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Un gigante con dos metros de voluntad

El capitalino Marlon Díaz es uno de los cubanos que actualmente juega en el básquet profesional argentino, específicamente en la segunda división

 

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Es un jugador fuerte bajo las tablas, dinámico y con buena lectura de juego. Se le da bien el uno contra uno. Ha estado aprendiendo a desempeñarse de espalda al aro, lo que le facilita a la hora de enfrentarse a un pívot no tan alto. El tiro desde el perímetro lo ha estado desarrollando y desde la media distancia sí es muy efectivo. Reconoce que los disparos de tres puntos son un arma letal en el baloncesto moderno y que amplía el abanico de opciones, de ahí su interés por potenciarlo.

Esas son las principales virtudes del interior cubano Marlon Díaz Miranda, respondidas por él mismo cuando le pregunté que de ser yo un scout internacional interesado en sus prestaciones, qué me diría.

El habanero tiene 23 años, mide dos metros y es ala-pívot. Más de una vez dejó el básquet. La influencia de algunos amigos y la desmotivación pesaron en sus decisiones. Nunca ingresó en la EIDE ni en la ESPA.

Su retorno definitivo ocurrió al ver a jugadores jóvenes en las principales ligas internacionales y a que en su país se estaban logrando varias contrataciones en diferentes circuitos profesionales. Alrededor de los 17 hizo una promesa. Antes de cumplir dos décadas de vida tendría que salir de Cuba, ya fuera mediante un equipo nacional o por una firma con un club extranjero. Ese era el termómetro para medir su progresión.

Un técnico argentino, Marcelo Macías, visitó la Isla dos veces, en 2017 y 2018, para efectuar clínicas y conversatorios en La Habana con varios atletas jóvenes. En su segundo viaje le hizo saber al colectivo de preparadores su gran interés por Marlon y el armador Michel Rodríguez. Si se concretaba el acuerdo de Macías como primer entrenador de un club de su país, ambos jugadores estarían bajo sus órdenes.

Marlon anhela poder jugar mejor para Capitalinos.Foto: Tomada de su perfil en Facebook/Instagram.

Poco tiempo después de asegurar aquello, Marcelo le escribió vía Messenger a Díaz, planteándole la propuesta de una firma profesional con el elenco Unión de Colón, participante en la segunda división. También le informó lo mismo a Michel.

El 3 de octubre de 2018 la dupla llegó a Argentina, contratada mediante la Federación Cubana de la disciplina. De esa manera, con 19 años, Marlon cumplió lo prometido y se involucró en lo que él denomina una experiencia súper favorable en el plano deportivo y social.

El técnico le dio alrededor de dos meses para que se adaptara a su primera vez en una liga internacional. Afirma el ala-pívot que al mes y medio ya le había tomado el ritmo a la competición y poco a poco se desarrolló individualmente hasta su regreso a Cuba en 2019 —no pudo renovar porque la entidad descendió de categoría y allí no permitían extranjeros. En varias ocasiones, caminando por la calle, lo reconocieron como una figura del equipo de la ciudad.

A mediados del pasado año le llegó una proposición para defender la disciplina del CD Venta de Baños, que concursa en la Liga EBA, cuarta división de España. Antes recibió otras dos oportunidades en Argentina, con Centro Español y Racing de Chivilcoy, pero no se concretaron por diferentes motivos ajenos a él, por lo que esta nueva oportunidad de incursionar en Europa representaba, a todas luces, una ocasión maravillosa para su carrera.

«Aunque empiece en la sexta división, estoy en las raíces de un baloncesto de mucha calidad, como lo es el de España, con posibilidades de ir ascendiendo de acuerdo con mi desempeño», declara.

Sin embargo, lo que él llamó la puerta que se le abrió cuando dos se le cerraron, terminaría clausurada. Primero se retrasaron los trámites y luego sucedió un error con el visado, situaciones que provocaron que los directivos del elenco español determinaran no continuar con el proceso.

Ante este enorme desencanto, cuesta mucho creer el refrán que reza que no hay mal que por bien no venga, pero una propuesta recibida a inicios de diciembre anterior perfectamente se puede interpretar como un guiño del destino.

El Jáchal Básquetbol Club, de la segunda categoría de Argentina, reclamó sus servicios y el 12 de enero se oficializó la firma del contrato en La Habana.

Lisandro Salles, técnico principal de la institución jachallera, le dijo a Marlon lo importante que sería su contribución a un plantel muy joven, que actualmente no disfruta de un lugar privilegiado en la tabla clasificatoria del circuito.

—Metropolitanos para ti fue un puente para poder llegar a Capitalinos, formación con la que no has podido tener mucho juego.

—Al terminar mi último año juvenil, me llamaron los entrenadores de Metros, mientras un grupo pequeño fue a Capitalinos. Eso me desanimó, pensé que mi talento no importaba, pero rápido entendí que mi movimiento hacia ese equipo era con el objetivo de darme bastante juego. Jugué esa temporada en el Torneo Nacional de Ascenso, aprendí mucho y al año siguiente ocurrió mi debut con Capitalinos, en la Liga Superior.

«No he podido destacarme con ese maravilloso equipo y es algo que deseo. No te puedo negar que quiero un título representándolo, sería muy importante para mi currículo. Capitalino varios años atrás tenía numerosos jugadores en la selección nacional y era un espectáculo cada vez que competía.

«Hubo un año que probablemente hubiese tenido mucha participación con el primer plantel habanero, pero me fui a reforzar a Pinar del Río y no pude completar mi propósito en esa provincia, tras lesionarme uno de mis tobillos».

—¿La selección nacional en tu vida? Cada vez parece más cerca tu estreno con el conjunto cubano.

—Algunos amigos, que no saben lo que es tener metas en el deporte, me han dicho: «asere, ¿por qué no te quedaste cuando fuiste a Argentina?». Les respondí que soy alguien con sueños y uno de ellos es tener las cuatro letras en mi camiseta. Te lo digo y me erizo. Ya estoy en la preselección nacional, sigo preparándome con mucha voluntad para cuando me llegue la oportunidad estar listo.

«Este contrato en Argentina me ayudará mucho, elevará mi nivel y ojalá mi debut ocurra frente a mi gente de Cuba, en la próxima ventana clasificatoria de la FIBA. En mi posición está el mejor del país, Jasiel Rivero, pero existen las segundas figuras y por ello lucho».

—Dejaste el básquet más de una vez y hoy confiesas estar enamorado de él. ¿Qué mensaje le darías a un jugador que esté pensando en abandonar el baloncesto?

—No solo a un basquetbolista, sino a cualquier deportista le diría que no se deje vencer cuando aparezca el primer obstáculo, el segundo, el tercero… Si te gusta lo que haces, lucha por eso. El esfuerzo nunca será en vano, temprano o tarde llegará el resultado, tal vez no como atleta, pero sí como entrenador. La vida te premia.

«Siempre estoy apoyando a los deportistas, les transmito mis buenos deseos en sus objetivos porque me siento vinculado con ellos. A mí me alegra que un atleta cumpla un sueño o que publique en sus redes sociales la felicidad por una meta cumplida».

—¿Alguien en especial al que le agradezcas estar hoy donde estás?

—Mi abuelo siempre ha estado conmigo en todos los momentos relacionados con el baloncesto, sin quitarle mérito a mi madre. Él ha sido asiduo en mis juegos y no exagero si te digo que se emociona más que yo. A menudo me pregunta por la motivación, cree que eso no le puede faltar a ningún deportista y yo coincido con él.

 

 

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