Urquiola con el trofeo de la Serie 50 Autor: Tomado de Internet Publicado: 02/05/2020 | 03:28 pm
Trece años después del último título de Pinar del Río, también bajo su mando, Alfonso Urquiola ganó el campeonato 50 de la pelota cubana, aunque nadie había dado a su equipo entre los favoritos, pero Alfonso no cree nunca en pronósticos, solo en trabajo, disciplina y juego.
Le quedaban pocos minutos al dos de mayo de 2011 cuando se consumó la victoria de Yosvani Torres frente a los Tigres de Ciego de Ávila y empezaban uno de los festejos más largos que se recuerden en Vueltabajo, donde esa noche nadie durmió preparándose para recibir al equipo campeón de la Serie de Oro.
A propósito de ese recuerdo, Alfonso Urquiola conversó a través de las redes sociales para el Grupo de Facebook Alto Average que administra el colega Kitín Rodríguez, quien nos hizo llegar gentilmente el audio.
«Para mí, ese fue uno de los momentos más importantes de mi vida. Era la Serie 50 y nadie no daba con posibilidades, lo más grande de aquel equipo fue la disciplina, la unión, el deseo de hacer las cosas bien y se logró el campeonato. Fue un resultado que marcó mucho a la afición, sobre todo de Pinar del Río. Nosotros jugamos para el pueblo. Cuando el hombre se propone cosas y trabaja fuerte, el resultado tiene que ser positivo, los muchachos fueron muy meticulosos desde el entrenamiento, desde el primer día sabíamos lo que queríamos», recuerda el estratega.
Urquiola regresó hace poco de Panamá, donde cumplía un contrato de trabajo, interrumpido por la pandemia de la COVID-19. Sobre su vuelta a la tierra de Vueltabajo, dijo que se siente «contentísimo, estaba muy deseoso de llegar aquí, este es mi país, mi gente, mi pueblo. Ya era mucho tiempo por fuera, estaba en un lugar bastante bien protegido, pero yo pienso que donde más protegido voy a estar es en mi país. Yo confío mucho en la logística de nuestra gente, de nuestra salud pública, de nuestro sistema.
«Siempre digo que no me pasará nada, pero si me fuera a pasar algo que sea en un terreno de pelota o con mi gente, con mi pueblo», sentenció quien fuera bautizado en su etapa de jugador como el Relámpago de Bahía Honda.
Alfonso agradeció las muestras de apoyo que ha recibido de la afición. «La mejor medicina que he tenido es la preocupación de la gente, me da mucha vitalidad».
El estelar camarero y director de equipos pinareños, confía en que vamos a superar la crisis generada por la COVID-19, pero alertó que estamos frente a un enemigo potente e invisible. «El arma más poderosa es cumplir todo lo indicado por las autoridades sanitarias y quedarse en casa, con disciplina. Vamos a vencer, seguro, y nos daremos un buen abrazo cuando esto pase», vaticinó.
Amigo de los amigos, hombre que no se anda con medias tintas, ni tolera la hipocresía, Alfonso recuerda que no hay dinero que valga lo mismo que una amistad verdadera, transparente. «Este virus, que nadie hubiera querido jamás, nos ha demostrado que todos somos vulnerables, hay cosas que el dinero no puede comprar y ojalá nos sirva para ser mejores personas, humildes, sin vanidades y vivamos en armonía», concluyó.
