Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Por la izquierda…

Hoy Carlos Águila Collera, de Martí 305, entre Coronel Legón y Mayía Rodríguez, en la ciudad de Sancti Spíritus, trae a esta columna una denuncia con sabor a helado que se escapa «por la izquierda», ante los acalorados y sudorosos consumidores de verano.

Señala Carlos que en el Coppelia de esa ciudad hay dos áreas de venta, y actualmente solo funciona una. Pero ese no es el problema esencial. Lo preocupante de todo es que por esa única puerta, «con toda impunidad salen personas con tinas completas de helado, para vendérselas a los particulares».

Considera el denunciante que tal práctica es «una falta de respeto al pueblo que está haciendo cola en pleno mediodía, con un sol insoportable, que nadie le haga frente a esa situación».

Dice más Carlos: las condiciones higiénicas son inapropiadas. Las dependientas con el pelo suelto manejando los dulces con la mano, «y además, te despachan la parte de arriba de la tina, que es pura agua». Asegura que tales problemas han sido denunciados, pero todo parece indicar que hay un «tutti fruti» de impunidades, de acuerdo con lo que él narra.

Situaciones parecidas han sido denunciadas en esta columna por nuestros lectores, acerca del hermano mayor, el Coppelia de la capital. Y no recibimos respuesta. Ojalá con el de Sancti Spíritus tengamos mejor suerte. Y... por cierto, ¿se estará derritiendo para siempre el espíritu con que se fundaron las heladerías Coppelia en varios sitios del país, en alegoría al buen gusto y la excelencia del ballet homónimo, que no admite en Cuba mediocridades?

La segunda misiva la envía Annia Aymerich Alonso, ingeniera hidráulica de 33 años que reside en calle 128 B número 8514, entre 85 y 87, en el municipio capitalino Marianao.

Annia está muy confundida, porque el 16 de junio almorzó en la cafetería que está encima de la terminal Islazul, frente al Zoológico de 26, en la capital. No había carta, y se atuvo a lo que la dependienta le decía: pizza de queso a 1,15 CUC y pizza de jamón a 1,75 CUC. Los espaguetis con jamón valían 1,50 CUC.

Pero el 24 de junio, Annia volvió por allí. Y las pizzas de queso costaban 2,00 CUC, las de jamón 2,50 y los espaguetis con jamón 1,75.

«¿Es posible que de una semana a otra varíen los precios, y que no haya una carta para poder verla? Creo que allí hay algo que no está funcionando bien», refiere la asombrada consumidora.

¿Hubo aumento de precios en la unidad? ¿La nueva modalidad de servicio desestimó la carta para darle más contenido de trabajo a los dependientes y sean así más locuaces? ¿Seguirán subiendo los precios? ¿Quién los eleva? Esperamos respuestas al respecto.

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