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Chile y la Convención Constitucional: ¿a las puertas del cambio?

Las votaciones definirán quiénes escriben —y cómo— la nueva Carta Magna

Autor:

Marina Menéndez Quintero

Este fin de semana pudiera comenzar a concretarse en Chile el corolario de las movilizaciones que han expresado el cansancio de tantos ciudadanos con el statu quo, y que se hizo visible con mayor fuerza, en las protestas de noviembre de 2019. 

Si decisivo para el país distinto que ellos piden resultó el aplastante triunfo del Sí en el referendo que, un año después, consultó a la ciudadanía acerca de si quería nueva Carta Magna, el encuentro con las urnas será, sencillamente, definitorio.

Junto con la elección de gobernadores, alcaldes y concejales, la escogencia este fin de semana de los 155 constituyentistas que redactarán la nueva ley de leyes chilena, resultará trascendental para marcar el rumbo del texto que emergerá de la convención, después.

Un elemento dibuja de antemano los desafíos: si la derecha consigue este fin de semana, al menos, el tercio de los asientos por los cuales ha bregado, estará en condiciones de impedir cualquier postulado realmente transformador.

La norma, adoptada a priori, de que cada precepto constitucional deberá aprobarse con el favor de dos tercios de los miembros de la futura Convención Constitucional posibilita que, con una más de la tercera parte de las manos alzadas, los defensores del modelo neoliberal, todavía sentados en La Moneda aunque con gran repudio de la gente, veten las propuestas que les incomoden.

De ahí la trascendencia de esta elección, fruto de las remezones populares que obligaron al presidente Sebastián Piñera a respaldar la nueva Carta Magna, como única vía para dar curso de alivio a los ríos de protestas e insatisfacción que hace meses lo ubican con menos del diez por ciento de respaldo en la ciudadanía.

El descreimiento hacia los partidos tradicionales y la beligerancia política que ha nacido con la lucha social, son visibles en el panorama. Además de que la falta de acuerdos entre el progresismo ha hecho que sus partidos se presenten en coaliciones diferentes, afloran también entre los aspirantes a asientos, decenas de candidatos y alianzas independientes que representan al amplio espectro social consolidado en la movilización callejera. 

Una vez más, solo los partidos de la derecha lograron agruparse en torno a Vamos por Chile, lo que significará para ellos una ventaja que, no obstante, podría descontarse si los votos contrarios son más, tengan el signo que tengan siempre que apunten al no más de lo mismo.

Claro que, una vez conformado el pleno de la Convención, el reto sería que los antineoliberales resultaran capaces de forjar consensos. Ello demandaría un trabajo arduo y demorado que requerirá diálogo entre los opuestos al sistema… y tal vez más tiempo de los nueve meses previstos en los cronogramas (con posibilidad de prórroga de tres meses más) para la redacción y aprobación del texto.

Pero todavía pueden influir otras condiciones, además de la prolijidad y dispersión ostensibles en los 1 373 candidatos que procuran curules.

Entre ellos, el más complejo parece ser el sistema de adjudicación de asientos que, según describen los reporteros en el terreno, responderá a un mecanismo mediante el cual se cuentan, primero, las listas de aspirantes que más votos obtengan y luego, dentro de ellas, a los candidatos con más sufragios. Eso, dicen, podría ocasionar que queden fuera aspirantes con más cruces al lado, pero ubicados en listas menos votadas…

De cualquier modo, la votación de este fin de semana en Chile es histórica por muchos motivos: será la primera vez que en esa nación se redacte y apruebe de modo popular una Constitución, pues está previsto un plebiscito de salida. Será también la primera vez que los indígenas, quienes tendrán 17 asientos en la Convención, ejerciten el sufragio y, además, el estreno de la paridad de asientos para hombres y mujeres en el foro.

Imposible soslayar, además, que el proceso tiene lugar a solo cinco meses de las elecciones presidenciales previstas para noviembre, por lo cual todavía puede dejar lecturas útiles para entonces, lo cual sería un valor agregado.

Las urnas pronto abrirán, y se sabrá si los defensores del Chile distinto podrán conseguir los cambios mediante esta oportunidad forjada por ellos.

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