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Camino al golpe…

Hay golpeados que no lloran, que ríen y se asombran, que aplauden hasta el delirio cuando el golpe, en lugar de la violencia como huella, deja un soplo de aire fresco para aliviar el alma

Autor:

José Aurelio Paz

Hay golpes que no duelen. Golpes que acarician, que sanan a diferencia de otros golpes.

Y hay golpeados que no lloran, que ríen y se asombran, que aplauden hasta el delirio cuando el golpe, en lugar de la violencia como huella, deja un soplo de aire fresco para aliviar el alma.

En Camagüey el proyecto socio cultural Golpe a Golpe lleva 14 años robándole el real sentido a la palabra, transmutándole en metáfora de lo que Cuba hace, con su arte y sus artistas, a favor de las personas más desfavorecidas, sea en núcleos urbanos de la periferia, en escuelas y hogares de ancianos, o en zonas intrincadas donde cualquier expresión creativa es casi un lujo.

No por gusto, este colectivo que lidera Yunielkis Naranjo Guerra, su fundador, acaba de recibir la condición Escudo y Espada de la Nación, otorgada por el Sindicato Nacional de la Cultura, una de las más altas distinciones que acumula luego del Premio del Barrio, dado por los CDR, a nivel de país, el pasado agosto, mientras que, en 2019, recibía la categoría de Colectivo Distinguido Nacional, también de la CTC.

«¿Por qué en lugar de “…verso a verso…” como reza la canción de Serrat?, explica Yunielkis. Porque, en ocasiones, el arte ha de hacerse golpe a golpe contra los esquemas del “no se puede”, del “no está previsto en los planes”, “no tenemos presupuesto”, para romper esos corazones duros al cambio, al riesgo de poner el alma a la intemperie por el otro, que viven mejor desde el acomodamiento y la sombra, que, como dijera nuestro Apóstol, “no fundan”.

«¿La mayor satisfacción? No son solo esos reconocimientos públicos, aunque encierren el agradecimiento institucional por nuestro sostenido esfuerzo. El mejor premio está cuando llegas a una comunidad, por muy humilde que sea, y te hacen acreedor de sus corazones y de sus aplausos, cuando la gratitud por lo que llevas se convierte en risas, en lágrimas de felicidad, en corrección de la segunda frase de la canción y te reciben beso a beso».

Con un marcado rap y dueño absoluto de una asombrosa improvisación, Eliecer Velazco siempre se roba la ovación del público.Foto:José Aurelio Paz.

Cuando el otro día me fui con esta troupe a un preuniversitario dentro de la misma ciudad, durante la Feria número 14 de Jóvenes Creadores que cada diciembre, como resumen del año, organiza allí por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), pude constatar que el resultado artístico no siempre se viste de frac ni ocurre en los grandes escenarios. Un aula era el vital y mínimo espacio para que la creatividad de los jóvenes levantara, como manada de palomas a vuelo, el aplauso más sincero por espontáneo y humilde.

Así, Eliecer Velazco, con un marcado rap y dueño absoluto de una asombrosa improvisación, convirtió a los alumnos en una manada de Maneki-nekos, esos Gatos de la suerte y la fortuna de la tradición asiática, cuando los muchachos, con total entusiasmo, marcaban el ritmo moviendo su brazo cual muñecos de cuerda. Luego, la ovación y la necesidad de preguntarle al artista qué constituye en su vida este proyecto:

«Golpe a golpe es como un órgano vital más de mi cuerpo que necesito para funcionar, humanamente, todos los días. Él marca mi patrón de ánimo y mi entusiasmo. A él le he dedicado toda mi juventud. Soy de aquella primera camada de muchachones que solo quería expresarse, a través del arte, 14 años atrás sin imaginar el alcance social y afectivo que tendría el mismo como ente restaurador del espíritu de tanta gente».

Aunque responde al poco común nombre de Lolixaidis Díaz, todo el mundo la conoce como la Loly, allí en el café La Comarca, una voz capaz de recorrer los más diversos estilos desde un singular timbre que la distingue. Hablar con ella sobre esta experiencia es disfrutar de un show underground: «Mira, tengo miles de historias, desde quedarme sin voz luego de una presentación en una comunidad rural hasta sufrir el susto de pedir un caballo para montarlo, desconocer su brío indómito y estar a punto de despeñarme por un precipicio. Ese día cuando logré contener a la bestia y que su dueño consiguiera, con ademanes de conocedor, que pudiera bajarme yo del animal, quedé clavada, por los nervios, a la tierra. No podía dar ni un paso de los temblores que me recorrían, mientras mis compañeros de brigada se arrastraban de la risa.

«A mí me ha sucedido de todo. ¿Pero sabes una de las cosas que más me gustan? Cuando vamos llegando a la comunidad de Caidije y la gente, al sentir el ronroneo de la guagua, corren a poner inmediatamente las cafeteras. “¡Dale, que ahí viene la Loly!”, dicen, y no se hace esperar el abrazo y los besos. En esos lugares he cultivado grandes amigos de esos que son para siempre, transparentes como el agua del río, humildes como la misma sabana camagüeyana. Gente que quisiera que no nos fuéramos, que nos quedáramos sembrados allí para siempre, porque ellos cosechan los campos y nosotros cosechamos el fruto de su espíritu.

«Digo yo que, en mi vida, primero está mi proyecto maternal que es mi prioridad y, después, Golpe a Golpe, que ha sido otra manera de sentir, también, la maternidad de los afectos».

«Si bien el proyecto hoy en su mayoría de edad ya está institucionalizado —acota Ihordan Torres Hernández, presidente actual de la AHS en Camagüey— se mantiene indisolublemente ligado a nuestra labor creativa. Primero, porque está integrado por jóvenes artistas, muchos de ellos miembros de nuestra organización, después por los fuertes lazos afectivos y de trabajo que nos unen. Esa es la razón por la cual nosotros asumimos como propia, todos los diciembres, esta Feria de Jóvenes Creadores que responde al nombre de Golpe a Golpe y que trata de resumir la labor del año».

La Loly, un personaje insustituible por su carisma y su golpe de voz.Foto:José Aurelio Paz.

Como un pequeño central azucarero que produce mínimos granos de azúcar para endulzar el alma, la Feria «contaminó» con su entusiasmo gran parte de la ciudad por estos últimos días de 2020. Inició con una donación masiva de sangre que hacen los jóvenes como aporte a la salud pública del país. Después, las actividades en barriadas y centros estudiantiles le dan cuerpo a una vasta programación que tiene, como corazón de esta, al café La Comarca, sitio mágico por ser confluencia de tendencias y géneros culturales, de personas de toda gama que, olvidando sus diferencias, convierten el lugar en ágape común y permanente.

Exposiciones, cine en los barrios, lecturas de poesía y prosa, conciertos y conversatorios dieron cuerpo a la cita. Imprescindible para el diálogo artístico y cultural lo fue, sin lugar a dudas, Estrechando espacio entre generaciones, escenario que, desde el Café, permitió mezclar, junto al aroma del popular líquido, experiencia e ímpetu, práctica y sueños. Personalidades de la talla del premio nacional de Literatura Luis Álvarez con su taller de poesía creativa o el encuentro con el artista ceramista Nazario Salazar, entre muchos, comulgaron con otros de vital importancia como el panel Mujeres en contexto, integrado por las jóvenes periodistas e investigadoras Heidy Cepero, Yanetsy León, Gretel Díaz y Damaris Hernández, quienes reflexionaron en torno a la presencia femenina tanto en la literatura y en la música como en el periodismo, abordaje sobre los tabúes que aún permanecen en los diversos intelectuales del país, independientemente de los avances conseguidos en tal sentido.

Como broche divino de la cita estuvo la miniferia del libro Viejos amigos, desde el Casino Campestre en la mañana dominical del 20. En la noche, Raúl Torres con su lirismo encendió su muy personal candil y, después, la juventud dio su certero golpe a las falacias inventadas por los nuevos anexionistas, cuando la gente buena dejó reposar, sobre la flor del verso, para hacer caminos al andar, el beso que tanto la Patria necesita de sus jóvenes.

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