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Parrandas de Remedios: 205 años de una tradición que no se detiene

Cada año, la villa remediana convierte la nochebuena en escenario de una de las celebraciones populares más antiguas del país. No se trata solo de una fecha en el calendario, el 24 de diciembre marca el punto culminante de meses de preparación y de una expectativa colectiva que involucra a generaciones enteras

Autor:

Manuel Eduardo Jiménez Mendoza

Remedios, Villa Clara.— Las parrandas de Remedios celebran este 24 de diciembre su 205 aniversario, como parte de una tradición que trasciende lo festivo y se inscribe en la historia cultural de Cuba. Integradas a las parrandas de la región central del país, la manifestación fue inscrita en 2018 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, reconocimiento que avala su valor histórico, social y comunitario, y reafirma su vigencia dentro del patrimonio vivo de la nación. 

Cada año, la villa remediana convierte la nochebuena en escenario de una de las celebraciones populares más antiguas del país. No se trata solo de una fecha en el calendario, el 24 de diciembre marca el punto culminante de meses de preparación y de una expectativa colectiva que involucra a generaciones enteras. Para el remediano, la parranda es identidad. Es memoria compartida, transmisión de saberes y compromiso con una tradición que se aprende desde la infancia.

La rivalidad festiva entre los barrios El Carmen y San Salvador no divide, organiza la fiesta y multiplica la tradición. Ambos barrios se enfrentan simbólicamente en tres elementos fundamentales: los trabajos de plaza, las carrozas y los fuegos artificiales, expresión más alta de creatividad en estas fiestas. 

A ello se suman las congas, que guían a los seguidores por el parque central y las principales arterias de la ciudad. No son simples acompañamientos musicales, sino que funcionan como columna vertebral del festejo, marcando los tiempos de la celebración y reforzando el sentido de pertenencia de cada barrio. 

Mantener viva la tradición en el contexto económico y social actual constituye un desafío. Sin embargo, la parranda se sostiene gracias a la voluntad popular, al respaldo institucional y al profundo arraigo que tiene en la comunidad. Al respecto, Lilian Rojas Barrios, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Remedios, subrayó: 

«Las parrandas no son solo una fiesta; son una expresión de identidad y resistencia cultural. Aun en circunstancias difíciles, el pueblo de Remedios demuestra que es posible defender lo nuestro, preservar la tradición y transmitirla a las nuevas generaciones.» 

La tradición también convoca visitantes

Cada diciembre, visitantes nacionales y extranjeros llegan hasta Remedios para presenciar una festividad que ha trascendido las fronteras cubanas, atraídos por su autenticidad, su organización comunitaria y su singularidad dentro del panorama cultural del país. La parranda se convierte así en un punto de encuentro entre culturas y en un motor para la economía. 

Cuando la madrugada avanza y se apagan los últimos fuegos artificiales, la competencia deja paso al consenso, no hay vencedores ni vencidos. En las parrandas de Remedios, al final, ganan los dos barrios y gana el pueblo, que logra, año tras año, renovar una tradición centenaria sin perder su esencia. 

A 205 años de su nacimiento, la parranda sigue siendo un símbolo de continuidad, identidad y orgullo para una ciudad que se reconoce a sí misma en el estruendo de sus fuegos artificiales y en la unidad de su gente.

 

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