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Dudas por cuenta propia… y ajena

Una cosa es la política gubernamental de favorecer el trabajo por cuenta propia, y otra es la aplicación de la misma, allí en el territorio, por obra y gracia de quienes deben controlarla y cuidarla, precisamente para que triunfe y no naufrague.

En tal sentido me escribe llena de dudas Bárbara Rivero Marín (Bloque 14, Casa 2, reparto Plaza, Trinidad, Sancti Spíritus), quien posee la licencia de productor vendedor de artículos de uso del hogar y tiene su punto de venta en el sitio llamado La Candonga, en calle Colón entre José Martí y Frank País, en la ciudad de Trinidad.

Cuenta ella que el pasado 5 de septiembre se presentó allí la Jefa de Inspección y Supervisión a nivel provincial, y le dijo que no podía vender escobas, ni cepillos, ni brochas, refiriéndose a los que Bárbara ofrecía a los clientes, todos ellos artículos de factura artesanal. Y el argumento fue que su licencia no comprendía la venta de dichos artículos, pues no eran útiles para el hogar.

Bárbara le reclamó. Por un lado, a ella no se le había informado nunca que las escobas, cepillos y brochas no se podían vender como útiles del hogar. A lo anterior se añade que uno de los artículos de la documentación que regula esta actividad, el 427, precisa que se puede vender cualquier tipo de producto siempre y cuando no provenga de la red de tiendas en divisas.

Pero la funcionaria le dijo que: o la multaba o le decomisaba la mercancía. A ello le siguió la aplicación de una multa de 400 pesos. La vendedora se pregunta cómo es posible que se le aplique así, a la tremenda, tal medida.

Asegura la trabajadora que llamó a la Dirección Provincial de Trabajo para quejarse, y le dijeron que ellos no tienen nada que ver con eso y que tampoco tiene derecho a reclamación alguna.

Bárbara siente que sus reclamos no son escuchados. No tiene a quién acudir para que la convenzan, con argumentos y sin enfrentamientos, si es que ella está errada. Y es importante que se escuchen sus razones y reciba una respuesta esclarecedora. Lo agradecerán aquellos que se han acogido a la modalidad del trabajo por cuenta propia e, incluso, otros actores cercanos a su implementación, de quienes siempre se espera un criterio preciso y orientador.

Ya no hay que ir hasta Calimete

El pasado 1ro. de julio, desde la capital, Benita Silva contaba aquí que viaja frecuentemente a visitar a su familia a la localidad de Amarillas, en el municipio matancero de Calimete.

Y contrastaba que, teniendo Amarillas una terminal cómoda, con asientos, nevera con agua y televisor, estaba prácticamente subutilizada. A diferencia de antes, ahora alguien ideó que los pasajeros de esa localidad que deseen viajar a La Habana y a Matanzas, aun cuando el ómnibus pasa por allí, deben trasladarse a Calimete, a cinco kilómetros de distancia, con tantas dificultades de transporte que hay. «¿Por qué hacerte viajar para poder viajar?», concluía Benita con una lógica económica y humana irrebatible.

Al respecto, responde Edel Corrales Rodríguez, viceministro del Transporte, quien afirma que la demanda de la ciudadana fue declarada Con Lugar. Y agrega que «a partir de análisis realizados, la Dirección de la Empresa de Ómnibus Nacionales ha puesto en práctica una serie de modificaciones en la programación de salidas, con el objetivo de ampliar el servicio y satisfacer a un mayor número de clientes. En tal sentido, se han extendido rutas, tales como: Habana-Pedro Betancourt a Calimete; Habana-Agramonte a Jagüey Grande y Habana-Florida a Esmeralda.

«No obstante, teniendo en cuenta que la población debe trasladarse a otra localidad para la adquisición de los correspondientes boletines, y dadas las dificultades existentes con el transporte, se tomaron las medidas necesarias para que los pobladores de Amarillas no tengan que trasladarse a Calimete a comprar su boleto.

«Desde el 15 de agosto se compra el boleto en Amarillas a bordo del ómnibus. Los tripulantes recepcionarán y cargarán los equipajes de los pasajeros, según el procedimiento establecido por el Reglamento Comercial y de Equipajes. Lo anteriormente expuesto le fue comunicado a la compañera Benita Silva en visita realizada a su domicilio, mostrándose conforme con la atención brindada», concluye el Viceministro.

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