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La fantasía y su espacio en el mundo real

Juventud Rebelde dialoga con el escritor tunero José Alejandro Cantallops Vázquez, ganador de la presente edición del premio Calendario en la categoría de Ciencia ficción y fantasía

 

Autor:

Emilio L. Herrera Villa

Apenas departí con él en la entrega de los premios Calendario 2022. Sin embargo, fue tiempo suficiente para intuir que volvería a entrevistarlo. José Alejandro Cantallops Vázquez es un joven retraído y callado.

Ni siquiera en su premiación demostró la euforia de la embriaguez. Pareciera que huye de las glorias, mas no creo: este creador es lo suficientemente perspicaz para percatarse de que no se puede contemplar el sol sin ser cegado por la luz de la realidad.

Su historia es bien interesante y prometedora, tanto que el jurado de la categoría Ciencia ficción y fantasía —integrado por Elaine Vilar Madruga, José Miguel Sánchez (Yoss) y F. Mond—, decidió concederle el lauro por «la apasionante problemática ético-política, y de eterna actualidad, que es su eje argumental: una reflexión sobre la naturaleza del poder de los líderes, su responsabilidad y la de sus súbditos». Era la primera ocasión, en 17 años de existencia, que una obra de fantasía histórica se alzaba con un premio Calendario.

—¿Cómo surgió la idea de escribir El tapiz del tirano?

—Tuvo dos momentos. El primero en 2020, cuando decidí que quería escribir una novela cuya protagonista fuera una artista, hubiera un tirano alejado de todos los estereotipos actuales, alguien interesado en cuidar a su pueblo y que hiciera un trabajo magnífico. Debía estar ambientada en el mismo mundo que comparten la mayoría de mis historias y ser una tragedia, al más puro espíritu griego. Por sí solo seguía sin convencerme de que merecía escribirla, y ahí quedó la idea, hasta que a principios de 2021, en el centro de estudios donde trabajaba, tuvimos un par de conversaciones sobre la democracia, los tiranos y cómo solo las leyes son capaces de garantizar el desarrollo estable de una sociedad.

«Así que uní las dos partes y decidí convertir la novela en mi reflexión y una tragedia, algo que no es una opción popular entre los autores. Pero, primero que todo, escribo la obra para mí; si luego les gusta a los lectores y gana por casualidad algún concurso, es un bonus».

—¿Cuánto tiempo dedicaste a la investigación y posterior creación de esta obra?

—Escribir la novela tomó 20 días. Redactaba un promedio de cuatro páginas diarias, mientras que el proceso de investigación duró menos de diez días. No tienes que pasarte meses o años investigando si sabes lo que buscas y dónde encontrarlo, aunque ayudó que la novela se desarrollara en un continente donde he escrito otras historias. La sociedad y sus personajes son una mezcla de mis conocimientos de la Grecia antigua y las ciudades-estado italianas del medioevo.

—En 2021 fuiste mención del premio Calendario. Este año te alzas con el lauro. ¿Cuánto evolucionaste de una edición a otra? ¿Dónde crees que radicó la diferencia?

—Creo que como escritor tuve muy poca evolución entre El símbolo del silencio (que saldrá el año que viene por la editorial San Lope, en Las Tunas) y El tapiz del tirano. Quizá mejoré un poco mi gramática, aprendí a estructurar mejor la novela, pero nada más. Sin embargo, creo que la diferencia radicó en el argumento.

—¿Qué te atrae de la fantasía histórica? ¿Consideras que es un género olvidado en Cuba?

—Más que fantasía histórica —aunque todo el género bebe de alguna manera u otra de la historia—, El tapiz del tirano entra en el subgénero de la fantasía política, pues se considera fantasía histórica a aquellas novelas que tienen como base nuestra historia e incluyen magia o especulaciones de lo que podría haber sido, de cambiar algún detalle. Ahora, ¿la fantasía es un género olvidado en Cuba? Mi respuesta es sí, especialmente si hablas de las editoriales que tienden a no tomarla en serio. Pero en cuanto a escribirse, no; se concibe mucha fantasía y por gente de todas las edades.

—¿Cuáles serían los principales retos para un joven escritor de fantasía radicado en el país?

—Los retos para ser un escritor de fantasía en Cuba son muchos, por eso siempre digo a los que quieren intentarlo que lo tomen deportivamente y disfruten el proceso. No te vas a hacer rico, e incluso viviendo en la capital tus
posibilidades de publicar un libro, no hablemos de una saga, son muy escasas. Posibilidades que se reducen en tres y cuatro veces si vives en cualquier otra provincia. Salvo por el concurso Oscar Hurtado, de cuento, no tiene premios propios. Siempre que se convoca a un concurso es de Ciencia ficción y… fantasía, volviéndola un subconjunto. Debido a que los jurados de estos certámenes son en su mayoría autores de ciencia
ficción, esto termina decantando la balanza hacia ese género. Solo hay que fijarse en que El tapiz del tirano es la primera novela de fantasía ganadora del Calendario en todos estos años.

—¿Cómo valoras tu experiencia en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso?

—Fue atípica. En cuanto a herramientas, me quedé con el nombre de un par de técnicas y poco más. Las clases fueron muy buenas, pero como escritor aprendo lentamente y al recibir la versión ultracomprimida del curso que les dan a los que vivimos fuera de La Habana, simplemente me saturé. Recomendaría pasar el curso, lo haría, a pesar de lo que me sucedió. Ser seleccionado para el Onelio no solo da la oportunidad de conocer a otros escritores de tu generación, sino que es un impulso emocional muy fuerte y hace que te miren más como un escritor dentro de los círculos literarios.

—¿Sufriste una crisis depresiva después de superar el curso?

—No lo llamaría crisis depresiva, sino crisis creativa, y es algo tan común entre los que pasan el Onelio que tiene un nombre: el síndrome pos-Onelio. Según muchos de mis conocidos, que lo han pasado, esto separa a los que van a ser escritores de los que no. Me sentí incapaz de escribir algo que sirviera. Pasé seis largos meses en los que estuve dispuesto a dejar la escritura. Después de eso, decidí mandar bien lejos todo lo que había aprendido y escribir lo que me gustaba, aprendiendo lo que podría serme útil con mi ritmo lento, pero constante. Así he llegado hasta aquí.

—Te has definido como un «traductor por hobby», sin embargo, conquistaste el Premio Uneac José Rodríguez Feo, de traducción literaria, con el libro Plegarias atendidas, de Truman Capote. ¿Cómo fue posible? ¿Quisieras a la par de la escritura desarrollar una carrera como traductor literario?

—Mi caso es como el de esta pareja de patinaje artístico campeona de Italia, de Europa y una de las diez mejores parejas del mundo, pero que en su vida diaria trabajan como policías y el patinaje artístico es su hobby. Es casualidad que soy bueno haciendo algo que me gusta y apenas me cuesta trabajo. Por ejemplo, la novela ganadora del Premio Uneac la traduje en mi tiempo libre (septiembre de 2019). No tenía más pretensiones que demostrarme que podía traducir el libro.

«La traducción y la escritura son dos cosas que llevo de manera separada y ninguna interfiere con la otra, aunque traduzco cinco veces más de lo que escribo. Ahora, de ahí a hacer una carrera como traductor literario, dependería de encontrar editoriales interesadas en los libros que traduzco, que estos estén libres de derechos de autor, que no pasen de 150 páginas. Si se puede, genial, si no, continúo traduciendo libros y artículos para mi blog».

—¿Cuánto de tu superación le debes a tu blog El último puente? 

—A El último puente, así como a toda la comunidad de lectores que llevan casi cinco años apoyándome, les debo todo lo que he logrado como traductor y escritor. Lo que sé de fantasía y literatura lo aprendí traduciendo a Limyaael y a otros autores que he publicado allí. Se ha convertido el blog en un lugar para promocionar la obra de autores nacionales, publicar mis historias y pedir opiniones, así como las traducciones de todo lo que me parece útil para un lector/escritor de fantasía. Empezó siendo algo nacional, pero se fue ampliando y ahora mismo tengo lectores de toda Latinoamérica, España y Estados Unidos. Incluso antes de mudar el blog a WordPress,
se posicionaba como el tercer blog de fantasía más leído en español, con más de un millón y medio de visitas. 

«Tengo muchos planes para mejorar el blog, al igual que contenido sin publicar, pero para implementarlos tendría que lograr que el blog se costee a sí mismo. Sin embargo, son proyectos que tendrán que esperar a épocas mejores, cuando tenga un trabajo que equilibre tiempo libre con ingresos o exista la posibilidad de un sistema de mecenazgo artístico en nuestro país».

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