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RAMALA, octubre 13.— El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió este lunes contra provocaciones en lugares santos de Jerusalén, poco después de choques entre palestinos y policías israelíes durante una visita de pobladores de asentamientos sionistas.
«Una vez más hoy condeno con fuerza la continuada actividad de construcción de asentamientos por Israel», señaló Ki-moon, de visita en Cisjordania, según informa Prensa Latina.
La propia PL recuerda que, semanas atrás, el Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu anunció la autorización para construir unas 2 600 viviendas en el este de Jerusalén, dentro de un plan de judaización de esa ciudad, que los árabes llaman Al Quds, y en la cual los palestinos proponen establecer la capital de su estado independiente.
En rueda de prensa con el primer ministro palestino Rami Handallah, Ban instó a la reanudación de las conversaciones entre palestinos e israelíes, suspendidas por Israel en abril tras la reconciliación de Al Fatah y el movimiento Hamas y el anuncio de la formación de un gabinete de unidad.
La advertencia de Ki-moon sigue a violentos choques este lunes en Jerusalén por el ultraje a la mezquita de Al Aqsa por judíos extremistas que celebraban el Sucot (Fiesta de los tabernáculos), que recuerda el éxodo de los hebreos expulsados de Egipto por el faraón y guiados por Moisés.
El templo es uno de los tres lugares más sagrados del Islam, junto con las mezquitas de las ciudades sauditas de Meca y Medina, y ha sido objeto de varios ataques, incluido un intento de incendio, por judíos extremistas.
Las negociaciones, patrocinadas por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en julio del año pasado, no prosperaron debido a la persistencia de Tel Aviv en la confiscación de terrenos en Cisjordania y Jerusalén para construir asentamientos paramilitares.
«El tiempo no está del lado de la paz», dijo Ban, quien elogió la respuesta mundial a la reconstrucción de Gaza registrada en la conferencia de donantes en El Cairo, convocada por Egipto y Noruega, durante la cual se recaudaron 5 400 millones de dólares.
Los fondos irán en primer término a la reconstrucción de la infraestructura de la Franja, devastada por la agresión israelí durante 50 días, que costó la vida a más de 2 140 personas, en su mayoría mujeres y niños, y provocó heridas a 11 000.
