Venezuela es paz, pero se alista frente a EE UU. Autor: Xinhua Publicado: 04/10/2025 | 09:58 pm
Todo el territorio nacional venezolano se activó este sábado: las Fuerzas Armadas, la Milicia Bolivariana, las Áreas de Defensa Integral y las Bases Populares de Defensa Integral realizaron un ejercicio especial como parte de la preparación del país ante la amenaza militar estadounidense. Es en defensa de su soberanía y de la paz regional, puestas en peligro por el despliegue de la Armada imperial en aguas del Caribe desde el pasado agosto.
La disposición del pueblo venezolano en este fin de semana responde al llamado del presidente Nicolás Maduro Moros, quien ha dejado claro que «Venezuela tiene derecho a la paz, a la soberanía, a su existencia, y no habrá imperio en este mundo que se lo arrebate, que se lo quite». El Washington trumpiano no se limita a declaraciones altisonantes —que las hay y muchas—, está disparando y asesinando en aguas del Caribe desde que llegaron en el verano como piratas del siglo XXI, y el secretario de Guerra, Pete Hegseth, recién ha revelado un nuevo ataque a una cuarta pequeña embarcación que señala, sin presentar pruebas de ningún tipo, que son de narcoterroristas provenientes de Venezuela.
Este nuevo evento, donde dijo que murieron «cuatro narcoterroristas» que llevaban droga para matar entre 25 000 y 50 000 personas y «estaba entrando a territorio estadounidense», ocurrió un día después de que el presidente Donald Trump, empleando otro neologismo guerrero para explicar sus quehaceres bélicos, informara al Congreso que Estados Unidos se encuentra en un «conflicto armado no internacional» con los cárteles de la droga, cuando en verdad debiera proceder en su propio terreno y contra sus cárteles, los que distribuyen y sacan la enorme tajada de abastecer a sus 70,5 millones de adictos a los estupefacientes que admite el National Institute on Drug Abuse, y le han permitido embolsarse 100 000 millones de dólares el pasado año.
Pero si no hay ni un solo jefe mafioso detenido en EE. UU. y sus fuerzas del orden se dedican a perseguir a inmigrantes, una ejecución xenófoba y racista, bien que está utilizando su armamento de capacidad desproporcionada para atacar a pequeños botes, y según la cuenta de sus propias declaraciones ya suman 21 víctimas, las cuales han sido calificadas por expertos internacionales como ejecuciones extrajudiciales, contrarias a las leyes que rigen los medios de enfrentamiento al narcotráfico.
También en estos días, al menos cinco aviones de guerra F-35 sobrevolaron frente a las costas de Venezuela, como denunció el ministro de Defensa Vladimir Padrino López, quien advirtió: «Los estamos viendo, quiero que lo sepan. Y quiero que sepan que eso no nos intimida, no intimida al pueblo de Venezuela».
Así fue el ejercicio defensivo venezolano puesto en práctica este sábado, que es «organizativo» y «de chequeo», por lo que no implicó movimiento de armamento, y tuvo como objetivo afinar los mecanismos de mando, conducción y comunicación del sistema defensivo nacional, según dijo el presidente Maduro; sin embargo, también advirtió que si había que tomar las armas para defender la paz regional y la soberanía, el pueblo venezolano no lo dudaría.
El plan Trump-Hegseth y sus falsos argumentos asoma la oreja peluda del propósito verdadero: lograr un «cambio de régimen», como le llaman, derrocar al Gobierno bolivariano en Venezuela que les permita tomar lo apetecido, el petróleo y los muchos otros recursos de la rica nación sudamericana.
Incluso en las filas políticas estadounidenses le han salido al paso. Por ejemplo, el senador demócrata por Rhode Island, Jack Reed, quien es miembro del Comité de las Fuerzas Armadas, dijo que esos ataques a las embarcaciones en el Caribe eran inconstitucionales; el republicano por Kentucky, Rand Paul, dijo a su vez que «hacerlos estallar sin saber quién está en el barco es una política terrible y debería terminar», y no es el único que preferiría un proceso legal y no estos ataques unilaterales. Mas no es este el asunto que preocupa y ocupa ahora a los cuerpos legislativos estadounidenses, sometidos al juego del cierre del Gobierno por no estar aprobado el presupuesto de la nación.
Las apetencias regionales de Trump se están haciendo tan evidentes que en RT se publicó el pasado 6 de septiembre un artículo sobre el giro que está dando la nueva estrategia de Defensa de Estados Unidos y —aquí lo nuevo—, apunta al hemisferio occidental. Para tal afirmación, que significaría sobrevalorar a la región que continúa considerando el traspatio donde operar y expoliar a su antojo, cambiando prioridades hasta ahora tan evidentes como intentar frenar la creciente influencia mundial de China y de Rusia, la publicación rusa remitió a la bien informada estadounidense Politico.com, la cual informó de esto citando a tres fuentes familiarizadas con el borrador de la nueva Estrategia de Defensa Nacional.
Sobre este cambio significativo, Politico señaló que en el borrador del documento, en manos de Hegseth, se propone «poner las misiones domésticas y regionales por encima de contrarrestar a adversarios como Beijing y Moscú». ¿Será verdad que China deja de ser el «enemigo» principal?
Politico dijo que la elaboración del documento fue dirigida por el subsecretario de Defensa para Política, Elbridge Colby, un halcón aislacionista de conocidas posturas antichinas, al que también se le señala como figura clave en la breve suspensión de la ayuda militar estadounidense a Ucrania.
Junto a este posible vuelco de intereses estratégicos, de ser ciertos, otras informaciones «filtradas» a otros medios, hacen sonar las alarmas y lo realmente peligroso de la situación en cuanto a lo que pueda estar tramando una administración caótica e imprevisible. Antiwar.com publicó en los días finales de septiembre que fuentes informaron a NBC News que militares estadounidenses están elaborando planes para atacar a presuntos narcotraficantes en Venezuela. Fíjese bien «en Venezuela», donde podrían comenzar a bombardear objetivos en cuestión de semanas, pero que hasta el momento el presidente Trump no ha aprobado ningún plan.
No fueron solo las fuentes de NBC News, también CNN había informado previamente que la administración Trump estaba considerando lanzar ataques dentro de Venezuela, con el objetivo de debilitar al presidente Maduro, y ahí sale a relucir la garra del secretario de Estado, Marco Rubio, y los nuevos intentos para intentar lo que no pudo lograr cuando jugaba al duro buscando una insurrección interna con los delincuentes de Juan Guaidó. Habría que recordarles que, si la primera vez les salió mal, «nunca segundas partes fueron buenas», es decir, les saldría peor.
Y si en Estados Unidos hay algunos políticos que no se tragan lo de la guerra al narcotráfico, eso se amplía entre la ciudadanía. Ya hay encuestas demostrativas de que la mayoría de los estadounidenses se oponen a que el ejército de su país use la fuerza para llevar a cabo un «cambio de régimen» en Venezuela.
Mas no por eso debe bajarse la guardia. Por estos días también se supo que la belicosa Armada en el Caribe cuenta con un acompañante muy especial, el MV Ocean Trader, un buque «mercante» nodriza, equipado para las fuerzas de operaciones especiales estadounidenses. Se lo confirmó a la publicación especializada en temas militares Task & Purpose, un portavoz del Comando de Transporte Marítimo Militar, quien remitió las preguntas sobre su misión al Comando de Operaciones Especiales de EE. UU., que declinó hacer comentarios, y por supuesto no se ha revelado públicamente cuál es exactamente la misión actual del buque en el Caribe.
Ante los indicios ciertos, solo hay una opción, y Venezuela la conoce y la toma, prepararse para la defensa. América Latina y el Caribe la saben y la conocen, aunque algunos se sumen a los designios del imperio, unidad de pueblos y Gobiernos conscientes frente a las maniobras que buscan justificar acciones militares muy graves, tanto como desencadenar un conflicto armado que tendría incalculables consecuencias para la paz, la seguridad y la estabilidad de Nuestra América. A como sea, detener la agresión militar y preservar la paz.