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Ser joven y útil ante el desastre

Desde el domingo último un grupo de estudiantes de distintas universidades de La Habana y de Pinar del Río laboran intensamente en la recuperación del consejo popular La Coloma, uno de los lugares más afectados en Vueltabajo por el huracán Ian

Autores:

Raciel Guanche Ledesma
Rosmery Pineda Mirabal

Pinar del Río—. Olga aún tiene su pequeño colchón personal a expensas de que coja los últimos rayos de sol de la tarde. Cada minuto cuenta, más cuando intenta secar de tanto salitre y azufre esa masa de guata que seguramente flotó por horas en el cuarto de su modesto «templo» familiar. Olga no tiene un hogar lujoso y mucho menos ostenta nada material, sin embargo, un huracán copó de mar por primera vez su casa para estropear lo que con tanto esfuerzo ha conseguido.

Justo al frente de su casa acampan por estos días un grupo de «atrevidos» jóvenes. Son estudiantes que han llegado a La Coloma, en Pinar del Río, para batirse en todo cuanto se necesite porque la realidad impone el carácter de los hechos y no la apatía. Ella lo sabe, los muchachos también. Tal vez por eso algunos la ayudan a mover aquel pesado colchón de guata durante la mañana en medio del portal aún enfangado, mientras Olga brinda a cambio lo que tiene a disposición.

Y es que lo sucedido en esta provincia luego del paso del huracán Ian hace exactamente una semana, algunos lo catalogan con un solo nombre: desastre en toda su extensión. Vivir una experiencia así frente al lente de cualquier cámara fotográfica no se compara nunca con la realidad, con la certeza de sentir tantos escenarios desgarradores en tan reducido espacio social, en un pedazo de tierra noble, en el interior de poblados sin grandes riquezas al no ser su estricta humildad.

Esa misma sensación la tuvo Carla Arrieta de Armas, estudiante de 3er. año en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales, quien el domingo último llegó junto a 30 estudiantes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de las distintas universidades de La Habana y de Pinar del Río, al poblado pesquero de La Coloma, ubicado a 24 kilómetros de la cabecera provincial, para ayudar en las labores de recuperación que se acometen.

«Esto lo podemos leer en las noticias, pero una nunca se imagina que pueda ser la realidad que algún día le toque vivir. El contexto aquí es complejo y requerirá, entre todos, de muchísimo esfuerzo para que el pueblo retome de alguna forma su vitalidad en el sentido amplio de la palabra», dice.

Carla no ha parado de trabajar frente a ese panorama, ni ella ni sus otros compañeros, que por estos días conviven en condiciones de campaña en las inmediaciones del círculo infantil del Consejo Popular. Según comenta, hasta el momento ha recogido escombros, prestó ayuda en la higienización de algunas zonas y además, en la venta de colchones a precios subsidiados a los pobladores más afectados.

En otras ocasiones esta joven habanera había participado en labores de impacto en los barrios, sin embargo, poco se compara con la cruda realidad que hoy viven municipios y poblados vueltabajeros a los cuales los endemoniados vientos de Ian ensañaron toda su fuerza.

Nadie mejor que jóvenes como Agustín Fuentes Díaz, estudiante de marxismo en la escuela pedagógica pinareña, para saberlo bien. Él fue otro de los tantos hijos de la occidental provincia que vivió en la madrugada del martes último una verdadera película de horror, como muchos cuentan en esta parte del país.

Ahora al igual que sus compañeros de campaña ha venido a La Coloma a prestar su solidaridad. Es en cierta medida, lo que le corresponde hacer cuando su provincia vive la difícil situación, dice.

«Lo que está haciendo esta guerrilla de jóvenes de la FEU en conjunto con la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) es algo real que impacta directamente en la recuperación de un poblado pequeño, pero con mucho espíritu de salir adelante», comenta.

Lo que está haciendo La guerrilla impacta directamente en la recuperación del poblado.

Y eso también se ve en la naturalidad con que los vecinos de La Coloma han acogido las labores que realizan. Si en un principio las caras de los pobladores eran incrédulas luego del arribo de los estudiantes, tal vez por lo angustioso de perderlo todo, recuerda Agustín, ya ahora el vínculo es distinto, agradecen y se suman en determinados momentos a los trabajos.

Días de campaña

La guerrilla, como se han denominado estos universitarios pertenecientes a la FEU, parecen no temerle al sol, ni al desastre, y mucho menos al frío que en las noches desprende el suelo en sus pequeñas casas de campaña, donde habitan por estos días de constantes desafíos y labores.

El vicepresidente de la FEU en el país, Daniel Medina Fernández, quien ha venido al frente de este grupo de muchachos, explica que desde la organización se lanzó una convocatoria a raíz del paso del huracán Ian para venir a apoyar en la recuperación de la provincia, de ahí la selección de 24 estudiantes de distintas universidades de la capital que son los que hoy realizan la tarea en conjunto con varios alumnos de la Universidad pinareña.

A pesar de que son un grupo reducido de 30 jóvenes que, desde el domingo trabajan en lo que haga falta, la tarea fundamental es realizar el levantamiento de todos los afectados con el tema constructivo de las viviendas, agrega.

Sin embargo, reconoce que, al estar conviviendo en campaña, en medio del poblado, han surgido nuevas labores. Desde la recogida de escombros, la limpieza de la devastada panadería, la ayuda constante a los vecinos y todo lo relacionado con la logística a los habitantes de la localidad, resultan algunos de los trabajos que desde el domingo último vienen realizando.

Aquí se trabaja duro, comenta Medina Fernández. Y lo cierto es que la gente de La Coloma lo reconoce porque prácticamente estos guerrilleros de la FEU son los primeros en tomar las calles cada mañana por estos días, y los últimos en acostarse en las noches sin luz que esperan el amanecer para seguir el ciclo de lo recuperable.

Ello es algo que también destaca Julio Emilio Morejón Pérez, presidente de la FEU de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca, quien además integra las filas de esta brigada. Él agradece no solo la disposición del grupo que trabaja en La Coloma, sino la de muchas universidades del país que en el momento actual brindan su solidaridad y tienen la intención de seguir ayudando a la provincia más afectada tras el paso del huracán Ian.

Por su parte, Kenier Riverón Echevarría, funcionario del Comité Nacional de la UJC, el cual acompaña a los muchachos de la guerrilla, se refirió a la naturalidad y humildad con la que estos jóvenes han enfrentado el trabajo en condiciones de campaña sumamente difíciles, y donde su aporte en la recuperación ha sido palpable.

Ciertamente aun estando lejos de casa y de las comodidades básicas, estos muchachos saben el valor que entraña estos muchachos saben el valor que entraña la solidaridad. Quizá dentro de una semana cuando regresen a sus hogares, a La Coloma le reste todavía mucho para volver a la normalidad de sus días, al ambiente ágil de ese poblado de pescadores que siempre se muestra alegre. Sin embargo, ellos saben que su esfuerzo valdrá la pena para acortar las distancias entre el desastre y el renacer.

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