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De alegría se llenó ayer el hotel Tulipán cuando llegaron los delegados e invitados al Congreso. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 21/09/2017 | 06:14 pm
Desde las primeras horas de la madrugada de este jueves, cientos de jóvenes se movieron por toda Cuba —unos en guagua, otros en barco y los menos en avión— camino a la capital, que ya los acoge como sus hijos. La razón: el X Congreso de la UJC, colofón de un proceso que desde el 2 de diciembre de 2014 ha brindado espacios oportunos para compartir opiniones, criterios y soluciones.
Llegan con una energía que contagia. Tal pareciera que más de 12 horas de viaje no son motivo para el cansancio. Sus rostros, miradas y el intercambio de unos con otros muestran la seguridad de aportarle frescura y dinamismo a cada jornada de la cita.
Foto: Raúl Pupo.
Descendieron de sus guaguas llenos de equipaje y cientos de iniciativas hacia el hotel Tulipán, villa del X Congreso de la UJC. Bailaron, cantaron, aplaudieron y se abrazaron al compás de los Guaracheros de Regla y de la compañía Carnavaleando que, con sus ritmos y bríos, pusieron a todos a echar un pasillo.
También los pobladores cercanos al lugar, alrededor de las tres de la tarde, se unieron al jolgorio al divisar la primera de las guaguas por la calle Tulipán, entre Lombillo y Factor, en el municipio capitalino de Plaza. Querían darles la bienvenida a los «nuevos vecinos». Los primeros en llegar eran los delegados e invitados del occidente del país: Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque y Matanzas, incluidos los del municipio especial de Isla de la Juventud.
Foto: Raúl Pupo.
Luego del recibimiento hecho por Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, y los demás miembros del Buró Nacional de la organización, de la acreditación y la instalación en la villa, se comenzaron a tejer nuevas relaciones y reencuentros.
El viaje ha sido un derroche de entusiasmo increíble, nos dijo la pinareña Blanca Cecilia Angueira, quien en su condición de delegada representa a los jóvenes de la FEEM. «Esperamos que las discusiones sean profundas como las de las jornadas previas al Congreso», dijo. Con ella coincidió el camagüeyano Robison Poll Díaz, quien llegó desde Venezuela. «A nombre de los jóvenes que cumplen con el deber del internacionalismo, compartiremos nuestras experiencias en la atención a las comunidades más necesitadas».
Una exposición con las caricaturas que reflejan lo ocurrido en las asambleas municipales del Congreso, se muestra en los pasillos de la villa. Foto: Abel Rojas Barallobre.
Los especiales «inquilinos» del hotel Tulipán disfrutan de una exposición con las caricaturas que acompañaron los textos publicados en este diario, sobre el desarrollo de las asambleas municipales del Congreso. Sus autores son los integrantes del dedeté. A disposición de los delegados están también los servicios de peluquería y manicure, wifi, artesanía y ofertas gastronómicas.
Amplia y diversa es la representación de la juventud al X Congreso. Los delegados e invitados son reflejo de la sociedad cubana actual y expresión de las principales transformaciones que vive el país. Educación, Agropecuario y Salud destacan entre los sectores por el número de participantes. Vinieron campesinos, estudiantes, obreros, profesionales, combatientes...
Entre los representantes se cuentan también quienes se desempeñan en el sector no estatal, jóvenes de las asociaciones nacionales de Ciegos y Débiles Visuales, de Limitados Físico–Motores y de Sordos de Cuba, y por vez primera asisten como invitados cinco miembros de la Organización de Pioneros José Martí. Todos llegan, como aseguró Omery Hernández Sagó, delegada de Mayabeque, para debatir «lo que nos preocupa y ocupa como jóvenes».
