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GUADALAJARA.— Hace tres años, Cuba, representada por los Vegueros de Pinar del Río, ganó la Serie del Caribe. De aquel equipo hay cinco jugadores en la actual nómina de los Alazanes de Granma, que buscan reeditar la actuación de los dirigidos entonces por Alfonso Urquiola, un hombre de éxito en el béisbol de nuestro país.
Uno de los repitentes es Alfredo Despaigne, quien ha participado en las cinco ediciones desde el retorno en 2014 de los elencos cubanos en calidad de invitados. Desde entonces es mucho el batazo que ha conectado Despaigne, lo mismo en estos lares caribeños, que en Japón, donde es uno de los bateadores más temidos en la Liga Profesional por la contundencia de los estacazos que da.
Pero el monarca con los Halcones de Softbank en aquel circuito —el segundo más prestigioso del mundo, después de la MLB— sigue repitiendo que su mayor goce es ganar con sus Alazanes. «Nada se compara con los dos campeonatos en Cuba. Este año hizo falta que jugara en los jardines y lo hice con total disposición, lo mío era volver a ser campeón con Granma. Sueño con ganar una Serie del Caribe con mi equipo, y para lograrlo jugaré donde me pongan. No importa si es a la defensa o de designado. Ya sentí esa emoción con Pinar del Río, pero con los Alazanes sería espectacular», me dijo en exclusiva para JR.
Despaigne es uno de los jugadores más asediados por la prensa acreditada. Muchos reporteros desde que identifican a los colegas cubanos preguntan por él. Saben que es una de las atracciones de este torneo regional, pues en el estadio Panamericano de esta ciudad, sede de los Charros de Jalisco en la Liga del Pacífico de Béisbol, se conectan muchos vuelacercas.
Otro que estuvo en el roster de 2015 y que fuera fichado en la pasada temporada en la liga japonesa, aunque no tuvo la misma suerte que Despaigne, pues no le renovaron el contrato, es Roel Santos, el hombre proa de la alineación de los Alazanes. El muchacho de los pies ligeros se robó el show hace unos días en los play off por el título de Cuba con sus robos de base, una cualidad que dice pondrá en práctica aquí.
«Tenemos un equipo balanceado, hay buen estado de ánimo y podemos llegar más lejos que el año pasado. Vengo a jugar caliente, como en Cuba; y a ayudar para ser campeones», dijo al llegar a esta ciudad, donde el fútbol es mucho más seguido que el béisbol, aunque eso está cambiando un poco desde que se creó el equipo de los Charros de Jalisco, según nos contó Pedro Raúl un taxista que está aprendiendo ahora a disfrutar el deporte de las bolas y los strike.
Uno de los hombres que más recuerda aquella Serie del Caribe de República Dominicana en 2015 es Frederich Cepeda, el Jugador Más Valioso y uno de los protagonistas de la remontada de los Vegueros frente a Caribes de Anzoátegui en la semifinal, el mismo equipo contra el que debutarán este viernes los Alazanes.
Cepeda pondera la calidad de la selección cubana conformada para este torneo. Dice que la nómina es competitiva y que él se ha preparado como suele hacerlo, con todo, para rendir bien. «Estoy listo para jugar en la posición que me digan, lo mismo de designado que de jardinero, pero aún no me han dicho».
Mientras, Frank Camilo Morejón, quien solo ha estado ausente de la edición de 2014, considera que el bateo está por encima de los pitchers en la selección actual, «pero estamos en condiciones de pelear por un buen resultado, mejor que el de 2017». A una pregunta sobre las características del estadio, respondió que lo importante es que los lanzadores coloquen los pitcheos en las zonas más vulnerables para los bateadores rivales. «Si se trabaja así, no hay problemas», explica.
De Yoanni Yera, el otro oro de 2015, no pude obtener declaraciones, pues abordó rápido el ómnibus en el aeropuerto, pero le prometo amigo lector que antes del juego inaugural conversaré con el lanzador matancero que Carlos Martí anunció para el segundo partido de la Serie del Caribe.
El año pasado Cuba quedó en cuarto lugar, después de concluir la fase preliminar con tres triunfos de cuatro posibles, pero en la semifinal cayó por 0-1 ante las Águilas de Mexicali. El monarca resultó Criollos de Caguas, de Puerto Rico, que buscará ahora repetir el título.
