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Joaquín Borges-Triana

Los que soñamos por la oreja

2011: el año de Harold López-Nussa

Sin la menor duda, Harol López-Nussa Torres tiene que sentirse feliz con lo que el 2011 deparó para su carrera artística. Haber participado en el circuito internacional de festivales de jazz, particularmente en certámenes tan prestigiosos como el de Montreux, en Suiza; los de Avignon, Marciac y Juan-les-Pins, en Francia; el de Bratislava, Eslovaquia, y el de Montreal, Canadá, representó un espaldarazo para la promoción del quehacer de este habanero nacido en 1983.

Fundamental para todo lo mucho y bueno que ha acontecido en relación con la expansión de Harold a escenarios más allá de nuestras fronteras, resultó su designación como Talento Jazz 2011 por la sociedad gestora de derechos de autor francesa Adami, reconocimiento que le ha permitido girar por escenarios europeos y norteamericanos en el transcurso de los anteriores 12 meses.

Con una proyección signada por idéntico rigor en los ámbitos de la llamada música académica, la popular bailable o el jazz, su más reciente producción discográfica lleva por título El país de las maravillas y es un CD grabado en compañía de su hermano Ruy Adrián López-Nussa Torres a la batería, Felipe Cabrera en el bajo y con la figura del hoy muy popular saxofonista puertorriqueño David Sánchez como invitado especial.

Desde la primera audición del material, uno se percata de que estamos ante un fonograma en el que, sin perder la cubanía que ha caracterizado el quehacer de este novel pianista, hay una búsqueda particular en códigos del lenguaje jazzístico internacional, expresión de un interesantísimo proceso dado en la actualidad mediante el cual las fronteras entre los llamados jazz straight y latino o afrocubano se están disolviendo o integrando.

A diferencia de un trabajo anterior suyo, el disco titulado Canciones, en el que uno siente que hay mucho escrito, a tono con la intención de vincular la propuesta a los aires del jazz cameral, en El país de las maravillas hallamos que hay mayor presencia de la improvisación, la gran esencia del jazz.

Un rasgo significativo del CD es el equilibrio interno que en él se respira. En dicho sentido, por una parte disfrutamos de piezas enraizadas en la música cubana, como sucede en los cortes El país de las maravillas, La fiesta va y Bailando Suiza, una composición de Harold que ya había incluido con anterioridad en el álbum Canciones. Como una segunda arista, escuchamos piezas que destacan por su belleza melódica y delicadeza. Son los casos de Interludio y A Camilín.

Entre los temas que más me han impactado de toda la grabación, mencionaría la extraordinaria versión que realizan de ese clásico de la trova tradicional que es Perla marina, original de Sindo Garay; E cha, que transcurre dentro de los parámetros del jazz latino; y Guajira, con destaque especial para Ruy Adrián López-Nussa, que aquí demuestra sus posibilidades como un percusionista integral, que no solo toca batería sino que también puede ejecutar con igual brillo el vibráfono y el cajón.

No quiero soslayar el rol del soporte rítmico en un CD como este, a cargo del ya aludido Ruy Adrián desde la batería, y de Felipe Cabrera como bajista, el mismo que conociéramos en los años 80 como integrante del Grupo Proyecto y que, en el período que lleva radicado en Francia, ha seguido creciendo como músico. Igualmente, pienso que en el álbum hay que resaltar la intervención del saxofonista David Sánchez como invitado especial. Él demostró aquí nuevamente su tremenda capacidad de adaptabilidad para saber integrarse a esta formación, como si siempre hubiese tocado con ella.

Material que en su conjunto puede catalogarse como el más completo de los trabajos fonográficos realizados por este joven pianista hasta el momento, en virtud del nivel de búsqueda y experimentación en las estructuras morfológicas de los temas, la contemporaneidad de las armonías y el tratamiento concedido a las improvisaciones, en resumen cabe afirmar que El país de las maravillas, disco protagonizado por Harold López-Nussa Torres como figura frontal, es una grabación muy recomendable para aquellos que se interesen por estar al tanto de lo nuevo que hoy acontece en el jazz hecho por cubanos.

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