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CARACAS, julio10.— El presidente venezolano, Hugo Chávez, advirtió hoy sobre el riesgo del regreso a la era de los golpes de Estado en Latinoamérica a partir del modelo aplicado en Honduras.
Está en marcha un plan para tratar de que en Guatemala ocurra algo parecido, en Venezuela llaman a los militares a seguir el ejemplo de los golpistas hondureños, en Bolivia se reactiva el plan golpista, lo mismo que en Nicaragua y Ecuador, alertó el mandatario en rueda de prensa en el Palacio Presidencial de Miraflores.
Chávez, dijo PL, denunció el grave precedente que es haber recibido al usurpador hondureño Roberto Micheletti en Costa Rica, y estimó que se trata de un plan para aplicar en todos los países donde haya proyectos de avanzada.
Precisó que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) debe analizar ante el golpe de Honduras y el precedente de la negociación propuesta por la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, la que calificó de «gravísimo error». Según EFE, el presidente bolivariano dijo que ese diálogo era «una trampa para la democracia y un muy peligroso grave precedente».
Asimismo ratificó que Venezuela no reconocerá ningún gobierno surgido de elecciones convocadas por los golpistas y consideró que Estados Unidos debería hacer lo mismo, aunque reafirmó su criterio de que Obama no estuvo involucrado en el golpe, pero sí participaron sectores del poder de ese país.
Entretanto, en San José, Costa Rica, los representantes del presidente Manuel Zelaya y los del usurpador Roberto Micheletti, se reunieron por segundo día consecutivo para buscar una salida a la crisis, aunque el presidente tico, Oscar Arias, mediador en el esfuerzo, reconoció que las posiciones de las partes son muy «distantes».
Mientras en Honduras, el pueblo continúa en las calles, manifestando su rechazo al golpe de Estado y bloqueando las carreteras en una resistencia que no ceja, el presidente Manuel Zelaya llegó este jueves a Santo Domingo.
La opinión de Chávez de que ese diálogo ha «nacido muerto» es compartida por dirigentes del movimiento que apoya a Zelaya dentro de Honduras, como es el caso de Juan Barahona, coordinador del Bloque Popular y secretario general de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras, quien dijo a EFE que es «un diálogo de sordos, estéril», que «está dando tiempo a los golpistas».
También el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, consideró que no tuvo un comienzo «todo lo fluido» que se deseaba, auguró un proceso largo, y subrayó que la solución al conflicto debe contemplar la restitución del presidente Manuel Zelaya.
Al respecto, reprochó que Micheletti se niegue a aceptar que hubo un golpe militar cuando el 28 de junio Zelaya fue detenido y sacado del país, tras lo cual el Congreso se reunió, lo destituyó y nombró a un nuevo Gobierno, agrega EFE.
Zelaya se reunió este viernes en Santo Domingo con el presidente dominicano, Leonel Fernández.
Por otro lado, en Estados Unidos aumentan las presiones para que el presidente Barack Obama desista del rechazo al golpe de Estado. Siete de las organizaciones empresariales más influyentes de Estados Unidos le pidieron que no restrinja el comercio textil con Honduras en represalia por el golpe. También el ex subsecretario de Estado de EE.UU. para Latinoamérica de la administración Bush, Otto Reich salió en defensa de Micheletti en un artículo publicado en El Nuevo Herald, donde le dio categoría de «gobierno legal y constitucional» al régimen de facto y negó haber estado detrás del derrocamiento de Manuel Zelaya. Otro que intenta «limpiarse» es el periodista y escritor CIA Carlos Alberto Montaner.
Y como para demostrar qué pasó realmente en Honduras, Lucía Pinochet Hiriart, hija mayor del fallecido dictador chileno Augusto Pinochet, respaldó el golpe de Estado en Honduras y acusó a Manuel Zelaya de hacerse «la víctima», según el semanario satírico The Clinic.
De acuerdo con AFP, congresistas republicanos fustigaron el viernes al gobierno de Obama por afirmar que en Honduras hubo un golpe y «alinearse» así con países como Venezuela y Bolivia, pero sus pares demócratas rechazaron esa postura y exigieron el retorno del derrocado Manuel Zelaya.
