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Más que innovación y emprendimiento

Los proyectos que se reciben y las capacitaciones que se brindan en InCuba, están centrados en temas de inclusión social, género, construcción y urbanismo, transición energética y economía circular

 

Autor:

Luciano Martínez Machín

Las incubadoras de negocios resultan de gran relevancia para el crecimiento de las nuevas empresas y proyectos que llegan a ellas. Temas medulares como asesoría, apoyo para encontrar respaldo económico e infraestructuras, ampliación de la red de contactos, la validación y corrección de ideas y planes de desarrollo, son solo algunos de los aportes que pueden ofrecer.

InCuba es la primera incubadora de proyectos de innovación y emprendimiento en el país y, actualmente, forma parte de la Fundación Universitaria de Innovación y Desarrollo de La Universidad de La Habana. Para conocer otros elementos acerca de ella, conversamos con Ana Beatriz González Polanco, jefa del Grupo de Comunicación de la institución y vinculada al proyecto desde hace seis años.

—¿Cómo surgió la incubadora?

—InCuba surge en el año 2015 por una iniciativa de la Vicerrectoría de Investigación y Posgrado de la Universidad de La Habana y la Universidad de Humboldt de Berlín, Alemania. Hace 20 años un grupo de docentes de esa última vino a Cuba para impartir cursos de verano en la Facultad de Economía de la UH y, desde entonces, este intercambio docente se ha mantenido con frecuencia anual.

«Los temas que más se abordan en estas capacitaciones son Marketing, Administración, Simulación Empresarial, Ideación, Emprendimiento y Modelos de Negocios. En uno de estos cursos surgió la iniciativa de crear una incubadora de proyectos universitarios que se terminó convirtiendo en InCuba.

«El equipo de trabajo estaba integrado inicialmente por estudiantes de la Facultad de Economía, pero con la ayuda de varios docentes, la incubadora fue ampliándose y llegó a ser un proyecto donde hay lugar para estudiantes de todas las carreras de la universidad, y no solo para los de ciencias económicas».

—En InCuba, ¿de qué manera organizan el trabajo?

—El equipo de coordinadores estuvo integrado en sus inicios por un coordinador principal y dos economistas de apoyo, pero en 2018 las facultades de Diseño y de Comunicación se integraron al proyecto. Desde entonces, varios estudiantes provenientes de ahí han formado parte del equipo, algunos durante períodos de prácticas laborales y otros, como es mi caso, hemos permanecido en el proyecto una vez terminados los estudios.

«Siempre hemos promovido la filosofía de un espacio abierto a la colaboración y la multidisciplinariedad, por lo que varios educandos y docentes de otras especialidades han pasado en algún momento a colaborar con nosotros. A través del tiempo llegaron a InCuba colaboradores de ciencias como matemática, biología y química, solo por citar algunas.

«Hemos ampliado nuestro rango de actuación, pues en un principio la incubadora solo recibía proyectos provenientes de la propia universidad, luego empezó a recibir designios de otras casas de altos estudios y, finalmente, ha abierto sus puertas a emprendedores de diversas ramas, que acuden aquí para aumentar sus conocimientos y poder llevar a cabo una mejor gestión».

—¿Cómo funcionan los cursos y capacitaciones impartidos?

—Con respecto a los estudiantes universitarios, desde sus inicios el objetivo de InCuba consiste en una ronda de incubación impartida en un período de tres meses. Hacemos una convocatoria y recibimos varios proyectos de los cuales seleccionamos un grupo, a partir de criterios como mejores proyeccio-
nes futuras, en qué medida responden a las necesidades del país y su viabilidad en el contexto nacional. A raíz de esta selección montamos un programa donde capacitamos a los creadores de los proyectos en temas como la presentación de su idea de negocio, el modelo Canvas, planes de negocio y estrategias de marketing.

«Una vez concluida esta capacitación se realizan dos eventos: un Pitching Day o presentación, donde exponen los resultados a varios docentes y reciben recomendaciones para una segunda ponencia abierta a posibles clientes o inversores, ya sean de la empresa estatal o más recientemente en el sector privado, esta última llamada Demo Day.

«En 2023 también se inscribió una asignatura electiva para, desde los programas de pregrado, estimular el pensamiento innovador en los estudiantes, además de algunos entrenamientos impartidos fuera del desarrollo de la Ronda de Incubación, dirigidos tanto a estudiantes como profesionales de cualquier rama».

(Tomado de la revista Alma Mater)

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