Estos diálogos deben trascender el grupo multidisciplinario para llegar a los estudiantes. Autor: Raciel Guanche Ledesma Publicado: 14/06/2025 | 09:53 pm
Desde bien temprano en la mañana hasta el ocaso de la tarde, el grupo multidisciplinario de trabajo que integran estudiantes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en La Habana y directivos de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa), no paran por estos días de analizar de forma amplia las medidas comerciales anunciadas el pasado 30 de mayo por la entidad y, sobre todo, exponer ideas que, de manera conjunta, faciliten el mejor entendimiento y el avance en beneficio de todos.
En las oficinas centrales de la dirección de la empresa —ubicadas en el Centro de Negocios de Miramar, en la capital—, los universitarios han encontrado un oído receptivo para sus legítimos cuestionamientos y propuestas, pero también han podido escuchar de primera mano algunas interioridades, problemáticas reales y afectaciones externas que limitan el desarrollo de la entidad como, igualmente, explicó el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en el programa Desde la Presidencia.
Así, este viernes, cuando Juventud Rebelde recorría las áreas donde se realizan los intercambios, la propia presidenta ejecutiva de Etecsa, Tania Velázquez Rodríguez, debatía con total claridad con los jóvenes que cuestionaban y daban posibles salidas. Y es que, ciertamente, la transparencia ha primado en el diálogo respetuoso entre los principales directivos de la empresa y los estudiantes, acompañados siempre por el Partido Comunista y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Llegar hasta la conformación del grupo multidisciplinario no resultó un paso ligero ni trivial. Por el contrario, al precisar cómo fue constituido, la vicepresidenta nacional de la FEU, Litza Elena González Desdín, asegura que cada uno de los 28 estudiantes que componen este ente fueron escogidos por los consejos de la organización en sus universidades.
La idea de concretar el grupo partió de la Universidad de La Habana, y luego fue amparado por el resto de los centros de la Educación Superior. «Siempre se apostó a lograr una representatividad de todas las casas de altos estudios», comentó.
La heterogeneidad de los jóvenes que participan de manera activa en la búsqueda de nuevas rutas desde el diálogo comprometido y responsables es evidente. Solo basta observar qué carreras cursan para darse cuenta. Desde sociólogos, economistas, comunicadores, estudiantes de derecho e ingenieros, aportan su criterio.
En el caso específico de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (Cujae), refirió, acudieron a los encuentros aquellos que estudian ingeniería en Telecomunicaciones y otras carreras asociadas. La Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) ha tenido representación de educandos en ingeniería Informática, Bioinformática y Ciberseguridad, informó.
La Universidad de La Habana cuenta con la representatividad más amplia. Incluso, González Desdín detalló que jóvenes de las Ciencias Médicas, la Universidad de las Artes y la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo también han traslado opiniones muy interesantes.
Los intercambios, según precisó la vicepresidenta nacional de la FEU, han sucedido en tres subgrupos de trabajo, atendiendo a las diferentes especialidades de Etecsa: Operaciones, Gestión Comercial y Comunicaciones.
Sin embargo, más allá de los criterios, dudas y cuestionamientos de los universitarios, entre los objetivos principales del grupo multidisciplinario está, igualmente, el de canalizar las opiniones y propuestas nacidas en todas las universidades del país que llegaron hasta la sede del Secretariado Nacional de la FEU, así como otras instancias.
Comprender a fondo
Yeni Laura Serra Llanes es una de esas estudiantes que, desde el subgrupo de Operaciones, no solo se enfrascan en estos días en dar criterios y presentar acciones a Etecsa, sino además a escuchar qué tiene que decir una empresa fuertemente golpeada por las limitaciones externas en la captación de divisas.
Ella cursa el 4to. año de Ingeniería en Telecomunicaciones y Electrónica en la Cujae, y asegura que estas jornadas han sido de crecimiento, tanto personal como colectivo. «Los directivos, dice, nos han hablado con mucha claridad sobre las medidas, pertinencia y la situación que atraviesa hoy la entidad», algo que agradece.
Según refiere, era necesario conocer de primera mano el estado general de Etecsa en estos momentos, con el riesgo acechando de quedarnos totalmente desconectados. A su vez, apunta, cada uno de nosotros quiere formar parte de soluciones a corto, mediano y largo plazos. De ahí, que en su subgrupo de trabajo se susciten propuestas técnicas de gran valor hechas por los propios jóvenes.
«Aquí hemos tratado aspectos diversos y relevantes sobre, por ejemplo, cómo está conformada la red de Etecsa y todos los problemas que presentan actualmente los obsoletos elementos que la componen y sus elevados costos», expresó.
Asimismo, refiere que las propuestas hechas son ciertamente valiosas, pero, a su vez, algunas llevan un mínimo de inversión o necesitan de tiempo para concretarlas. Sin embargo, asegura que, luego de comprender cuestiones internas e inherentes de Etecsa, reconoce que las soluciones más complejas no podrán llegar de un día para otro
«Uno viene a estos espacios con alternativas y ganas de solucionarlo todo rápidamente, pero nos damos cuenta en la práctica que un gran por ciento de esas alternativas necesita, por ejemplo, un respaldo en divisas del que hoy carecemos». Aun así, comenta, que existen otras acciones —propuestas por los mismos universitarios— que se están analizando en el grupo y pueden ser aplicadas de forma progresiva.
En la búsqueda de consensos
Tal vez por eso, Luis Yoel González Méndez, estudiante de Marxismo-Leninismo e Historia en la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona, cataloga estas jornadas como muy productivas.
A él le ha correspondido trabajar en el subgrupo de Gestión Comercial, donde, asegura, han evaluado diferentes líneas, estrategias, vías y soluciones que demanda Etecsa. En esos intercambios, confiesa, ha conocido elementos de la empresa que le eran totalmente ajenos.
Uno de ellos, dice Luis Yoel, es que, a pesar de que hoy Etecsa acumula un grupo de deudas internacionales, en la etapa de la pandemia de COVID-19 aportó casi por completo parte de sus ingresos en divisas para ayudar al país a salir de aquel momento tan complejo. «Son cosas poco difundidas y que la mayoría de nosotros desconocemos», puntualizó.
Recuerda que los muchachos —entre los que se incluye— llegaron a estos encuentros con un grupo de insatisfacciones fomentadas a lo interno de las universidades, un sentir que existió desde el primer instante en que fueron anunciadas las medidas el 30 de mayo.
Reconoce que los criterios dados están lejos del conformismo y libres de ataduras, tanto por los estudiantes como por los directivos de la entidad. Estamos en otro momento. «Las posturas, afirma, van encaminadas a analizar y entender las posiciones de ambas partes para alcanzar consensos que favorezcan a la mayoría».
En el subgrupo donde está Luis Yoel —el de Gestión Comercial— se ha dado un debate muy franco y fuerte relacionado al marketing, los precios y el ámbito tecnológico de la empresa, según cataloga. Siempre con respeto y claridad. Asegura que hay un grupo de insatisfacciones de la comunidad universitaria que sí son necesarias darles respuestas en lo inmediato, como pueden ser la ampliación de los anchos de banda en los centros de altos estudios o los puntos wifi, agrega.
Uno de los aspectos más polémicos después de anunciadas las medidas fue, sin duda, la comunicación. Los criterios y sugerencias en ese sentido también han estado presentes en este grupo multidisciplinario.
Más allá de identificar qué falló o no —algo que indudablemente analizaron en estas jornadas— explica Karla Beatriz Rodríguez Olivera, estudiante de Comunicación Social, el propósito fundamental va dirigido a identificar nuevas líneas de acciones para no volver a cometer los mismos errores.
En su opinión, si algo deja como enseñanza este proceso, es que jamás debemos cansarnos de regresar a las bases para lograr una participación directa y tangible en la construcción previa de medidas como las dictaminadas por Etecsa. «¿Dar ese paso antes hubiese sido más viable? Probablemente sí», enfatiza.
Tanto Luis Yoel como Karla, coinciden al abordar el tema de la responsabilidad que tienen los 28 estudiantes que componen este grupo multidisciplinario para socializar cada paso y decisión emanadas de los intercambios a sus compañeros de facultades y universidad.
Lo más importante, dice Luis Yoel, es que de aquí saldrán acciones y estrategias concretas a las que habrá que darle seguimiento en lo adelante. El resumen que haremos a nivel de grupo multidisciplinario, con todas las ideas recogidas, comenta, es lo que llevaremos a nuestros centros. Una especie de rendición de cuenta de lo que, por estos días, ha acontecido en los debates FEU-Etecsa.