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Con el agua al cuello

El nadador estadounidense Mark Spitz, hasta hace poco (Beijing 2008) fue el atleta con más títulos en una misma cita bajo los cinco aros

Autor:

Abdul Nasser Thabet

Hoy continuaremos nuestra columna dedicada a los grandes en la historia de los Juegos Olímpicos, repasando la figura de una auténtica deidad de las  piscinas. Nuestro hombre del día, casi un pez, renegando a su condición de ser terrestre por antonomasia, dedicó la vida entera a dejar huella en el agua (es posible aunque parezca contraproducente) y pasó a la historia como todo un portento de la natación.

En efecto, me refiero al tritón estadounidense Mark Spitz, quien hasta hace poco (Beijing 2008) fue el atleta con más títulos en una misma cita bajo los cinco aros. Múnich 1972 lo recibió con sobrada deferencia y le regaló siete preseas doradas a la edad de 22 años. Antes había negociado un par de cetros, una medalla plateada y otra bronceada en la cita de México 1968.

El delfín de California es uno de los deportistas más condecorados en los anales de estas justas, junto a la gimnasta soviética Larisa Latynina, el fondista finlandés Paavo Nurmi, y sus paisanos Carl Lewis (atletismo) y Michael Phelps (natación). Precisamente el Tiburón de Baltimore fue el responsable de triturar la plusmarca de más oros en una misma cita olímpica, cuando hace cuatro años lograra ocho en la capital china.

Spitz comenzó en los 200 metros mariposa, prueba en la que bajó su propio récord mundial en casi un segundo (2.00, 70 minutos). Una hora más tarde lideró al equipo de 4x100 (relevos) hacia la victoria, con una nueva plusmarca universal.

Al día siguiente volvió a su escenario natural para llevarse un tercer título, con tope del orbe incluido, esta vez en los 200 libres (1.52, 78 minutos). Pasaron solo 48 horas y ya andaba pulverizando otras dos plusmarcas absolutas, en los 100 metros mariposa (54, 27 segundos) y en los 4x200 libres (relevos).

Entonces ya había batido el récord establecido en 1964 por su compatriota Don Schollander, (quien consiguió cuatro coronas en Tokio 1964), e igualado al esgrimista italiano Nedo Nadi en el número de victorias en una misma edición de olimpiadas (cinco en Antwerp 1912).

Para superar esa proeza Spitz necesitaba otro metal áureo, y lo consiguió en los 4x100 relevos estilos combinados, por lo que casi renunció a participar en el hectómetro libre. Finalmente decidió entrar al agua, animado por su antiguo entrenador Sherm Chavoor, estableciendo pues, su sexto récord planetario (51,22 segundos).

Luego, el equipo norteamericano, en el que Mark nadó el tramo mariposa, ganó por cuatro segundos de diferencia, con nuevo registro mundial. Obtenía así su séptima aureola.

Spitz abrazó el retiro después de su incursión en tierras germanas, llorado por quienes clamaban más espectáculo de este coloso de las piscinas.

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