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Cada solución es más legítima con la participación popular

Los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio holguinero de Gibara continuaron su recorrido, este martes, por varias comunidades distantes de la cabecera municipal

Autor:

Yudy Castro Morales

Por más de 30 años, Orlando Labrada Sánchez ha sido delegado de la circunscripción 25, Los Alfonsitos, ubicada en el consejo popular Cañada de Melones, del municipio holguinero de Gibara.

De esta comunidad, situada a más de 60 kilómetros de la cabecera municipal, difícilmente exista alguien que conozca mejor sus vulnerabilidades y sus múltiples problemas acumulados, sobre todo el deterioro del fondo habitacional y las deficiencias en la atención primaria de salud.

Por ello, este martes, fue Orlando quien explicó las particularidades del lugar al miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, y a la delegada de base y vicepresidenta de la Asamblea Municipal de Gibara, Sonia Adelaida Chacón Fernández, candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular por esta demarcación holguinera.

Hasta allí llegaron desde bien temprano los nominados, como parte de sus recorridos por comunidades gibareñas, en pos de fortalecer el vínculo con el pueblo, esencia del perfeccionamiento del Poder Popular.

Gibara es, como trascendió en el encuentro, el municipio más envejecido de la provincia, y esa situación impacta de modo sensible en Los Alfonsitos; de ahí que las principales problemáticas involucren a personas de la tercera edad, muchas de ellas con padecimientos complejos. 

Esta comunidad, con mil habitantes aproximadamente, precisa, y así se lo hicieron saber a los candidatos, de un consultorio del médico y la enfermera de la familia, pues la atención primaria tiene aquí muchas fisuras. La buena noticia, explicaron las autoridades del territorio presentes en el recorrido, es que el Presupuesto de este año contempla la construcción del centro de salud, así como la reparación de dos bodegas.

Los pobladores, en un franco intercambio que rozó las dos horas, hablaron de la necesidad de un transporte para trasladar a los pacientes, de lo importante de perfeccionar la atención a las familias y personas en situación de vulnerabilidad y, sobre todo, de la compleja situación de la vivienda, en un sitio donde más de la mitad de las casas están en mal estado.

El poco avance de los subsidios fue otro de los asuntos abordados, programa de alta sensibilidad que, al decir del Primer Ministro, «exige un acompañamiento diferente para que logre cumplir sus objetivos».

Es necesario que la familia ayude, acotó el gobernador de Holguín, Julio César Estupiñán Rodríguez, y no siempre pasa así; y que los vecinos se sumen en la búsqueda de soluciones y en su implementación, porque el Gobierno solo no puede.

No fueron menos las quejas de la población por trámites demorados, y por gestiones que, lejos de ayudar, solo alimentan la burocracia y disparan los disgustos.

«Falta conexión entre las instituciones», dijo Milay Almaguer, una vecina de la comunidad que debe salir del municipio a buscar un medicamento para su padre, con una enfermedad terminal, pues no se han encontrado alternativas para acercárselo.

«Lo que falta es trabajar bien», subrayó Marrero Cruz. «Tenemos demasiados problemas objetivos, como para darnos el lujo de acumular otros por la chapucería y la indolencia. Hay que depurar aquellas problemáticas que no se resuelven por falta de recursos y las que dependen de la gestión, para brindarles un tratamiento diferenciado».

Nose pueden resolver todos los problemas de una vez, añadió Sonia Adelaida Chacón, porque no se trata solo de esta comunidad, perovamos a apoyar en todo lo que podamos.

Los candidatos por Gibara llegaron hastalas casas de varios vecinos, con un marcado deterioro constructivo, y también recorrieron la escuela primaria, inaugurada recientemente, con una matrícula de 34 estudiantes.

Rescatar las conquistas de la Revolución en el campo

En cada una de las comunidades gibareñas visitadas, la intensa sequía figura entre las problemáticas fundamentales. En el polo productivo Arroyo Seco, del consejo popular del mismo nombre, no fue diferente. A ello se suman otras complejidades como las limitaciones de la telefonía y la conectividad, la sostenibilidad de los servicios y la incidencia del hurto y sacrificio de ganado mayor.

Allí, según trascendió en el intercambio con los pobladores, en una comunidad de 1700 habitantes aproximadamente, se lleva a cabo un amplio programa agrícola, se reparó el consultorio médico y se mejoraron los viales.

Del programa para la revalorización de la ruralidad en Cuba, aprobado recientemente por el Consejo de Ministros, el cual pretende «reconstruir los patrones identitarios y culturales de lo rural; así como promover la competitividad socioeconómica de estas zonas», también se dialogó, pues ello se inserta entre las estrategias para rescatar las conquistas de la Revolución en el campo.

«Hemos asumido el compromiso de que el 2023 sea un año diferente, y para eso hay un solo camino: hacer cosas diferentes», reflexionó el Primer Ministro. Al mismo tiempo, insistió en la necesidad de contar con «jefes inteligentes, emprendedores, que escuchen a sus trabajadores. El país apuesta por la dirección colectiva y no podemos permitir que, a nivel de base, los jefes tomen decisiones sin escuchar a sus subordinados. Y el pueblo tiene que ser partícipe, cada vez más, de todos los procesos».

El trabajo comunitario marca la diferencia 

En la comunidad Cuatro Caminos, del consejo popular Arroyo Seco, el trabajo comunitario y su vinculación con las entidades económicas ya van marcando pautas que, más que excepciones, deberían ser reglas.

La presentación de los candidatos y el intercambio con los lugareños aconteció, justamente, en un parque infantil recién inaugurado, cuya construcción estuvo a cargo de la minindustria La Dueña, uno de los centros de interés económico de la demarcación.

De acuerdo con su propietaria Danny Segura, «este no es un negocio particular, sino que he tratado de sumar a la comunidad. La mayoría de los trabajadores son jóvenes que estaban desvinculados y mujeres que antes se desempeñaban como amas de casa».

Condimentos, vinagre y, sobre todo, encurtidos de vegetales, son las producciones principales de la minindustria que, además de sus compromisos con otras entidades, vende en la comunidad a precios diferenciados.

Y también en La Galera, comunidad perteneciente al consejo popular Velasco 1, «florece» un proyecto comunitario que interrelaciona la cultura y la actividad productiva en beneficio de sus más de 1000 habitantes.

De las problemáticas que aquejan a la circunscripción conocieron los candidatos a su paso por allí, sobre todo la tendencia creciente de los precios, los más altos del municipio.

En un territorio eminentemente agrícola, hay que valorar por el impacto de los intermediarios, y buscar soluciones locales, señaló elJefe de Gobierno; mientras los pobladores reclamaron un mayor enfrentamiento de las entidades estatales competentes.

Ya casi al final del encuentro, Ana Hermina, una profesora y escritora de 83 años, convertida en el «alma cultural» de la comunidad, pidió a los candidatos que dejaran un mensaje en el libro de visitantes del proyecto.

«La Galera, en Velasco, pueblo humilde, revolucionario y luchador. Hemos recepcionado sus planteamientos, lo que constituye un compromiso para trabajar juntos en la búsqueda de soluciones», escribió el Primer Ministro, como parte de un texto mucho más largo.

Y para los niños, dibujó una palma, la bandera y la silueta del Apóstol, tríada de símbolos que, como la raíz en la tierra, se hincan en todo lo que debemos seguir salvando.

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