Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Mariposa

Chatear, escudriñar cada noticia, cada chisme, se ha convertido en la razón de ser de muchos y en la realización profesional de no pocos

Autor:

Jorge Alberto Piñero (JAPE)

Las tendencias marcan la moda y no cabe duda de que las redes sociales están de moda. Chatear, escudriñar cada noticia, cada chisme, se ha convertido en la razón de ser de muchos y en la realización profesional de no pocos.

Escuché a un amigo decir que Facebook es como el karaoke, que todo el mundo cree que canta, y me parece que no está lejos de la verdad. A pesar de lo que digo respeto la opinión y la decisión de cada cual de hasta dónde invertir su tiempo, neuronas y recursos en utilizar la avenida de mayor tráfico de información hasta ahora conocida por el hombre y la mujer: internet.

Esta vez hablaré de una modalidad que ha ganado en adeptos y en grupos, porque de eso se trata particularmente: de los grupos de WhatsApp.

Ya me habían comentado al respecto sobre algunas experiencias de grupos afines, ya sea por una temática, un hobby, una afiliación musical… y hasta los que están en busca de efectos electrodomésticos o materiales de construcción se avisan por este medio: «Atención, mañana van a sacar “frízeres” en la tienda del Náutico», y al otro día la cola llega a Jaimanita. Para los que no viven en La Habana, dicho pueblo queda a varios kilómetros de distancia. Cómo obtienen la información, no lo sé, pero así funciona.

También me divierto mucho cuando la actriz Danay Cruz, quien encarna el personaje de Lola Mento, habla de su grupo Guasimiteros por el mundo que contiene a todos los pobladores del holguinero pueblo de Guasimita, dondequiera que estén.

En tiempos de pandemia y aeropuertos cerrados, una eficaz manera de mantener bien unida a la familia ha sido la creación de grupos en los que se agregan a todos los parientes posibles.

Mi experiencia personal con WhatsApp está relacionada con los alumnos de la carrera de Ingeniería en Equipos y Componentes Electrónicos, que por los años 80 se formó en la Cujae. Sí, yo comencé esa carrera y no la terminé, como otras tantas, pero estuve el tiempo necesario para hacer muy buenas amistades, al punto de que no me olvidaron y me invitaron a esta novedosa experiencia.

Me he rencontrado con amigos que 30 años después están dispersos por todo el mundo, incluyendo Cuba, por supuesto, con diversidad de profesiones, criterios, experiencias… y una hermosa vocación, cuando es sincera: la amistad.

 Decenas de anécdotas, fotos, comentarios, opiniones deportivas, políticas, religiosas… de todo tipo; el muy cubano chucho (choteo), y diversos memes, afloran cada día como muestra de que el tiempo y la distancia son relativos. No, no, pero ya eso lo dijo Albert Einstein. Yo más bien me refiero a que el tiempo y la distancia no pueden contra la amistad, el amor y el respeto.

Este texto se nombra Mariposa, porque dicho intercambio en nuestro grupo de WhatsApp me hizo recordar una anécdota relacionada con la canción de Silvio Rodríguez con ese título y un evento del movimiento de jóvenes aficionados que tanta fuerza tenía en nuestras universidades de aquellos años. El espacio no da para más, pero les prometo que un día de estos les hago el cuento. Palabra de «whatsappero».     

 

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