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El Diablo Ilustrado Autor: Juventud Rebelde Publicado: 03/10/2018 | 10:05 pm
Regresa el amante escribano convocándonos a un festín poético en el que reúne a sus amores en un espacio donde se rompen las fronteras de la muerte y del tiempo: el CD Los amores del Diablo Ilustrado (sello Egrem).
Este jueves 4 de octubre, a las 5:00 p.m., en la sala Che Guevara de Casa de las Américas, será presentado (y puesto a la venta) este extraño disco en el que vivos y muertos dialogan con total naturalidad como quien nos tira el brazo por encima y nos susurra una frase raigal para crecer humanamente, para sentirnos en un mundo en el que solo vale soñar, crear, darse a los demás, poetizar la existencia.
Será en la sala Che Guevara de Casa de las Américas y no existe otro rincón mejor del universo para que se suelten todos esos duendes «nuestroamericanos» que viven en el disco. Precisamente, por dos de las más grandes cantoras de América implicadas en la obra se ha escogido el 4 de octubre; en ese día de 1917 nació Violeta Parra, en ese día de 2009 partió físicamente Mercedes Sosa.
Frank Delgado, Leonardo García y Roly Berrío interpretarán piezas del disco, y tras la presentación cantarán algunas de sus canciones, con alguna sorpresa.
El disco —que es parte de un proyecto en el que se integra un libro en proceso de edición con la Casa Editora Abril— constituye una nueva entrega de quien comenzó escribiendo hace 20 años con una sección en la revista Somos Jóvenes firmada como El Diablo Ilustrado, y que luego trajo el libro homónimo y una segunda parte, Confesiones, que estaba vinculada con un disco trovadoresco, La voz del Diablo Ilustrado. En todos los casos —y en este no podría ser distinto—, los «dibujos» de José Luis Fariñas le dan cuerpo y rostro y sueños, a estas diabluras.
Este extraño disco de duendes tiene como productor general a Enrique Carballea; realmente un productor coautor, pues el proceso de grabación ha sido de creación, muchas de las ideas fueron brotando y discutiéndose entre nosotros tres —pues se incluye aquí al productor musical y arreglista Rober Luis Gómez, quien tejió un mundo sonoro espiritual en este viaje amoroso.
Rober trabajó varios años como guitarrista con Santiago Feliú. No por azar es precisamente el Santi quien abre este disco presentando una canción a Marilyn Monroe, pieza que tanguea Frank Delgado con la participación especial de Susana Ratcliff, una bandoneonista argentina.
Dos trovadores de La Trovuntivitis, Roly Berrío y Yaima Orozco, juegan con el álbum blanco de los Beatles cantando Revolution 2, en la que participa además el mismísimo John Lennon.
Luis Rogelio, «Wichy», Nogueras introduce con su cisne salvaje la Silviada que susurra Eme Alfonso y en las que, entre citas del trovador en torno a Casiopea, aparecen Vallejo, Roque Dalton y Chaplin. El siguiente track lo abre Violeta Parra presentando con una décima a una cantautora chilena heredera de su obra, Natalia Contesse.
El poeta caimanero Bladimir Zamora crea con sus versos la atmósfera amorosa para que aparezca José Julián Martí con apenas 19 años desbordado de ternura hacia Emma en la voz de Suylén Milanés.
Y entonces se abre el séptimo sello, suenan las trompetas y se desata el pandemónium al mismo centro del disco, en una pieza por clasificar: Revolution 9+50, otro guiño con el álbum blanco de Los Beatles que está cumpliendo ahora mismo 50 años de grabado. ¿Collage? ¿Documental-canción?... ¿Canción? Inquietante track de 5.37 minutos, micromundo en el que confluyen, por ejemplo, Roberto Fernández Retamar, Sara González, los Van Van, José Antonio Echeverría, José Lezama Lima, películas y documentales (como Memorias del subdesarrollo, Clandestinos y Now), Martha Valdés, Alejo Carpentier, Marthin Luther King, Julio Cortázar, Lennon, Haydee Santamaría, Víctor Jara, Chico Buarque, Eliseo Diego, Benny Moré, Lenin, Mercedes Sosa, Noel Nicola, el Che, Silvio Rodríguez, Eduardo Galeano, Fidel, Irakere, Bobby Salamanca, Joan Manuel Serrat, Pete Seeger, Carlos Gardel, Pablo Milanés… y una decena más. ¿Cómo puede ser? ¿Tiene sentido? Pues está reservado para la presentación en Casa de las Américas un videoclip con esta muy rara Revolution 9+50.
Tras esta convulsión la paz de la entrega amorosa llega con la voz de Roque Dalton, y Leo García se adentra en su Desnuda con el punto delirante en que aparece por sorpresa la actriz Mirtha Ibarra declamando, o más bien viviendo una estrofa del encendido poema.
Nicolás Guillén se muestra entonces entre versos de amor tejiendo un dialógico romance con Luna Manzanares que le canta a través del cristal.
Fina García Marruz nos transporta hacia una secuencia final del eterno vagabundo Charlot; se aleja por el camino con su amada, sin otra riqueza que ellos mismos y por esos parajes nos asalta un rock denso, cuasi sicodélico del príncipe —No azul— que es Héctor Téllez Jr.
Reaparece José Martí, con tono de hasta pronto, casi en la despedida, definiendo el creo que ha animado esta obra:
«A mi vuelta sabré si me has querido, por la música útil y fina que hayas aprendido para entonces: música que exprese y sienta, no hueca y aparatosa: música en que se vea un pueblo, o todo un hombre, y hombre nuevo y superior».
La pieza que se adentra por estas ideas es obra instrumental a guitarras creada para el disco por Rober Luis Gómez y que es, ni más ni menos, Los amores del Diablo.
Los músicos que conspiran en este disco convocados por Rober Luis son Alain Ladrón De Guevara, Ruly Herrera y David Suárez Marrero en los drums. Bajo: Julio César González. Percusión: Yaroldi Abreu. Bandoneón: Susana Ratcliff. Teclados: Jorge Luis Lagarza.
Y el disco que abrió Santiago Feliú lo cierra Sindo Garay, en plena atmósfera trovadoresca creada por Ray Fernández con las guitarras del dúo Jade.
Las tardes del bardo
hoy tienen de ausencia,
pero están a salvo del olvido,
porque las almas ya se han querido
aunque esas tardes no vuelvan más.
