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Hablar claro y decir la verdad

Dayán Hernández Rollero es uno de los 897 delegados pinareños que recientemente culminaron la rendición de cuenta a sus electores, un proceso que singulariza la democracia en Cuba. Sobre sus experiencias en su circunscripción dialogó con Juventud Rebelde 

 

Autor:

Zorileidys Pimentel Miranda

PINAR DEL RÍO.— A sus 34 años de edad Dayán Hernández Rollero sabe cómo multiplicar las horas e incorporar en su trabajo como delegado la incesante búsqueda de respuestas para las situaciones que preocupan a sus electores de la circunscripción número 54, perteneciente al Consejo Popular Las Taironas, en la capital provincial.

«Para mí, como para todo joven, es un verdadero honor ser un líder en la comunidad, y el regocijo es mucho mayor cuando las personas depositan su confianza en ti y en tu capacidad. Eso fue lo que me sucedió a mí».

—A pesar de tu juventud, asumes una gran responsabilidad, ¿cómo es el trabajo para un joven delegado?

—Ante todo es muy sacrificado, porque tenemos que aprender a lograr un equilibrio entre esta tarea —que demanda gran parte de nuestro tiempo— y nuestra labor cotidiana. Requiere horas extras, noches sin dormir, ser comprensivo, sensible y,  sobre todo, preocupado, porque tenemos que encontrar siempre la mayor cantidad de soluciones posibles para las inquietudes de los electores. Pero lo asumo con orgullo, siento que es muy gratificante el hecho de poder contribuir así con la Revolución.

—¿Cómo logras intercambiar con el pueblo de manera tal que puedas transmitirle confianza y sobre todo, esperanzas?

—Tengo una muy buena comunicación con mis electores, pues no solo se trata del espacio del despacho —planificado para un día a la semana y donde convocamos a los electores que tengan alguna inquietud— sino que ellos también vienen a mi casa, me paran en el camino, en la parada de la guagua o donde sea que me encuentren. Creo que con el tiempo les he dado la confianza suficiente para conversar en cualquier lugar y eso es algo que me alegra mucho.

—¿Pudiera decirse que las puertas de tu casa siempre están abiertas?

—Sí, por supuesto, es un llamado que yo siempre les he hecho. Ellos van hasta mi casa y aunque a veces yo no esté, porque mi trabajo no me lo permite, me dejan los mensajes con mi esposa, y a la hora que yo regrese o al otro día bien temprano, voy hasta sus hogares y dialogamos sobre las preocupaciones.

—¿Qué ideas nuevas le aportas a tu responsabilidad como delegado?

—Sobre todo abogamos por mantener la motivación de los vecinos, para ello realizamos los chequeos de emulación, elegimos a los más destacados, organizamos actividades deportivas y culturales para los niños, jóvenes y las personas de la tercera edad fundamentalmente, y ellos lo agradecen mucho, porque mi Consejo Popular está un poco alejado de la ciudad de Pinar del Río y entonces las posibilidades de recreación son menores, y de esta manera intentamos que la vida sea más amena.

—Dayán, eres uno de los 897 delegados vueltabajeros que acaban de concluir la rendición de cuenta a sus electores, ¿cómo has vivido este proceso?

—Comencé el día 5 de octubre y terminé el 30 de ese mismo mes, y la verdad estoy muy conforme porque de manera general los intercambios con el pueblo fueron muy amenos, con debates muy interesantes, planteamientos profundos —algunos que se arrastran de años anteriores y otros que se incorporan en este—. La gente fue a participar realmente, y eso me alegra mucho.

—¿Qué problemáticas son las más acuciantes en tu circunscripción?

—Las principales inquietudes están relacionadas con el mal estado de los caminos, problemas de bajo voltaje en varios lugares, la falta de un consultorio médico en nuestra zona y también en algunas comunidades la necesidad de que se instalen más teléfonos.

—¿Cuáles son a tu entender las claves para ser un buen delegado?

—Hoy yo represento a más de 3 000 personas. ¿Cómo lo hago? Bueno, creo que lo principal es hablar claro, decir la verdad siempre, de modo que cuando tenemos identificados los problemas, tratamos de resolverlos entre nosotros primero, apostando sobre todo por las soluciones populares, que involucren a todos los habitantes de la comunidad. Yo creo que todo se reduce en ser ejemplo y con el tiempo, ser gente de pueblo y ganarse el respeto de todos los que me rodean.

En Pinar del Río, hasta el 30 de noviembre se efectuaron  3 760 reuniones, con la intención de propiciar un debate integral y fructífero a tono con los momentos que vive el país, y en apego total a los deberes y derechos que disfrutan los cubanos como ciudadanos. En este proceso, jóvenes como Dayán Hernández Rollero han tenido un protagonismo especial, y es que para él, al igual que para el resto de los que ejercen gobierno desde la base en todo el país, representar al pueblo es misión sagrada.

 

 

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