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LIMA, marzo 15.— El presidente de Perú, Pedro Castillo, desmintió la acusaciones de ilegalidades con las que se pretende aplicarle la vacancia presidencial y, por el contrario, demandó al Ministerio Público investigar «con objetividad y apego a la ley», al tiempo que desnudó la crisis institucional que vive el país en los tres niveles de gobierno, por lo que dijo que son necesarias reformas profundas e integrales.
Su alocución ante el Congreso resultó una intervención adelantada —ya que entonces no podrá usar de la palabra— de la votación que el próximo día 28 decidirá si procede el pedido de vacancia por supuesta «incapacidad moral permanente», estratagema con la que, proclamó, se busca acortar su mandato.
«Toda denuncia debe ser investigada; lo que no se puede hacer es juzgar sin antes verificar la información y, sobre todo, las pruebas», insistió el mandatario, quien criticó la polarización y la confrontación política que hace más de un quinquenio viene afectando la gobernabilidad, dijo. Los más perjudicados son nuestros ciudadanos, principalmente los más pobres. «Vivimos en enfrentamientos inútiles», sentenció.
Castillo también citó, una a una, la larga lista de acciones supuestamente legales, puestas en marcha en contra de su gestión. Esto, dijo, demuestra que ha existido un intenso trabajo para cuestionar la legitimidad de la presidencia de la República con el ánimo de recortar su mandato. «No puede haber abuso del derecho».
Nuestra vocación en aras de la gobernabilidad no es impedimento para recordar que desde mi proclamación, un sector político no aceptó el triunfo electoral que el pueblo nos otorgó, dijo.
Sin embargo, esa «compleja y difícil relación entre el poder ejecutivo y el Congreso» es «solo una parte del problema», acotó antes de mencionar las violaciones en que funcionan el poder judicial y hasta el Tribunal Supremo, con falta de miembros, o miembros cuyo mandato se ha vencido.
También dedicó fuertes frases de condena a la corrupción institucional, y demandó al Ministerio Público la culminación de los procesos pendientes y sin dictamen.
El Presidente peruano aceptó haber podido cometer desaciertos, pero deslindó eso de la participación en supuestos hechos delictivos, que negó.
Saludado a ratos por decenas de personas que se apostaron a esperar su paso, a pie, hasta el Congreso, el mandatario se presentó por deseo propio ante el legislativo que un día antes aprobó dar vía libre al proceso de vacancia, ahora bajo el cargo de «incapacidad moral permanente».
Se trata del segundo intento de aplicar a Castillo la figura jurídica mediante la cual se depuso al exmandatario Pedro Pablo Kuczynski y luego a su sustituto, Martín Vizcarra, decisión que sacó a la gente a las calles en noviembre de 2021 y provocó otras dos sustituciones presidenciales cuando Manuel Meriño, el primero que remplazó a Vizcarra, reprimió las protestas al costo de decenas de muertos, lo que provocó nuevas movilizaciones y también a él le costó la democión.
El primer pedido de vacancia con Castillo se presentó en noviembre del año pasado por presunta «incapacidad permanente para gobernar», y fue derrotado al no obtener los votos necesarios.
La nueva moción, impulsada por el partido Renovación Nacional, fue aprobada la víspera por 76 votos a favor, con 41 en contra y una abstención, a tenor de no probados delitos de corrupción, y se debatirá el próximo día 28. Para que sea finalmente aprobada entonces, requerirá el visto bueno de 87 legisladores que sumarían los dos tercios del total de 130.
El contenido de su alocución de este martes ante el Congreso intentó ser censurado, pues la directiva del Congreso le sugirió no hablar de la vacancia.
Pero, sin hablar del proceso, el presidente Castillo le dio respuesta, al tiempo que llamó a todo el Parlamento a trabajar juntos por el bien de la nación.
«Lucharé por recuperar el país. Solo debemos unirnos en torno a aquello importante».
