Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Destacan funcionamiento de «casas de estudio» en la Isla de la Juventud

Las casas de estudio se han convertido en un importante movimiento para niños con dificultades académicas

Autor:

Dora Pérez Sáez

Osmany Pantoja. Foto: Roberto Morejón ¿Quién dijo que para estudiar está la escuela y para disfrutar la casa? Seguro fue alguien que no ha ido nunca a la Isla de La Juventud. Porque allí sí que hay que «ponerse para las cosas» después del horario de clases. Las casas de estudio funcionan «al quilo», y nadie quiere quedarse fuera de ese movimiento que tanto ha ayudado a niños con dificultades académicas.

Por eso los estudiantes pineros, en su asamblea municipal del cuarto congreso, debatieron este tema con tanta fuerza. Porque han comprobado que con las casas de estudio aumenta el nivel de conocimientos de los pioneros.

«Pienso que son un medio más cómodo para que el pionero ejercite los contenidos que recibe en la escuela», dice Osmany Pantoja, quien hasta el pasado curso fue el presidente del colectivo de la secundaria básica Amistad Cuba-Corea, y es delegado al evento.

En su hogar funcionaba una casa de estudio con seis pioneros. Y nada de jueguitos ni pérdida de tiempo. Allí todo se hacía con mucha seriedad. Incluso buscaba bibliografía aparte de la que usualmente se emplea en el aula.

«En mi escuela se seleccionaban las casas con sus respectivos jefes, que eran los encargados de repasar los conocimientos recibidos en las clases y darles respuesta a dudas que pudieran haber quedado.

«Mis padres siempre me apoyaron. Querían que todo se desarrollara de la forma más amena posible y que los muchachos se fueran satisfechos y con un poco más de conocimientos».

Para Osmany, todos los pioneros, sin excepción, deben pertenecer a una casa de estudio, pero principalmente aquellos con dificultades para desarrollar sus capacidades. «Trabajé con muchos de estos pioneros y al final de curso casi todos lograron incorporarse al centro de estudio que querían. Esto me causó gran alegría».

Y esa es otra de las ventajas de este método, que desarrolla la solidaridad desde edades tempranas y el hábito de estudiar en colectivo. Por eso este pinero llevará su experiencia y la de sus compañeritos al congreso pioneril, como una práctica que debe seguir promoviéndose.

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