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Decisión precipitada de EE. UU.: la reducción de su personal en La Habana

Ratifica la directora de Estados Unidos en la cancillería cubana que el Gobierno de Cuba no tiene responsabilidad en los incidentes

Autor:

Juana Carrasco Martín

La directora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal, consideró que la decisión del Departamento de Estado de retirar más de la mitad de su personal diplomático y familiares afectará la relación bilateral, aunque reafirmó la voluntad del Gobierno de la isla de continuar «la cooperación activa entre las autoridades de ambos países».

Tras conocerse el comunicado del jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, la funcionaria del Minrex, en declaración transmitida por la Televisión Cubana, recordó que en la   reunión que sostuviera en Washington el Ministro del Exterior, Bruno Rodríguez, este advirtió a su par que no se tomaran decisiones apresuradas sin evidencias de lo ocurrido, le instó a no politizar el asunto y mantener la cooperación en las investigaciones sobre las alegaciones de los incidentes que afectaron la salud de diplomáticos y familiares.

El pasado 26 de septiembre, el Canciller cubano le reiteró a Tillerson la seriedad, celeridad y profesionalismo con que las autoridades de su nación han asumido este tema.

Enfáticamente, Vidal aseguró que el Gobierno de Cuba no tiene responsabilidad alguna con los hechos que se alegan y cumple la Convención de Viena sobre la protección de los diplomáticos extranjeros acreditados en Cuba y sus familiares, como siempre lo ha hecho.

En horas de la mañana de este viernes 29 de septiembre, el secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson anunció la retirada del 60 por ciento del personal de su embajada en La Habana, argumentando que la decisión «se ha tomado para asegurar la seguridad de nuestro personal», y al mismo tiempo afirmó que se mantienen las relaciones diplomáticas con Cuba.

En el comunicado del Departamento de Estado, en el que alude a incidentes reportados por diplomáticos sobre afectaciones a su salud que ocurrieron en 2016, pero solo fueron reportados a partir de agosto de este 2017—, se asevera que «Cuba nos ha dicho que seguirá investigando estos ataques, y seguiremos cooperando con ellos en este esfuerzo».


«Mantenemos las relaciones diplomáticas con Cuba, y nuestro trabajo en Cuba sigue estando guiado por los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos», agregó Tillerson en el orden de la  retirada del personal no esencial de su embajada, que fue acompañado por la emisión de una alerta a sus ciudadanos de no viajar a Cuba, a pesar de que el jefe de la diplomacia estadounidense reconoció que «no tenemos informes sobre ciudadanos privados estadounidenses que hayan sido afectados» por lo que ahora definen como «ataques acústicos».

También reconoce que no se ha confirmado la naturaleza ni la causa o responsable de los sucesos en «residencias de diplomáticos de EE.UU. y hoteles frecuentados por ciudadanos estadounidenses».

«Hasta que el Gobierno de Cuba pueda garantizar la seguridad de nuestros diplomáticos en Cuba, nuestra embajada quedará reducida a personal de emergencia, para minimizar el número de diplomáticos que se arriesgan a quedar expuestos», indicó Tillerson.

Debido a la reducción del personal, los servicios que proporcionará la embajada estadounidense en La Habana estarán limitados a aquellos de urgencia, y se ha suspendido indefinidamente la emisión de visados a cubanos desde esa legación, señalaban, además, despachos noticiosos.

La decisión, cuyos términos se rumoraban desde la víspera por medios internacionales, tuvo reacción inmediata en sectores que propician las relaciones bilaterales entre Washington y La Habana, que tras más de 50 años de interrupción reabrieron embajadas en junio de 2015.

El senador norteamericano Patrick Leahy consideró que el responsable de los incidentes reportados por diplomáticos de Estados Unidos en Cuba está intentando interrumpir el proceso de normalización entre ambos países.
Sigue siendo un misterio para ambos gobiernos lo que está causando esto y quién está detrás, apuntó en un comunicado el legislador demócrata por el estado de Vermont, quien afirma que deben hacer todo lo posible para minimizar los efectos de estas medidas de protección en su diplomacia, reportó PL.
A juicio de Leahy, resulta necesario «resolver este misterio para que nuestro personal de la Embajada pueda regresar con la mayor rapidez posible».

Las investigaciones realizadas tanto por Cuba como por Estados Unidos no han arrojado hasta el momento evidencias de las causas y el origen de las afecciones auditivas y otros síntomas padecidos por 21 personas, según el comunicado del jefe del Departamento de Estado.
Se recuerda que el titular cubano ratificó en su reunión con  Tillerson la importancia de que Estados Unidos coopere de forma efectiva con Cuba para el esclarecimiento de unos hechos de los cuales no existen precedentes en su país.

La decisión estadounidense que enrarece el clima diplomático con la Isla también fue abordada en una declaración de James Williams, presiente del grupo Engage Cuba en la que instó a una respuesta cuidadosa para que no sea un juguete en las manos de los perpetradores de los ataques que «claramente están buscando interrumpir el proceso de normalización de las relaciones entre nuestros dos países».

Añade la entidad con sede principal en Washington, y que tiene ramas en varios estados, que «este puede ser un peligroso precedente que puede ser utilizado por nuestros enemigos alrededor del mundo» y exhorta a que EE. UU. y Cuba deben redoblar los esfuerzos para solucionar el misterio tan pronto como sea posible  para que «se fortalezcan las relaciones entre nuestros dos países».

 

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