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Se lo zampó solita

No le dio ni un bocado a nadie, en definitiva era un agasajo para ella: Ruaha, la decana mundial de los elefantes africanos en cautiverio, recibió como regalo por su cumpleaños un pastel con 55 zanahorias, para celebrar otros tantos años pasados en el zoológico de Basilea, Suiza. Originaria de Tanzania, la dama llegó al zoo con otros cuatro elefantes en 1952, cuanto tenía uno o dos años. Sus cuidadores, además del presente, le facilitaron la engullida alejando a los otros paquidermos, ofreciéndoles maíz y aguantándolos por la trompa.

Atacó a unos veraneantes en una remota región del norte de Australia y terminó pasando la noche entre rejas. Lo insólito es que el «detenido» fue un agresivo cocodrilo que atacó a los turistas cuando se disponían a sacar su barco del agua en el Club Náutico de Nhulunbuy. La policía difundió alertas en las radios locales hasta que el peligroso reptil fue capturado por agentes de los parques nacionales, que lo pusieron en una celda de la comisaría del lugar hasta que lo trasladaron a una granja de cocodrilos.

La escocesa Peggy McAlpine también tuvo regalo de cumpleaños y fue toda una celebración rebosante de optimismo y audacia. Se subió a un macizo montañoso de Chipre y, con ayuda de un instructor, se lanzó en parapente en un vuelo de 15 minutos hasta la aldea de Karaman. La hazaña pudiera llevarla al Libro de los Récords Guinness, pues la ex contadora escocesa cumplió nada menos que 100 años y sería la persona más vieja que realiza semejante salto. «Fue un momento maravilloso y me gustaría repetirlo, aunque voy a esperar algunos años para darle tiempo a alguien de batir el récord», declaró Peggy brindando con una copa de champán y prometiéndose el nuevo intento cuando cumpla 105 años. Y la señora es para tomar en cuenta: los 70 años los cumplió con un salto al vacío con cuerda elástica.