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Emoción y gratitud

La sentencia martiana de que «patria es humanidad» guió a los 32 profesionales de la salud que, por casi un mes, brindaron asistencia al pueblo de Türkiye, afectado por los terremotos. Regresaron este sábado a Cuba

 

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Una familia turca hoy en la comunidad rural Büyük Yapalak guarda con cariño una moneda cubana, en la que aparece José Martí. Es el recuerdo de un médico sensible que tendió su mano en medio del desastre ocasionado por los terremotos en Türkiye, y que trajo a Cuba, este sábado, una moneda con un héroe de ese país, como muestra del intercambio de gratitud que sostuvieron.

Abel Aguilar Rodríguez está consciente de que no olvidará cada uno de los tristes momentos que vivió allí, durante su primera misión internacionalista como miembro de una brigada médica del Contingente Henry Reeve que partió el pasado 12 de febrero a hacer cuanto fuese necesario por el pueblo turco.

Abel Aguilar Rodríguez. Fotos: Ariadne Prado Cabalé

Con su experiencia como Médico General Integral, y a raíz de su diplomado en Terapia Intensiva y Emergencias, atendió a muchos lesionados, física y emocionalmente, a quienes les ha dejado una huella importante en su memoria.

«Inolvidables para mí serán cada uno de esos momentos en los que, utilizando el traductor electrónico, le explicaba a las personas quién soy, de dónde vengo y qué soy capaz de hacer por ellos y veía entonces cómo lloraban de  emoción y gratitud.

«Esta experiencia en el exterior me dejó claro que la solidaridad debe prevalecer por encima de todo en el mundo y que es necesario ayudar a los más necesitados donde quiera que se encuentren.

«El clima era frío, de hasta menos 20 grados, dejé de sentir los dedos de mis pies y adaptarse fue complejo, pero iría otra vez, y otra, si es preciso, porque nunca se hace suficiente en una situación como esta», agregó.

Me siento reconfortado

Si de lesiones emocionales se trata, el licenciado en Sicología Pedro Ernesto Millet Rodríguez recordará toda su vida esta, su primera misión en el exterior. Aunque se vinculó con el equipo de trabajo asociado al incidente del hotel Saratoga y al incendio en la base de supertanqueros de Matanzas, y esas fueron experiencias útiles para su desarrollo, lo vivido en Türkiye fue terriblemente demoledor.

Pedro Ernesto Millet Rodriguez. Fotos: Ariadne Prado Cabalé

«Difícil de trabajar las emociones tras el impacto de los terremotos, y no podré olvidar las historias de vida que conocí. Fui de los que estuvo en Büyük Yapalak cerca de 20 días, en una comunidad rural y apartada. Las familias se han refugiado juntas… todas han perdido muchos seres queridos.

«Un señor de 40 años con un trastorno obsesivo compulsivo compensado a partir de ser el soporte de su madre, nos apoyó mucho para interactuar con los habitantes de la zona. Pasen, nos decía, y al sentarnos en la sala de su humilde casa nos brindaba çay (té turco) y nos enseñó a comunicarnos con el Google Translator en los celulares. Apenas nos entendíamos, pero eso no importaba…

«Es complejo brindar ayuda sicológica en un entorno tan ajeno, con un idioma diferente y una cultura distante, pero es más importante el acompañamiento, el abrazo, la mano que se aprieta... Les aportamos un nuevo nivel de calor humano que tanto necesitan en momentos en los que se prioriza la asistencia médica inmediata.

«Me siento reconfortado por  lo que hice por estas personas y fueron agradecidas con cada una de las acciones que para con ellos tuvimos, pero como cubano siento que mucho más debía hacer, y es igual que sentirse en deuda, aunque se haya cumplido bien», dijo.

Imágenes en la memoria

Tener una bebé en los brazos y saber que ha quedado huérfana por culpa de esos fatales temblores de tierra le rompía el corazón a la especialista en Primer Grado de Pediatría Alemys Paret Rodríguez. También fue su primera experiencia como médica internacionalista y tratar a esa lactante con hepatitis B y neumonía a la vez, generó una situación muy tensa, pero superable.

Alemy Paret Rodriguez. Fotos: Ariadne Prado Cabalé

«La niña no había completado su esquema de vacunación y gracias a los datos que algunos familiares aportaron, y por medio de una plataforma digital que posee el sistema de Salud turco, donde se recoge toda la información individual de cada ciudadano, supimos de sus especificidades para ser sometida a tratamiento.

«Tampoco olvidaré a un adolescente que perdió uno de sus miembros y a casi toda su familia. Llegó en condiciones emocionales duras, con una discapacidad física resultante de ese evento y nos tocó el lado humano que tenemos quienes debemos, con tesón y rapidez, brindar asistencia médica.

«Agradezco a todos los que nos ayudaron para favorecer esa comunicación. El pueblo en general, los niños sonrientes, asombrándonos con su ternura, como si estuvieran ajenos a lo sucedido… son imágenes que se quedan en la memoria.

«No nos trataron como extranjeros, fuimos como una familia. Fue una experiencia maravillosa. Nunca sentí rechazo, solo recibíamos muestras de afecto. Es el sentido del compromiso de entender, como dijera José Martí, que patria es humanidad».

Regreso a la Patria

A un mes de haber partido a Türkiye a salvar vidas en medio de un clima hostil y sin dominar el idioma natal, regresaron en la mañana de este sábado a Cuba los 32 profesionales de la Salud que, como parte de una Brigada del Contingente Henry Reeve, asistieron al pueblo que sufrió siniestros inesperados de la naturaleza.

Con las banderas de ambos países en las manos y con alegría plena en el rostro por volver a casa, al llegar compartieron experiencias, recordaron momentos de especial significación para su crecimiento personal y profesional, y recibieron una bata médica y una postal firmada por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

«Cumplimos la misión encomendada durante semanas de intenso trabajo y adquirimos un compromiso inmenso con el pueblo turco, con sus autoridades y con nuestro propio Presidente, quien nos llamó por teléfono y reafirmó su confianza en nosotros», señaló el jefe de la Brigada, el doctor Juan Carlos Dupuy Núñez.

«Nuestros equipos de trabajo de las diferentes especialidades laboraron sin cesar, incluso en recónditos parajes, y agradecemos la asistencia brindada por los profesionales de la Salud turcos para facilitarnos los recursos necesarios para dejar nuestra impronta en el alma de ese pueblo.

Las muestras de agradecimiento y cariño vividas por los nuestros en Türkiye, como aseguró la doctora Tania Margarita Cruz Hernández, viceministra primera de Salud, demuestra el respeto y reconocimiento que tiene la Medicina cubana y es evidencia de que en la historia de nuestra cooperación cubana, páginas como estas se escribirán mostrando de la forma más genuina el carácter internacionalista y solidario de nuestra Revolución.

Al recibimiento acudieron Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento de Atención al Sector Social; el vice primer ministro de la República, Jorge Luis Perdomo Di-Lella; el titular de Salud Pública, el doctor José Angel Portal Miranda; el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, Santiago Badía González; y el embajador de Türkiye en Cuba, Vehbi Esgel Etensel.

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