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Soñando con un hombre nuevo

Los más de 600 000 miembros de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media arriban al aniversario 37 de la organización en el proceso preparatorio del XI Congreso, que se realizará en marzo de 2008 FE-EM

Autor:

Margarita Barrios

Particia Flechilla. Foto: Calixto N. Llanes «La FEEM arriba a este nuevo aniversario con el desafío de contribuir a que nuestros estudiantes adquieran valores, que se formen en los principios del Socialismo y que alcancen las condiciones de ese hombre nuevo que quería el Che, que puede hacer avanzar a una sociedad nueva».

Así caracteriza Patricia Flechilla, presidenta nacional de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), los desafíos de una organización que agrupa a casi 600 000 miembros, en más de 1 400 centros.

«La FEEM tiene hoy un llamado urgente, seguir contribuyendo a la formación integral de los estudiantes, desde el estudio hasta la preparación para la vida laboral», apuntó.

Estudiantes de preuniversitarios, politécnicos, enseñanza deportiva y artística, así como de los Programas de la Revolución conforman esa masa de la Enseñanza Media que se propone —según su presidenta— ser una organización más cercana a la comunidad. «Ganar en protagonismo y participación activa en todos los espacios de la escuela y la sociedad, aportando ideas y con una responsabilidad creciente».

Preparados para la cita nacional

A partir de la convocatoria al XI Congreso de la FEEM, que será en el venidero mes de marzo, los muchachos se propusieron realizar un proceso desde la base, para que todos tuvieran la oportunidad de expresar sus opiniones.

Luego de realizar los 18 000 congresos de grupo, se efectuó el Consejo Nacional, al cual Patricia caracterizó como «un alto en el camino, un momento de reflexión», que continúa en este mes de diciembre con las reuniones de centro, en enero serán las municipales y en febrero las provinciales.

«En el Consejo Nacional se abordaron las principales temáticas que surgieron en los debates en los grupos y así podremos proyectar los próximos pasos, las acciones que desarrollaremos hasta el evento nacional.

«Este ejercicio, que nos sirvió para engrasar nuestras estructuras, trabajó en encuentros por enseñanzas y también en función de las temáticas que vamos a tener en la cita nacional.

«Proyectamos cómo pretendemos y soñamos que sea el resto del Congreso, y reafirmamos nuestra aspiración de que todos los estudiantes se impliquen mucho más».

—¿Cuál consideras que es el saldo de estas reuniones?

Foto: Juan Moreno —Sentimos que hay más identificación de los estudiantes con la FEEM, más sentido de pertenencia. Todavía tenemos algunas inconformidades, pero hemos logrado que un gran número de estudiantes se impliquen en nuestro trabajo, que es en definitiva la Revolución.

«Sentimos también la necesidad de seguir promoviendo espacios de discusión y debate desde el aula. Esperamos que los Congresos de centros transformen realmente la vida allí; que los estudiantes, junto a los profesores y la familia se involucren con más profundidad y ejerzan la crítica responsable.

«No podemos conformarnos con que sea una reunión de un día, porque no tendrá ningún efecto. No se trata de ir haciendo encuentros y acumulando planteamientos, sino de hacer un espacio que pueda transformar el funcionamiento cotidiano de la escuela».

—¿Cuáles son las mayores preocupaciones de los estudiantes?

—Además de un tema que es el eje de cada debate —cómo asumen los estudiantes de la FEEM la continuidad de la Revolución—, hay otros que se expresan en las tareas cotidianas.

«Por ejemplo el aprovechamiento del estudio, que es el principal deber de cada estudiante y una de nuestras principales reservas.

«Todavía nos falta mucho para que los jóvenes estudien conscientemente y, sobre todo, aprovechen los medios que están hoy en las aulas. No se conocen bien los softwares educativos; los televisores y los videos no se explotan lo suficiente.

«Esta problemática también tiene que ver con la responsabilidad de los profesores, y por eso ha sido un reclamo que el claustro se prepare y fortalezca más para impartir conocimientos y a la vez educar. Sabemos que se trata de colectivos de maestros muy jóvenes, en los cuales confiamos, pero que les queda —y ellos lo han reconocido— prepararse mejor».

Otro tema es la inconformidad con la actividad productiva, sobre todo en centros internos en el campo, que tienen como principio el vínculo estudio-trabajo.

«Esto se ha desvirtuado en muchas escuelas por factores que tienen que ver con condiciones materiales, implementos de trabajo, a veces no se cuenta con el área para realizar esa labor.

«Hemos exhortado a los estudiantes y profesores para trabajar el área que tienen disponible en la escuela, porque es el cumplimiento de un principio que le da razón a que sea un centro interno en el campo».

—¿Entre los planteamientos de los estudiantes hay algunos referidos a la recreación?

—A pesar de los esfuerzos en los últimos tiempos, hay un reclamo de más espacios de recreación, culturales y deportivos. Desde la escuela, y también en la comunidad, según las necesidades de los estudiantes.

«Pensamos que falta protagonismo para propiciar estos espacios en la escuela, que es conquistar su vida cotidiana.

«También fue tema de reflexión la preparación para la defensa de la Patria, y lo vinculamos con el conocimiento de la historia, que es una asignatura muy importante.

«Los estudiantes reclamaron que se cambien los métodos de enseñanza de esa asignatura, que se enseñe más la historia de las ideas, de los hombres, y no solamente la cronología de los hechos.

«Hay un llamado a los muchachos y muchachas a que sientan cada vez más como un deber ante la Patria, el pasar el Servicio Militar.

«Los varones a veces, cuando llegan a la edad, inventan excusas —incluso apoyados por los padres— para evadir esta responsabilidad, y al lado está la muchacha, a la que estamos instando a que también acuda al llamado, pues es una necesidad creciente del país».

Un poco de historia

Sucedió un día como hoy. Fue en 1970. Para revitalizar el movimiento estudiantil y fortalecer las organizaciones de masas, surgió la FEEM, precedida por la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y las Brigadas Estudiantiles José Antonio Echeverría (BEJAE).

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