Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Una artista de la cosmetología

Crear, sentirse útil, aportar a su localidad y sostenerse económicamente son los exactos ingredientes de la espirituana Lucimila Rodríguez del Rey Pérez

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS—. De la abuela y bisabuela heredó la necesidad de refugiarse en la madre natura para aliviar padecimientos. De los padres —según cuenta la tía—, la fascinación por los jabones, porque ambos trabajaron en una fábrica rusa para pagar el pasaje de regreso a casa de su primogénita. La innovación tiene ADN materno. La creación también le viene por herencia en las noches de rumbas y clave por las calles espirituanas.

«Mi madre me decía que cuando nací no lloré, sino canté», cuenta Lucimila Rodríguez del Rey Pérez, adaptada a interpretar sus melodías en varios escenarios, aunque desde hace un año explora uno nuevo: «¡Que me ha cambiado la vida!», asegura.

En 2015, en una gira con su música por Suiza y Francia topó con negocios relacionados con la cosmética. Recordó entonces las visitas junto a su madre a la sede habanera D’Brujas, la primera marca independiente de cosmética natural en Cuba, donde se vio enrolada en un universo totalmente creativo.

«Me quedé deslumbrada… Luego el tiempo pasó, y tras varios cambios en mi vida, estoy aquí. ¿Las claves? Soy muy dada a la naturaleza y me gusta saberlo todo», confiesa.

El primer jabón nació como divertimento, hecho junto a su hija adolescente. Luego que parte de la familia emitiera opiniones, decidió compartir el producto con su amiga-hada madrina, como llama a Sara Rodríguez, otra emprendedora espirituana, quien la impulsó a crear lo que hoy es TR.CocoSuaveNatural.

«Eso fue hace un año. Recuerdo que me dijo que era necesario porque con la COVID-19 los niveles de consumo de jabón son mayores, así que es un negocio rentable y próspero. Además, si disfrutas hacerlo por qué negarte…  Así comenzamos», relata.

En un pequeño espacio de su casa, un ambiente artesanal roba las miradas de quienes cruzan por la calle Isabel María de Valdivia, de la ciudad de Sancti Spíritus. Con una puerta de hierro de por medio (para marcar distancia por la pandemia), ella explica ingredientes y efectos de bálsamos, aceites, esencias aromáticas y jabones.

«Todo nace de estas manos. La propia demanda me ha obligado a que me ayuden otras personas en el empaque y promoción, pero el proceso de preparación no se lo confío a nadie. Soy exigente en la visualidad porque me pongo en el plano del consumidor.

«Lo primero que hice fue estudiar sobre cuidados y estética facial. Luego, sobre medicina verde para saber cómo combinar todos los elementos de la naturaleza: no solo plantas, flores y aceites, sino también los minerales. Cuando me sentí lista fui a la Dirección Municipal de Trabajo y ahí, desde el primer día, me ayudaron a materializar mi sueño.

«Soy trabajadora por cuenta propia y creo que, gracias a la flexibilización de las nuevas disposiciones, podemos con nuestros negocios aportar al desarrollo local con servicios necesarios, atractivos y rentables», estima.

Esa aspiración ha obligado a esta espirituana de 34 años a superarse y compartir con otras emprendedoras en temas relacionados con marketing, fotografía, trabajo en redes sociales…

«Hoy somos una red a lo largo y ancho del país, y nos ayudamos mucho. En esos aprendizajes entendí que si enclavaba mi negocio en una localidad era prioridad suplir la mayor parte de las materias primas con fuentes propias del entorno.

«Por necesidad, muchas son importadas y otras compradas con MLC. Ambos procesos, además de encarecer el producto final, generan muchas veces trabas y burocratismos que deben poco a poco ir eliminándose. Pero sí: trabajo mucho con hierbas, flores, carbón activo, romero, cacao traído directamente desde la Sierra Maestra, nuestro corazón, al igual que el coco… También utilizo las arcillas, aunque me ha sido imposible obtenerlas de esta zona central del país, por el momento.

En sus productos predominan elementos de la naturaleza, con el fin de sustituir importaciones. Fotos: Cortesía de la Entrevistada

«He demostrado con mis productos la riqueza de nuestra naturaleza. No te imaginas cuánto me duele decir que un producto no está disponible por falta de materias primas», se lamenta.

En cada receta, en cada agradecimiento de clientes, está el reconocimiento a quienes, a juicio de Lucimila, han sido sus estímulos: «Por las redes tengo la guía constante de Luisito Barrio, un cubano especializado en Biología celular, que ha concentrado su carrera en la cosmética. Además cuento con mi esposo, un hombre amante de lo natural en todos los sentidos, quien me nombró Coco al verme un día con un, pelado corto. Prácticamente, ya perdí el Lucimila», dice sonriente.

«Lo otro que me hace feliz es el impacto en la ciudad. Te confieso que lo primero que hice fue indagar por las prioridades y necesidades relacionadas con la cosmetología de cubanas y cubanos, y no te imaginas lo que siento cuando en mi puerta encuentro rostros femeninos, masculinos, adultos mayores, madres de la mano de sus hijos… Algunos hasta enviados por médicos que han probado mis jabones. A veces no han tenido todo el dinero y se los he obsequiado porque sé que los necesitan. Es inmenso el regocijo, sobre todo porque me tienen confianza al permitir cuidar sus pieles, la cual es, sin ser superficial, nuestra credencial al mundo. Pero siempre insisto: mis productos no son medicina natural, sino cosméticos con ingredientes naturales», recalca.

—¿Cuánto te ha aportado esta experiencia?

—Ver este sueño convertido en negocio es ejemplo de que nos desarrollamos y evolucionamos. Hay una tendencia a nivel mundial de volver a lo primario como signo de inteligencia, de sentido común y responsabilidad con el medio ambiente. Confío en que cada día en nuestro país se darán más pasos para estimular pensamientos y acciones creativas comunitarias.

«En el plano personal me siento más realizada. Tengo la seguridad de que soy una creadora porque soy capaz de hacer algo nuevo con mi música y la cosmetología. Con la primera ayudo al alma y con la segunda al cuerpo. Mi cabeza está siempre atiborrada de canciones y recetas… Y para quienes preguntan si dejaré de cantar, la respuesta es no, porque ahora lo haré mejor… como serán mucho mejores mis productos».

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