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Caso Pedro Álvarez: ¿un strike mal cantado?

Pedrito había decidido no jugar más pelota (los argumentos van desde dedicarse a estudios, reparar su vivienda hasta discrepancias con la dirección de los Gallos) y causó baja definitiva de la Serie Nacional

Autor:

Norland Rosendo

Las autoridades de Deportes y Béisbol de Sancti Spíritus decidieron aplicarle a Pedro Álvarez la más severa de las sanciones posibles para su caso. «O juegas con nosotros, o no lo haces con nadie en dos años», le dijeron, según declaraciones del propio atleta a Juventud Rebelde.

Pedrito había decidido no jugar más pelota (los argumentos van desde dedicarse a estudios, reparar su vivienda hasta discrepancias con la dirección de los Gallos) y causó baja definitiva de la Serie Nacional.

Primero solicitó licencia por un año y ante la demora, optó por la baja. Se gestionó un trabajo en un combinado deportivo y ahí estuvo hasta que recibió la oferta de lanzar por Industriales, equipo con el cual había trabajado como refuerzo y que nunca ha negado que le gusta.

Para entonces, ya había decidido quitarse las espuelas de los Gallos, por lo que el rumbo que tomara en su vida no estaba en los planes del mentor Eriel Sánchez, quien, según varias fuentes, ha expresado que no se opone al traspaso.

Los dirigentes deportivos de la provincia, en cambio, aplicaron el reglamento disciplinario para el sistema competitivo del Béisbol del año 2020.

Según la nota publicada por la edición web del periódico Escambray, la decisión de postergar por dos años su traslado obedece a que: «no cumplió el tiempo requerido para realizar su reclamo, o sea, 15 días después de pasada la Serie Nacional, y que la dirección de Béisbol de la provincia de La Habana no ha presentado oficialmente su solicitud para que Pedrito juegue con los Azules».

Pero estamos ante un caso sui géneris. Este atleta no intentó mudarse de equipo en el lapso establecido, sino que causó baja. Se la otorgaron y liquidaron su salario hasta ese día.

Como su decisión fue posterior al período de «mercado», tampoco podía haber carta de la contraparte, o al menos con carácter legal.

Sin embargo, la medida de retener por dos años su traslado sí es posible, pero a tenor del reglamento del régimen competitivo, un documento de 1983, según nos explican fuentes de la Comisión Nacional de Béisbol. De acuerdo con ese texto, los atletas deben jugar por el lugar donde residen, estudian o trabajan.

A mi entender, estamos ante un vacío en el reglamento, que debe ser corregido a la mayor brevedad, y si es antes del inicio de la temporada 61, mucho mejor.

Ilustro con una pregunta: ¿Qué hubiera pasado si Pedro Álvarez, inmediatamente después que recibe la baja, hace un traslado de domicilio para otra provincia o se gestiona un trabajo fuera de Sancti Spíritus?

Lo ideal, creo, es establecer contratos multianuales del equipo (la provincia) con los jugadores, y vencido ese pacto, se puede reactivar o el atleta es libre para jugar con otro elenco, según acuerdo de las partes. Incluso, debe ser flexible para que haya posibilidades de canjes y traspasos.

¿Qué se gana con que Pedrito no juegue durante dos años o uno, si optan por reevaluar su caso al término de la campaña 61?

¿Por qué le dieron la baja si después iban a inhabilitarlo, a sabiendas de que él no desea vestir el traje de los Gallos?

¿Es saludable que el muchacho juegue en contra de su voluntad en un equipo donde no se siente bien?

¿Por qué aplicarle una medida tan severa, que supera las sanciones impuestas a quienes han cometido indisciplinas de gravedad?

La calidad de Pedro Álvarez está hoy por encima de la media del pitcheo cubano en la Serie Nacional, integró el equipo Cuba y podría volver a la selección.

Este es un caso que valdría la pena repensar.

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