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Cuba regresa al Prix Benois de la Danse

El cubano Abel Rojo ha sido nominado al Premio Benois de la danza 2019, en la categoría de Mejor bailarín, por su interpretación en la obra Con el piso a cuestas, de su propia autoría

Autor:

Ahmed Piñeiro Fernández

Por esos recientes días «abrileños» en los que la danza se enseñoreó de teatros, plazas, parques y otros espacios en la Isla y otras partes del mundo, una noticia nos alegra profundamente: el cubano Abel Rojo ha sido nominado al Premio Benois de la danza 2019, en la categoría de Mejor bailarín, por su interpretación en la obra Carrying my own Floor (El piso a cuestas), de su propia autoría, y que es, además, la primera creación coreográfica de este notable joven artista.

No es la primera vez que a esta Cuba nuestra se le incluye en los premios Benois, uno de los más importantes en su ámbito a escala mundial, y tanto, que algunos lo consideran el Oscar de la Danza. En los años 2000 y 2008, Alicia Alonso y Fernando Alonso lo recibieron, respectivamente, por la obra de toda la vida. En la categoría en que ahora compite Rojo, se han alzado con el lauro: Carlos Acosta (2008) y Rolando Sarabia (2011), mientras que Lorena Feijóo, Taras Domitro y Yolanda Correa, resultaron nominados en las ediciones de 2011, 2013 y 2015 (en ese orden), sin olvidar, por supuesto, que Loipa Araújo ha sido miembro del jurado que ha tenido la responsabilidad de conceder los galardones en los distintos apartados.

Una significación especial adquiere esta nominación del talentoso Abel Rojo: por primera vez la danza contemporánea cubana es incluida dentro de la programación de los Premios Benois —que este año arriba a su edición número 27, y que, históricamente, ha estado dominada por la danza clásica—, porque nuestro compatriota interpretará su creación el próximo 21 de mayo en la Gala de Nominados, que tendrá lugar en el emblemático Teatro Bolshoi, de Moscú.

Para crear Carrying my own Floor (El piso a cuestas), que cuenta con vestuario, accesorios y diseño de luces de Guido Gali, Abel Rojo tomó como música las Gnosienne, de Erik Satie. Según ha declarado el coreógrafo, ha querido llevar a la danza la relación entre un bailarín y el piso sobre el que trabaja, la interrelación entre los opuestos creación-limitación, el poder de la obsesión y la obsesión del poder, o la falta de él, entre otras inquietudes.

Abel Rojo egresó de la Escuela Nacional de Danza en 2010. Ha sido miembro de las compañías Danza Contemporánea de Cuba, del conjunto teatral El Ciervo Encantado y DanzAbierta. En 2016 se incorporó a la compañía Malpaso, a la que pertenece en la actualidad. En su trayectoria artística ha trabajado con coreógrafos cubanos y extranjeros como Mats Ek, Ohad Naharin, Aszure Barton, Rafael Bonachela, Susana Pous, George Céspedes y Osnel Delgado, entre otros.

El público asistente a la inauguración del Festival Habana Clásica, en noviembre de 2018, lo recordará seguramente en la pieza Sacre, de Sandra Ramy, acompañado, de manera estelar, por los pianistas Marcos Madrigal (Cuba) y Alessandro Stella (Italia) en la compleja transcripción para cuatro manos que el mismo Igor Stravinsky realizó de su Consagración de la primavera.

La obra con la cual Abel Rojo ha sido nominado, suscitó elogios de la crítica especializada en la reciente presentación de Malpaso Dance Company en el Joyce Theatre de Nueva York, a principios de este año.

El jurado, que otorgará un premio por cada una de las especialidades (Coreógrafo, Bailarina, Bailarín, Compositor y Diseñador) lo preside el coreógrafo Yuri Grigorovich, y está integrado por Ana Laguna, Agnes Letestu, Svetlana Zakharova y Vladimir Malajov, entre otras notables figuras de la danza internacional.

Nuestro joven artista se disputa la distinción en su categoría con otros reconocidos representantes de la danza masculina actual: Audric Bezard, del Ballet de la Ópera de París; Daniel Camargo, del Ballet Nacional de Holanda; Viacheslav Lopatin, del Ballet Bolshoi; Vadim Muntagirov, de The Royal Ballet; Daniil Simkin, del American Ballet Theatre, y Andile Ndlovu, de The Washington Ballet. Valga destacar que además de Cuba, otros bailarines latinoamericanos han sido nominados este 2019: la mexicana Elisa Carrillo Cabrera y el brasileño Daniel Camargo.

La nominación del joven bailarín cubano abre una mirada de atención hacia la efervescente y variada escena de la danza contemporánea en la actualidad en Cuba y es un claro ejemplo del alto nivel de la educación artística en nuestro país.

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