50 millones de dólares y que para 2016 le había generado 22 000 millones de dólares en ingresos, tiene todavía buena parte del mundo por penetrar.

Lugares como India son el nicho perfecto para expandirse, de ahí que hayan creado iniciativas como Android One y Android Go, versiones más ligeras del sistema operativo que permiten la fabricación de terminales más asequibles para todos. En la nación asiática Android tiene una cuota de mercado del 92 por ciento de los 300 millones de habitantes que hoy cuentan con un teléfono inteligente. El margen de penetración es todavía bajo si tomamos en cuenta que la población de ese país es de 1 324 millones de personas.

Con un futuro así —además de lo que le resta en India todavía la mitad de la humanidad no tiene un teléfono inteligente—, nada parece augurar que Android vaya a caer en picada. Sin embargo, Google tiene entre sus proyectos a Andrómeda, un sistema operativo que buscaría aunar la experiencia en móviles, tabletas y ordenadores. ¿Será este el sucesor de su exitoso robot verde? Ya veremos.

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